Corea del Norte anunció ayer (hoy, tiempo local) que entró en estado de guerra con Corea del Sur, lo que significa que Pyongyang negociará cualquier asunto intercoreano sobre esta base.
“A partir de ahora, las relaciones intercoreanas están en estado de guerra y todos los asuntos entre ambas Coreas se tratarán de acuerdo a un protocolo adaptado a la guerra”, declaró Corea del Norte en un comunicado conjunto atribuido a todos los organismos de Gobierno e instituciones.
“La situación que prevalece desde hace mucho tiempo, según la cual la península coreana no está en guerra ni en paz, ha terminado”, agrega.
Técnicamente, las dos Coreas siguen en guerra desde el fin del conflicto que las enfrentó entre 1950 y 1953, que terminó con un armisticio y no con un tratado de paz.
Corea del Norte anunció este mes que iba a anular el armisticio y otros tratados bilaterales de paz firmados con Seúl en protesta por las maniobras militares conjuntas de Corea del Sur y Estados Unidos.
La declaración se produjo luego de que el líder norcoreano, Kim Jong Un, ordenó alistar las unidades de cohetes para un posible ataque a las bases militares estadounidenses ubicadas en Corea del Sur y el Pacífico.
Según el comunicado, la decisión de Kim es un ultimátum a las fuerzas hostiles y una resolución final para la justicia.
No obstante, el texto aclara que Norcorea no ha realizado ningún ataque, ya que el Ejército espera la orden de su líder.
En este contexto, China y Rusia expresaron más temprano su preocupación por la tensión en la región y urgieron a evitar acciones militares.
“Podemos perder el control de la situación, que está entrando en la espiral de un círculo vicioso”, declaró el Canciller ruso, Serguei Lavrov, en rueda de prensa.
China, el principal aliado y socio comercial de Norcorea, pidió esfuerzos colectivos para distender la situación.
“La paz y la estabilidad en la península coreana es algo beneficioso para todos”, declaró el portavoz de la Cancillería, Hong Lei.
La escalada de la tensión se dan un día después del sobrevuelo de aviones estadounidenses B-2 con capacidad nuclear sobre la península coreana.
Expertos afirman que, por ahora, el aumento de la retórica belicosa de Pyongyang no irá acompañada de acciones militares.
La Casa Blanca ha dejado claro que tiene la voluntad y la capacidad para proteger sus intereses y los de sus aliados frente a las amenazas de Corea del Norte, que esta mañana ha dado orden de preparar sus misiles para atacar las bases de Estados Unidos en Corea del Sur y el Pacífico.

Corea del Norte: ¿amenazas o riesgo real?

