En el número 76 de la famosa calle Faubourg Saint Honoré, en pleno corazón de París, una Venus guanajuatense acaparó la atención de hombres acaudalados, amantes del arte.
En ese domicilio está la sede francesa de la prestigiada casa de subastas Sotheby’s, que la noche del pasado viernes puso a la venta la Gran Venus Callypyge, una escultura de 2 mil 400 años de antigüedad.
La Venus Chupícuaro -como también se le conoce- tuvo un largo recorrido por América y Europa antes de llegar a las vitrinas de Sotheby’s, empresa que la puso en venta a un precio de 3 millones de euros (equivalente a 48 millones de pesos al tipo de cambio actual).
Antes de ser subastada, había sido exhibida en museos y galerías de Canadá, Suiza, Alemania, Portugal, España y Francia; nunca en México, su nación de origen.
Los postores de la pieza fueron magnates amantes del arte antiguo. El comprador -del que se omitieron sus datos- logró quedarse con la Venus con el pago de 2 millones mil 500 euros (unos 32 millones de pesos).
La pieza fue extraída ilegalmente hace más de 60 años, en una excavación clandestina realizada en los alrededores de Acámbaro, al sur de Guanajuato.
El productor de cine franco-canadiense Guy Joussement adquirió esa y otras figuras prehispánicas en 1960, en una visita a México. Fue hace unos 50 años que la Venus fue llevada al extranjero.
En 1988 la pieza pasó a manos del coleccionista suizo Jean Paul Barbier, quien la conservó como parte de su colección particular hasta 1997, cuando decidió exhibirla públicamente en un museo de arte precolombino de Barcelona.
El museo Barbier-Mueller de Barcelona cerró hace seis meses, y la pieza reapareció este año en la casa de subastas Sotheby’s, lista para ser rematada.
Otra Venus guanajuatense en el Louvre de París
Caminando sobre la misma Rue Faubourg Saint Honoré -la calle del glamour en París- se llega al Museo del Louvre, en donde reside una “hermana” de la Venus que fue subastada el viernes en Sotheby’s.
En el Pabellón de Sesiones, muy cerca de la Puerta de los Leones del Louvre, se exhibe la escultura conocida como “La Chupícuaro”, que también fue descubierta hace más de 2 mil 400 años en el sur de Guanajuato, en las cercanías del río Lerma.
Su condición de obra maestra le ha permitido ocupar un lugar privilegiado en el palacio del arte, junto a otras esculturas, de África, Asia, Oceanía y del continente Americano, según detalla la ficha de la pieza.
A pesar de que se exhibe en el Louvre, la escultura de “La Chupícuaro” es el emblema del Museo Quai Branly, de París, ubicado a unos pasos de la emblemática Torre Eiffel.
Los museógrafos de ese recinto le devolvieron la voz a esta otra Venus guanajuatense, con la siguiente leyenda que describe su origen y significado:
“Nací en las montañas del centro de México y mi nombre es el de un sitio arqueológico que se encuentra parcialmente cubierto por las aguas del Río Lerma.
“Se cuenta que yo estaba asociada a un rito funerario relacionado con la fertilidad de la tierra y con su ciclo anual de muerte y renacimiento. En efecto, sigo aquí, yo, gran cerámica barnizada y con formas generosas, que encanto gracias a la modernidad de mi grafismo y el brillo de mis colores.
“El color rojo que me recubre, adornada con dibujos negros, beiges o blancos, no ha perdido un ápice de su brillo original, como si el pintor y el escultor hubieran utilizado todos sus conocimientos y exigencia de artistas para darme la vida. Y, pese a mis 25 siglos, conservo una extraordinaria vitalidad”.
Una presa sobre Chupícuaro
Las dos Venus representan a mujeres prehispánicas que residieron en territorio guanajuatense.
Las efigies pertenecen a la cultura Chupícuaro, término que significa “lugar azul”. Sus asentamientos se desarrollaron hace 25 siglos a la orilla del río Lerma, en aquellos días limpio y caudaloso.
Aunque las primeras investigaciones de esta cultura se realizaron a principios del Siglo XX, fue hasta 1945 cuando se aceleraron los trabajos de excavación, para rescatar la mayor cantidad de vestigios, ante la inminencia del proyecto de construir una presa en la antigua zona prehispánica.
En mayo de 1949 el entonces presidente Miguel Alemán inauguró la presa Solís, la más grande del estado de Guanajuato, que fue utilizada para el riego agrícola.
Bajo sus aguas quedaron los vestigios prehispánicos de la antigua Chupícuaro, cuna de las dos Venus que hoy residen en París.
El saqueo y Natalie Wood
Al mismo tiempo que se edificó la presa, hubo excavaciones clandestinas de las que fueron extraídas miles de piezas de la cultura Chupícuaro.
