Hace unas semanas, un periodista de Fox Sports le preguntó a Tiger Woods si pensaba que volvería a ser el jugador que fue. La respuesta fue demoledora: “Creo que puedo ser mejor”.
Tiger recuperó ayer el número uno del golf mundial. Ganó por octava vez el torneo Arnold Palmer Invitational -“La octava maravilla”, según la PGA.
Fue la 77ª victoria de su carrera, con una exhibición de juego corto. Como de costumbre, el mito estadounidense le esperaba en el hoyo 18 para felicitarle y coronarle. Esta vez, no solo como rey del torneo, sino como el mejor del mundo.
Woods regresa al trono que perdió en octubre de 2010 y que ocupaba Rory McIlroy.
Es algo más que un cambio de líder. El norirlandés tiene 23 años. Woods, 37. Su regreso es la confirmación de que eso de un nuevo ciclo no era cierto.
Seguramente no hay mejor noticia para el golf que la vuelta de Woods a los altares, y así lo entienden también sus rivales.
La incertidumbre sobre si Tiger ganará de nuevo un grande parece ahora cosa de risa. Woods es el máximo favorito para el Masters de Augusta, del 11 al 14 de abril.
Una quinta chaqueta verde le devolvería todo el esplendor perdido, le reportaría probablemente un gran contrato con un gran patrocinador (también ahí ha cedido terreno) y pondría a temblar el récord de majors de Jack Nicklaus (18 por 14).
Tiger ha recuperado la confianza en sí mismo, en sus manos, y eso se nota sobre todo en los momentos de máxima concentración, en el putt, cuando la diferencia entre la victoria y la derrota se mide en milímetros.
Después de su despedida y regreso, varias veces se concedió la oportunidad de volver a ganar un grande, como en el Masters, pero patinó en el juego corto. Y fueron fallos por muy poco, por un suspiro.
Ahora hizo clic, tiene un nuevo swing, parece en paz consigo mismo y, de repente el putt ya entra. “Es fruto del trabajo duro y la paciencia”, ha dicho.
Este año suma tres victorias (el mismo número que en todo el 2012), y presume del promedio de golpes más bajo del circuito: 68,3 por vuelta, un registro similar al de sus años de dominio absoluto del golf.
Tiger Woods volvió y será mejor
Reencontrado con su mejor arma, el putter, Tiger recobró la cima y dice que lo mejor ya viene.