Pasando por alto amenazas de represalias, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ordenó nuevas sanciones económicas en contra de Corea del Norte el jueves por su tercer ensayo nuclear el mes pasado, aprobando por unanimidad una resolución que Estados Unidos negoció con China, el mayor protector del Norte.
En una iracunda respuesta, Corea del Norte dijo ayer viernes que anularía todos los acuerdos de no-agresión y desnuclearización con Corea del Sur y que cortaría la línea abierta entre Norte y Sur.
Pero, más allá de dichas medidas, no quedó en claro cómo respondería a la reprimenda, si es que lo hacía, el joven y aún no probado líder de Corea del Norte, Kim Jong Un. Su gobierno ha amenazado con dar por terminado el armisticio de 60 años que puso un alto a la Guerra de Corea y que ha mantenido una paz fría en la península desde entonces, al tiempo que oficiales surcoreanos dijeron que estaban alerta a cualquier posible ataque conforme el Norte busca ventilar su ira.
Cualquier acción o respuesta de ese tipo podría terminar involucrando a fuerzas estadounidenses que han permanecido en Corea del Sur a medida que se ha pasado de la ruina de la destrucción de la guerra a uno de los motores industrializados más avanzados del mundo. El voto del Consejo de Seguridad, por 15 a 0, aplica nuevas limitantes, potencialmente dolorosas, a la banca norcoreana, al comercio y viajes, presiona a países para que revisen carga sospechosa proveniente de Corea del Norte y contiene nuevo lenguaje de aplicación de leyes que estaba ausente en medidas anteriores.
Sin embargo, las cláusulas revisten menos importancia en ciertas formas que la participación de China en su redacción, sugiriendo que el país ha perdido la paciencia con el vecino al que apoyó en la Guerra Coreana. Si bien la aplicación de sanciones por parte de China en contra de Corea del Norte está por verse, ahora pudiera ser más asertiva.
“Esto no es sobre las palabras, es sobre la música”, dijo Christopher R. Hill, el ex diplomático estadounidense que negoció un trato con el Norte durante la administración de George Bush para desmantelar sus instalaciones nucleares, acuerdo que rápidamente se vino abajo. El copatrocinio de China de esta resolución “sugiere que tras muchos años, los tornillos ya empezaron a girar”, dijo Hill, actualmente decano de la Facultad de Estudios Internacionales Josef Korbel, en la Universidad de Denver. La votación en Naciones Unidas se dio horas después de que Corea del Norte, enfurecida por la combinación de la resolución propuesta y la persistencia de ejercicios anuales y conjuntos de militares de Corea del Sur y EU, amenazó por primera vez con llevar a cabo “un ataque nuclear preventivo” en contra de sus enemigos, de los cuales EU califica en primer lugar.
Expertos militares consideraron que esa amenaza fue una bravata: si bien el Norte ha conducido tres ensayos nucleares bajo tierra, está lejos de ser claro que sabe cómo desplegar un arma nuclear o fabricar una suficientemente pequeña para que quepa en la punta de un misil. Sin embargo, la amenaza impulsó de todos modos al portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, a responder que Estados Unidos era “plenamente capaz” de defenderse solo.
Es posible otro ensayo nuclear, al igual que otro lanzamiento de misil balístico o quizá una provocación armada hacia Corea del Sur, donde una nueva presidente, Park Geun-hye, la hija de un ex dictador surcoreano que fue conocido por asumir una postura dura hacia el Norte, podría ser obligada a responder.
Algunos vieron las funestas advertencias del Norte como una señal de que había una respuesta militar en el horizonte. “El decibel mayor de la invectiva es un poco inquietante”, destacó Bill Richardson, el ex gobernador de Nuevo México y candidato presidencial, quien ha viajado a Corea del Norte ocho veces, más recientemente en enero. “Es el mayor nivel negativo que yo haya visto, y probablemente significa que los elementos de línea dura, particularmente los militares y no la cancillería, están al mando”.
Por otra parte, dijo Richardson, “China forma parte de un considerable esfuerzo de sanciones, y esto pudiera enfriar a los norcoreanos, pudiera moderar su respuesta”.
Glyn T. Davies, el representante especial de la Administración para política hacia Corea del Norte, argumentó que el mejor rumbo era seguir con la estrategia actual de Obama de usar ensayos y provocaciones para recrudecer sanciones, e intentar sofocar el desarrollo de los misiles de largo alcance del Norte y su esfuerzo por diseñar armas nucleares suficientemente pequeñas para esos misiles.
Davies insistió en que “aún es el objetivo de la política estadounidense lograr una península coreana que este exenta de armas nucleares”. La prescripción de Davies fue desafiada por Robert Joseph, quien lidió con temas de Corea del Norte por la administración Bush y dejó el Departamento de Estado parcialmente en protesta por un trato norcoreano aprobado por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.
“Corea del Norte sólo abandonará sus programas de misiles y nuclear si lo juzga esencial para la supervivencia del régimen”, le dijo al comité. El Norte, dijo, considera que estos programas son un disuasivo en contra de ataque.
La resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas instruye a Corea del Norte que cese todo ensayo nuclear y de misiles y contiene nuevas restricciones que obstaculizarán transacciones financieras, decomisarán efectivo, dándole más poder a otros países para inspeccionar carga sospechosa de Corea del Norte, aunado a la expansión de una lista negra de artículos que el país tiene prohibido importar. Las sanciones también aplican nuevas ataduras a diplomáticos norcoreanos, elevando su riesgo de expulsión de países anfitriones.
Sin embargo, las restricciones no permiten que los países detengan e inspeccionen embarques norcoreanos en altamar u obliguen a descender a aeronaves sospechosas de transportar contrabando; actos que podrían desatar una violenta confrontación.
“La fuerza, alcance y severidad de estas sanciones elevará el costo para Corea del Norte de su ilícito programa nuclear y limitará incluso más su capacidad de financiar y conseguir materiales y tecnología para sus programas de misiles balísticos convencionales y armas nucleares”, les dijo a reporteros la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Susan E. Rice, después de la votación.
Li Baodong, el embajador chino ante la ONU, al parecer indicó la frustración de China hacia Corea del Norte, que hizo caso omiso a sus súplicas para que no llevara a cabo el ensayo en febrero pasado.
“China es un país de principios”, dijo ante reporteros. “Estamos comprometidos formalmente con salvaguardar la paz y estabilidad en la península de Corea”. Siguió siendo incierto si China estaría dispuesta a ir más allá del alcance de las sanciones, cortando embarques de combustible y comercio comercial que en el pasado han contribuido a mantener funcionando al empobrecido País.
Rice descartó las amenazas del Norte, diciendo: “Corea del Norte no logrará nada con amenazas y provocaciones persistentes”.
En días recientes, con la resolución preparada para pasar, Corea del Norte caracterizó las sanciones como parte de un “acto de guerra” en sus críticas crecientes hacia Estados Unidos y sus aliados. Previamente Corea del Norte declaró nulo el armisticio de 1953 y sin validez, amenazando con convertir a Washington y Seúl en “un mar de flamas” con “bombas nucleares más ligeras y pequeñas”.

Teme Rusiaescaladamilitar

Rusia advirtió de que la tensa situación en la península coreana se puede salir de control por las “acciones unilaterales”, luego que Estados Unidos y Corea del Sur realizaron ejercicios militares con bombarderos y el presidente norcoreano, Kim Jong-Un, ordenó a las unidades de cohetes del País estar preparadas para atacar las bases militares estadounidenses.
“Podemos perder el control de la situación, está entrando en la espiral de un círculo vicioso”, declaró el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, en rueda de prensa.
“Estamos preocupados por el hecho de que se toman acciones unilaterales, que consisten en intensificar las actividades militares, en relación a Corea del Norte y en paralelo a la reacción apropiada del Consejo de Seguridad de la ONU y a la reacción colectiva de la comunidad internacional”.
Rusia llamó a todos los países a abstenerse de mostrar su fuerza militar y a no utilizar la situación actual para alcanzar objetivos geopolíticos en la región por medios militares.
“Cualquier paso que tome cualquier bando, de uno u otro lado, que de alguna manera aumente la tensión en la región es una actitud negativa. Seguiremos de cerca la situación”, apuntó Lavrov.
“Juzgaremos la situación no por las declaraciones belicosas, que, por cierto, no sólo provienen de Pyongyang, sino por las medidas específicas que cualquiera de las partes pueda llevar a cabo. Entonces tomaremos una posición”.
Lavrov recordó que Moscú apoyó la respuesta correspondiente del Consejo de Seguridad de la ONU en contra de Corea del Norte, que sancionó al régimen por llevar a cabo una prueba nuclear.

Advierte EU que defendera sus intereses

La Casa Blanca ha dejado claro que tiene la voluntad y la capacidad para proteger sus intereses y los de sus aliados frente a las amenazas de Corea del Norte, que ayer ha dado orden de preparar sus misiles para atacar las bases de Estados Unidos en Corea del Sur y el Pacífico. Con el presidente Barack Obama volando hacia Florida para hablar de economía, la habitual rueda de prensa de la Casa Blanca se ha realizado en el Air Force One. El viceportavoz del Presidente, Josh Earnest, ha enfatizado la determinación norteamericana de responder a las amenazas al recordar que en estos momentos EU está llevando a cabo “unas maniobras militares con Corea del Sur”. “Esto debería de ser una prueba lo suficientemente clara para la comunidad internacional y los norcoreanos de que tenemos la capacidad y la voluntad de proteger nuestros intereses en la región”.
El jueves, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, dijo que Washington se estaba tomando muy en serio las amenazas de Pyongyang, horas después de que el Pentágono diera la orden de que sobrevolaran la región bombarderos furtivos B-2. EU recordó que en las maniobras han participado bombarderos B-52 con capacidad nuclear. Hagel negó que el despliegue de los B-2 en Corea del Sur fuera una provocación y aseguró que “la disuasión también forma parte de los ejercicios militares” entre las fuerzas surcoreanas y las tropas estadounidenses, maniobras que comenzaron el 1° de marzo y se prolongarán hasta el 30 de abril.
“Las acciones muy provocativas y el tono beligerante han aumentado el peligro”, indicó Hagel, que también defendió la decisión de mediados de este mes de aumentar las defensas antimisiles ante las amenazas del régimen del líder norcoreano Kim Jong-un. Hagel insisitió en que el Pentágono no había exagerado su reacción. “Sólo necesitas equivocarte una vez”, dijo el secretario de Defensa.
La Casa Blanca ha reiterado Earnest indicó que Estados Unidos está coordinándose con los países aliados, pero también con China y Rusia.

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