Con bloqueos permanentes en el Centro Histórico y otras partes de la ciudad, maestros, alumnos, transportistas e integrantes de otros grupos de izquierda secuestraron por enésima ocasión esta capital, sin que nadie hiciera nada para evitarlo, ante el descontento de la mayoría de los morelianos.
Las tomas fueron frente a Palacio de Gobierno y el Congreso del Estado; en la avenida Ventura Puente, frente al edificio de Finanzas y en la avenida Siervo de la Nación, justo en la Secretaría de Educación Pública del Estado.
La consigna era la misma: la lucha por intereses propios, o al menos eso parecía, pues cada quien cerró las calles para exigir al gobierno sus “derechos constitucionales”, tal o cual petición solo servía para sumergir la ciudad en un caos vial, al que muchos ya están más o menos acostumbrados, salvo algunos que gritaban palabras altisonantes contra los quejosos, mientras pasaban en sus autos.
Fue a las afueras del Congreso del Estado donde los Goes se envalentonaron y quitaron al grupo de transportistas que ahí se manifestaba, para después formar una valla humana para que los diputados no fueran molestados mientras trabajaban.
Luego de todo esto, otra vez familias enteras llegaron tarde a sus destinos, a la escuela, al trabajo o hasta a comer, todo por estos ya famosos bloqueos con quejas “tutifruti”.

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