Hombres y mujeres al llegar a la 3° edad modifican su concepción referente a la sexualidad, ya que, mientras los hombres procuran dejar las prácticas sexuales a un lado, las mujeres, por el contrario, muestran interés en seguir una vida en pareja, explicó Juan Luis Montoya, Profesor honorífico del Departamento de Sociología en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, derivado de su investigación “Corporalidades en la senectud de personas de Aguascalientes”.

En su investigación, en el apartado de sexualidad, encontró que la mayoría de los hombres concuerdan en que a partir de los 60 años, la práctica sexual es algo en lo que no debería siquiera pensarse y que prefieren enfocar su atención a trabajar o bien, realizar actividades en las que la fuerza se haga presente.

“Podríamos pensar que los hombres siguen activos sexualmente, pero es al revés, las mujeres están más interesadas en estas prácticas afectuosas, les interesaría practicarlas pero ven que no hay interés de los hombres”.

Juan Luis Montoya menciona que lo anterior está relacionado directamente con la idea que se tiene de la sexualidad, ya que los hombres en la senectud continúan sometidos al cuerpo, y si el cuerpo ya no tiene la misma juventud no soportan ese cambio; las mujeres entienden la sexualidad como una práctica de placer, de vinculación, que no depende necesariamente de los cuerpos.

Los hombres están sujetos a sus propias normas, por lo que no conciben practicar la sexualidad de otra manera como con besos o caricias como lo creen las mujeres, lo que apunta a que las mujeres tienden a liberarse en el momento en el que dejan su rol de madre, explicó.

Aunado a ello encontró varios tabúes, reforzados en los estratos bajos económicamente y de educación, acerca de las muestras de afecto en público por personas de las 3° edad “Mencionan que los ancianos que se toman de la mano o se besan en público son amantes, pero las que tenían un estrato más alto, no tienen ese tabú”.

Otro concepto en el que se encontró una marcada diferencia entre los adultos mayores, es en la idea de belleza, ya que son los hombres los que se preocupan más por guardar las apariencias en esta etapa y procuran mantenerse dentro de los mismos estándares de belleza que en su juventud, mientras que las mujeres, relajan su manera de sentirse bellas.

“Las mujeres a pesar de que mencionaban que buscaban verse atractivas para su familia, aceptaban más los cambios de su cuerpo que los hombres, ellos buscan con su apariencia demostrar su fortaleza a pesar de que podrían ser más cómodos”, por lo que la mujer se libera al dejar de buscar ser un objeto de deseo, mencionó Juan Luis Montoya.

En lo que ambos géneros coincidieron fue en que, para los abuelos, la belleza es algo menos facturado y más limpio “Ambos comentaron que en la tercera edad, la belleza tiene que ver con alguien que acepta sus cambios y que es limpio” finalizó.

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