En los últimos 5 años, los estados con mayor dependencia de las remesas recibieron hasta 38% menos recursos por parte de sus migrantes, como consecuencia de la crisis en Estados Unidos, lo que ha afectado la economía de muchas regiones del País.
Entre 2007 y 2012, los ingresos por remesas cayeron 13.9% en todo México, al pasar de 26 mil 58 millones de dólares a 22 mil 445 millones, es decir, 3 mil 613 millones de dólares menos, según datos del Banco de México (Banxico).
Los recursos faltantes equivalen al doble de lo que reciben las entidades federativas por gasolina al año o también dos veces los recursos por participaciones para el Fondo de Fomento Municipal de 2012.
Y es que en los últimos 5 años, las remesas han caído en 28 de las 32 entidades federales.
En Cuerámaro, Guanajuato, las esposas de los migrantes han tenido que buscar trabajos para completar el gasto, pues sus maridos envían al mes lo que hace 5 años enviaban cada semana.
Los mayores perdedores por monto de recursos fueron el Estado de México y Veracruz, pues entre 2007 y 2012 dejaron de recibir 603 millones de dólares y 600 millones, respectivamente. El año pasado captaron mil 564 millones de dólares y mil 176 millones, en el mismo orden.
Michoacán, el rey de las remesas, el año pasado recibió 2 mil 209 millones, 9.3% menos, que para el estado equivalen a 226 millones de dólares.
Esta situación deprime el consumo regional y genera un círculo de pobreza, coincidieron especialistas.
“Hay mayor pobreza porque mucha gente depende principalmente de ese recurso; es básicamente su sustento, porque en Chiapas, como en otros estados, no hay ingreso constante que sustituya ese dinero”, mencionó Miguel Ángel Gómez, investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas.
Sergio Arredondo, secretario general de la Federación Nacional de Municipios de México (Fenamm), señala que los ayuntamientos han tenido que intervenir ante el freno de sus economías y la falta de ingreso de la población.
“Hay alcaldías en las que algunas familias acuden al Ayuntamiento para que les presten dinero para realizar un entierro o ir al doctor o pagar la luz; les ha pegado muy fuerte”, aseveró.
Cada población vive el fenómeno de manera distinta, según testimonios recabados por REFORMA.
Por ejemplo, en Chilcuautla, Hidalgo, la venta de insumos para la construcción, electrificado y herrería se ha desplomado, aseguró Fulgencio Ramírez, empleado de la Casa de Materiales Vite de este municipio.
Óscar Toxqui, ahora produce ladrillos en San Martín Zoquiapan, Puebla, tuvo que regresarse desde Houston, pues de enviar 100 mil pesos al año a su familia, ya no le alcanzó ni para mantenerse del otro lado de la frontera.

Trabajan mujeres para que les alcance

Cuando Rogelio Bravo Martínez partió a Los Ángeles, California en el año 2006, prometió a su esposa enviar semanalmente dólares para terminar de construir su casa y mantener a sus hijos.
La promesa la cumplió parcialmente durante 2 años; semanalmente enviaba un promedio de 250 dólares, mil dólares al mes.
Tenía dos trabajos fijos y a veces los fines de semana un tercero provisional, pero a finales de 2008 la situación cambió radicalmente.
De dos empleos fijos se quedó sin ninguno, de ingresos semanales en promedio que alcanzaban los 600 dólares, a veces reúne 100 ó 150 dólares.
El envío de dinero a su esposa descendió, pues ahora cuando puede manda 150 dólares mensuales.
Perla Angulo Bonilla, esposa de Rogelio, ya no toleró la situación y decidió emplearse.
Para ayudar a su esposo que no tiene empleo fijo, lava ropa y plancha, y obtiene ingresos a la semana por 250 pesos.
La familia tiene su residencia en la comunidad La Nueva Esperanza.
En 2012, en Guanajuato llegaron remesas por 2 mil 138 millones de dólares, 250 millones menos que 5 años antes.
Juan Pablo Martínez tiene una década radicando en Texas, pero hace un año su madre Hermila ya no recibe remesas.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *