El presidente Enrique Peña Nieto aseguró ayer que los extranjeros que deciden adquirir la nacionalidad mexicana encuentran ahora en el País oportunidades y un futuro prometedor.
En la explanada Francisco I. Madero de la residencia oficial de Los Pinos, el mandatario encabezó ayer la ceremonia de entrega de 200 cartas de naturalización, que se suman a las mil 100 otorgadas previamente en la actual Administración.
En el proyecto de transformar a México, indicó no sólo quienes nacieron en el País están llamados a trabajar por un México en paz, influyente, próspero y con educación de calidad, sino aquellos que han decidido por voluntad propia asumir la nacionalidad mexicana.
“Ser mexicano implica recibir la protección de nuevas leyes y el respaldo de nuestras instituciones; pero ser mexicano no sólo supone derechos. Como todo gran privilegio, también conlleva altas responsabilidades”, advirtió.
“Ser mexicano significa cumplir las normas y respetar el Estado de Derecho, creer en este País y en su gente; implica forjar a nuestros hijos como buenos ciudadanos. Ser mexicano es más que una nacionalidad, es un compromiso”, agregó.
El Presidente aseguró a los naturalizados que en México los extranjeros no sólo encontrarán solidaridad, sino oportunidades, certezas y un futuro prometedor.
Peña entregó personalmente 20 cartas a extranjeros de España, Chile, Argentina, Nicaragua, Marruecos, entre otros países, a quienes preguntaba a qué se dedicaban, si estaban contentos o que planes tenían.
Los llamó los nuevos hijos de México, quienes, dijo, inician una nueva etapa en sus vidas y con ella “oportunidades y grandes expectativas”.
“En el mundo de hoy, hay un amplio horizonte de posibilidades para elegir. El que hayan escogido a México es motivo de alegría y satisfacción (…) Éste es un País que sabrá valorar su participación y recompensar su esfuerzo diario”, remarcó.
México, agregó, mantiene su vocación de recibir en las adversidades o acompañar en nuevos proyectos a extranjeros.
“Se unen a un México ahora en movimiento, a un País con un futuro prometedor. Como ustedes lo han venido constatando, éste es un gran momento para estar y vivir en México, porque aquí hemos iniciado una importante transformación”, presumió.
José Antonio Meade, sostuvo en su turno que México es una Nación abierta al intercambio con otros pueblos.
‘Tomé ladecisión a los 43 años’
A Rubí Enríquez le llevó 43 años decidir ser mexicana.
Con hijos y nietos nacidos en México, la chilena dejó su vida itinerante entre uno y otro País para quedarse el resto de sus días aquí.
“Me costó trabajo decidir, pero ahora quiero pasar lo que me quede de vida en México”, afirmó la mujer de 70 años de edad, quien convivió ayer en la explanada Francisco I. Madero de la Residencia Oficial de Los Pinos con otros 199 extranjeros que recibieron su carta de naturalización, varios de ellos después de un largo proceso iniciado a principios del año pasado.
Ahí estaban científicos, diplomáticos, oficinistas, empresarios, amas de casa, sacerdotes, deportistas, médicos o académicos que optaron por quedarse de manera definitiva en México.
Uno de ellos es el sacerdote Raúl Gabrielli, quien llegó a México hace ocho años y dedica su vida religiosa a recorrer comunidades con la imagen de la Virgen María.
También estaba Gardelia García, que dejó El Salvador desde hace una década para dedicarse a la ciencia, pues en su País no hay suficientes centros de investigación.
“Decidí quedarme por las oportunidades en investigación que hay en este País. Allá no existe presupuesto”.