Muchas de esas piezas pertenecen hoy a colecciones particulares o han sido donadas a museos en el extranjero.
Una de las celebridades que tenía una colección de arte de la cultura Chupícuaro era Natalie Wood, actriz estadounidense de origen ruso, nominada tres veces al premio Oscar y ganadora en una ocasión del Globo de Oro, como mejor actriz en el drama “De aquí a la eternidad”.
Antes de morir prematuramente en 1981, al caer al agua desde su yate “The Splendor”, Natalie Wood donó su colección de arte guanajuatense a la Universidad de Los Ángeles.
El cineasta Guy Joussement también había adquirido numerosas piezas de arte prehispánico en los frecuentes viajes que hizo a México.
Algunas piezas las vendió a coleccionistas y otras las donó a museos.
Por ejemplo, donó la efigie de “La Chupícuaro” al Museo Quai Branly de París, de la que se carece de cédula de registro oficial, pues procede de excavaciones no controladas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Los coleccionistas Jean Roudillon y Jaques Blazy donaron sus respectivas piezas de arte Chupícuaro al mismo museo parisino.
En total, dicho recinto tiene en su inventario 30 piezas de la cultura prehispánica que se desarrolló hace 25 siglos en lo que hoy es territorio guanajuatense.
El Museo de la Mujer, en la ciudad alemana de Wiesbaden, resguarda en su colección otra figura de la cultura Chupícuaro, que se presume también fue sacada ilegalmente de México.
Subastan otras dos esculturas
Sotheby’s subastó el fin de semana otras dos piezas de la cultura Chupícuaro.
La pieza “Pequeña Venus”, que se estima tiene una antigüedad de 2 mil años, fue subastada en 3 mil 750 euros (unos 60 mil pesos).
La pequeña escultura, que mide apenas 10 centímetros de alto, despertó el interés de los compradores, quienes doblaron el precio de salida planteado por la casa de subastas, que osciló entre mil 200 y mil 500 euros.
Por la pieza prehispánica “Venus de doble cabeza”, también originaria de Guanajuato, la casa de subastas pide entre 8 mil y 10 mil euros (alrededor de 160 mil pesos).
La escultura mide alrededor de 14 centímetros.
Ambas piezas pertenecían originalmente al cineasta Guy Joussemet, quien las adquirió entre 1960 y 1970 en viajes que hizo a México, y luego las traspasó a la colección Barbier-Mueller, de Suiza.
Desoyen quejas
El Gobierno de México intentó, sin éxito, frenar la subasta de tres piezas de la cultura Chupícuaro, realizada el fin de semana en París.
Se presume que las piezas fueron saqueadas de sitios prehispánicos de Guanajuato.
La Embajada de México en EU envió un exhorto a la sede de Sotheby’s en Nueva York para que retirara las piezas mexicanas que lanzó en subasta en París.
Además se pidió la intervención del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia para frenar la subasta.
Sotheby’s se negó a frenar la venta de las piezas prehispánicas, con el argumento de que tenían un origen legal.
Trafican arte Chupícuaro
En sitios de internet, en casas de subasta y en galerías de arte de Estados Unidos se venden piezas presuntamente saqueadas de zonas arqueológicas de Guanajuato.
Las piezas corresponden a la cultura Chupícuaro, que se asentó hace 25 siglos en Guanajuato.
En el sitio Howardnowes.com se vende una pieza de cerámica de Chupícuaro en mil 800 dólares.
Según la ficha colocada por el vendedor, la pieza data de 500 años antes de Cristo, y es similar a una que aparece en el catálogo de la colección de Natalie Wood.
Barakat Gallery, ubicada en Beverly Hills, California, ofrece en venta en 480 dólares una escultura de mujer de 5.4 centímetros, originaria de Chupícuaro.
“Son los restos de una cultura vibrante que están sumergidos en un lago”, detalla la ficha.
El sitio Skinner Inc. cotiza en 385 dólares tres pequeñas figuras de la misma cultura prehispánica.
Una casa de subastas de Nueva York ofrece un grupo de tres piezas cilíndricas en cerámica, “posiblemente de la cultura Chupícuaro”, a un precio de 600 a 800 dólares.
La misma casa neoyorquina logró vender en 78 mil dólares (equivalente a casi un millón de pesos) una figura femenina de barro de la misma cultura prehispánica.
En octubre del año pasado, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos logró rescatar un lote de más de 4 mil piezas que habían sido saqueadas de zonas arqueológicas de México.
Las piezas fueron entregadas al Consulado de México en El Paso, Texas.
Entre las piezas rescatadas había una figurilla antropomorfa de la tradición Chupícuaro, y vasijas de barro de la misma cultura prehispánica.