Más de 300 sacerdotes de la Diócesis de Celaya, entre religiosos y diocesanos renovaron sus votos en la misa crismal que celebró el Obispo este martes. Ahí, monseñor Benjamín Castillo Plasencia consagró los santos óleos y aprovechó para pedir a los fieles orar por los sacerdotes.
“Pido a toda la Iglesia, a todos los fieles que constantemente pidan por los sacerdotes para que nos santifiquemos, para que estemos más unidos a Cristo servidor, porque no vino a ser servido sino a servir, en toda nuestra vida y en todos los momentos exprésenle a Cristo, que nos dé esa gracia, que nos unja con su espíritu para que vivamos nuestro sacerdocio sirviendo a la comunidad, tomando la ofrenda de la comunidad para unirla en sacrificio de Cristo”, dijo monseñor en el acto religioso que reunió además a más a unos 500 fieles católicos.
Monseñor Castillo incluso pidió unos minutos de silencio para que los fieles católicos ahí reunidos oraran por los sacerdotes.
La celebración se llevó a cabo este año en el templo de San Francisco, a diferencia de fechas pasadas cuando la sede era la Catedral.
Los 300 clérigos llegaron procedentes de los 11 municipios de la Diócesis: Celaya, Apaseo el Grande, Apaseo el Alto, Cortazar, Villagrán, Santa Cruz de Juventino Rosas, Comonfort, San Diego de la Unión, San Luis de la Paz, Dolores Hidalgo y San Miguel de Allende en donde están distribuidos en 70 parroquias y 45 rectorías.
Monseñor les preguntó: “Al conmemorar hoy el día de Cristo Nuestro Señor quieren ustedes renovar las promesas que hicieron el día de su ordenación ante el Obispo y el pueblo santo de Dios, Quieren ustedes unirse íntimamente a Jesús modelo de nuestro sacerdocio reafirmando los compromisos sagrados impulsados por el amor a Cristo y para servicio de la Iglesia su sacerdocio, quieren ser fieles dispensadores de los misterios de Dios por medio de la sagrada eucaristía y las más sensibles liturgias y cumplir fielmente con enseñar a ejemplo de Cristo cabeza y pastor”, todos contestaron “Si queremos”.
En la misa crismal, el Obispo consagró los santos óleos: el de los catecúmenos que utilizan en los bautismos, el Santo Crisma empleado en ordenaciones sacerdotales, confirmaciones, bautizos y consagración de altares e iglesias y el óleo de los enfermos para ungir a quienes caen en una grave enfermedad.
El padre José Asunción Briones explicó que si bien la misa se hacía antes los jueves santos, día en que se instituyó la eucaristía decidieron cambiar la fecha a martes para que acudieran todos los sacerdotes de la Diócesis.
“Es una celebración donde se encuentra el Obispo con todo su presbiterio en donde todos vamos a renovar nuestras promesas y vamos a vernos motivados por la palabra del obispo y renovando nuestra consagración de ministerio sacerdotal”.
Al final una vez consagrados los aceites fueron repartidos a las delegaciones de laicos que llegaron de todas las parroquias de la Diócesis.

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