Un minuto de saludo y lágrimas compartieron don Alfonso Cortés Contreras y su madre Esperanza, en el pasillo central camino al altar donde recibirá el mando de la Arquidiócesis de León.
Seis de sus siete hermanos estuvieron presentes, todos emocionados y conteniendo las inmensas ganas de darle un abrazo.
Delia, Juan José, Álvaro, Rosalba, Ernesto e Isaías formaron una valla a la izquierda de su madre; a la derecha, amoroso se acercó el nuevo Arzobispo de León, quien no le dijo nada sólo se agachó y le dio un beso.
Al levantarse, Monseñor Alfonso Cortés Contreras mostró su rostro sensibilizado, los ojos rosados y dispuesto a proseguir su camino al mando de la Arquidiócesis de León.
Mientras la comitiva de entre 30 y 40 personas todos familiares de él, sus sobrinos y hermanos tomaban su lugar sumamente conmovidos.
“Estoy muy feliz de que Dios me haya regalado una bendición de este tamaño”, comentó con serenidad desde su silla de ruedas, la única que destacaba en la fila central del pasillo.
Cuatro filas completas, alienaban uno a uno a los familiares.
“Es un gran ser humano, cada que va a La Luz, donde vivimos, trata de vernos a todos, de que nos acerquemos y le platiquemos qué sucede, cómo estamos, a los sobrinos les pide que se formen, que no dejen la escuela y es un logro en la familia en lo que mucho ha contribuido”, comentó Leticia, su cuñada, quien se sentía sumamente emocionada.
Gracias a ese impulso y exigencia, en la familia Cortés Contreras hay médicos, maestros, ingenieros, comunicólogos y contadores.
“Se preocupa porque todos sus sobrinos tengan herramientas para salir adelante”, comentó Rosalba, la cuarta de sus hermanos.
Las lágrimas fueron recurrentes entre los orgullosos familiares y el júbilo estalló cuando al final de la celebración dedicó palabras específicamente para su familia.
Se reencuentra Monseñor con su familia
Acompañado de sus hermanos, sobrinos y de su mamá, don Alfonso Cortés recibió su cargo.