En Irapuato, 70 planteles educativos ya se anotaron en la Dirección General de Educación del Municipio para recibir algún tipo de rehabilitación, según informó Ma. del Refugio Godoy Alvarado, titular de esta área irapuatense.
Esto debido a que varias primarias necesitan rehabilitación, las rehabilitaciones se califican en escala de la necesidad que se esté presentando, como mayor o menor, quedando en el nivel de mayor las que impliquen demoliciones, reparación del sistema eléctrico o hidrosanitario.
Las necesidades son variadas, pero las que más solicitan las escuelas, según la titular de la dependencia municipal, son impermeabilización, pintura y todo lo que es mejora de servicios sanitarios, por lo que la dirección municipal tiene ya 30 solicitudes, que se convierten en expedientes. Una de las afectadas es la escuela Melchor Ocampo, que comenzó sus funciones desde el 15 de febrero de 1951, es una de las escuelas más antiguas de Irapuato, ahora está recibiendo apoyo para la construcción de nuevos salones.
“México es un país riquísimo, pero está lleno de pobres”, dijo Juan Carlos Rodríguez Mendiola, profesor de la escuela Melchor Ocampo, quien da clases a los niños de 2º B de esta primaria, en un salón improvisado después de que se descubrieran cuarteaduras peligrosas en el aula donde estaban.
Hace 4 años se quedaron sin un lugar donde dar clases, y con la ayuda de los padres de familia, los docentes cooperaron para hacer un salón con madera y colocar a los 33 niños que diario toman clases, casi a la intemperie.
“Donde me pongan yo trabajo, los salones que están al frente los iban a reconstruir pero ya tienen años que no lo hacen, la madera la pusieron los del comité de padres de familia y los maestros, para que los niños pudieran trabajar, a mí no me importa el lugar donde dé las clases, lo que me importan son los niños, pero si les afecta que no tengan un espacio adecuado, un salón digno, porque sí influye en ellos al aprender, porque ven que están en un lugar que está mal”, explicó.
Después de 29 años de servicio en la educación, el profesor acepta que es una situación precaria y que influye mucho en los niños, sobre todo cuando pasan el invierno sin un salón que los proteja.
“En los meses de frío esto parece congelador, estamos a la intemperie, necesitamos apoyo tanto por parte del Gobierno federal como estatal, para que los alumnos estén en lugares con buenas condiciones”, solicitó.
Los mesabancos de la primaria Melchor Ocampo tienen el mismo tiempo que el docente tiene dando clases, cerca de tres décadas, por lo que aparte de estar descontinuados, son incómodos para los niños.
“…Nunca han cambiado los mesabancos, los sentamos del más chico al más grande pero no son adecuados, los niños hasta doblan el pie para sentarse sobre él para alcanzar a ver, necesitamos material adecuado”, comentó.
Actualmente, en la escuela se están terminando de construir nuevas aulas, para que estos niños puedan tener un lugar digno donde estudiar, pero aún les falta mucho. 
La escuela Melchor Ocampo entraría dentro del criterio de atenciones mayores, que se registra en un expediente, según explicó Godoy Alvarado, directora de Educación.
El expediente es llevado a Guanajuato, capital, para que se entregue al director del Instituto de Estructura Educativa del Estado (Inifeg), institución que validará las acciones que se solicitan.
“Con el expediente que les llevamos, ellos hacen una visita, si es impermeabilización, pintura y cosas más sencillas, ellos no necesitan hacer visita, cuando son mayores, que requieren inclusive demolición o revisar infraestructura general del plantel, sanitaria o eléctrica, viene un promotor de ellos para hacer un dictamen”, informó.
Tanto en la dirección municipal como en la delegación en Irapuato, de la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG), se tiene un programa llamado “Escuela Digna”, donde el Municipio o la Secretaría contribuyen con un porcentaje para la rehabilitación, según informaron.
Otra primaria de Irapuato que se encuentra en malas condiciones es la escuela López García, ubicada en el camino a Arandas y que desde hace cinco años tiene como presupuesto para rehabilitación y mantenimiento, el dinero que está en los bolsillos de docentes y padres de familia.
“La escuela es de quien la trabaja… esa debe ser la nueva frase de la Secretaría de Educación”, dijo el maestro Rafael Lara Jiménez, quien trabaja en la primaria desde hace muchos años.
La principal petición es que se dé más seguridad, para evitar los robos, el daño a los edificios al igual que la afectación de material con el que trabajan los niños y que, para evitar el hurto, deben cargar los maestros hasta sus hogares.
“Se está haciendo todo lo posible por levantar la escuela, tenemos un historial donde se nos ha abandonado mucho, antes pasaba la gente y no sabía que era una escuela, porque estaba destruida completamente, pero de cinco años para acá, ya los padres de familia participan más”, recordó.
Lo primero que se ve son los rayones de quienes pasan la cerca, que mide a lo mucho un metro y medio, plasmados en las paredes de las aulas y en la tienda de la escuela, donde asisten 486 alumnos, tan sólo en el turno matutino.
“La Secretaría (de Educación) ya dice que la escuela es de los papás, que se tienen que hacer autosuficientes, para arreglar, para condicionar y mantener la escuela”, confesó.
Los maestros fungen como guardianes del material con el que cuentan los alumnos, que se dividen en 6 grados, dos grupos por cada grado, con cerca de 42 estudiantes en cada aula.
“La escuela es demasiado grande y es muy complicado tener el mantenimiento del terreno, cuidar todo el espacio, sobre todo que no tenemos una barda, nos dañan las aulas”, contó.

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