El reporte de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario del Gobierno del Estado es de al menos 70 mil hectáreas siniestradas (33 mil afectadas en más del 50% y el resto en menos).
Las pérdidas económicas, según dijo el secretario de agricultura Javier Usabiaga Arroyo, suman más de mil millones de pesos.
El daño es para 12 mil productores de principalmente 22 municipios del estado de Guanajuato.
“¿A cuánto asciende el daño?, yo le calculo que hemos perdido en números redondos el 50% de la cosecha, yo creo que hemos perdido más de 220 mil toneladas a cuatro mil pesos la tonelada. El daño es de más de mil millones de pesos, únicamente pensando en trigo y cebada, habría que pensar en otros cultivos que todavía ni siquiera pueden ser evaluados”, declaró Usabiaga hace una semana.
De inicio lo anunciado es un apoyo de 2 mil 200 pesos por hectárea (a quienes tengan menos de 20), de acuerdo con las autoridades
En tanto, la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión aprobó el pasado 20 de marzo un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Gobernación (Segob) a que emita la Declaratoria de Emergencia para los 22 municipios de Guanajuato y Michoacán afectados por las recientes heladas.
Esta declaratoria significará también, dijo Usabiaga, la inclusión al Seguro Cadena, al tiempo que se ha pedido a las presidencias municipales que sean las receptoras de las demandas de los productores, para apoyarlos en lo que sea posible.
PASO A PASO
LOS APOYOS
*Acudir a la Dirección de Desarrollo Rural municipal y reportar daños.
* La Dirección de Desarrollo Rural entrega la información a la Dirección de Seguros y Financiamiento de la SDA para la integración del Padrón de Productores Afectados.
* Los padrones serán cotejados con las bases de datos de Procampo, registros de aseguradoras, los contratos de producción de cebada maltera y todos serán sujetos a inspección en campo.
*La Dirección de Seguros y Financiamiento inicia trámite ante la Sagarpa central.
*Sagarpa central autoriza y remite padrón de productores a apoyar.
*La Dirección de Seguros y Financiamiento inicia el proceso de pago de apoyos.
Fuente: Secretaría de Desarrollo Agropecuario del Estado.
LEÓN
‘Se nos fregaron cinco hectáreas’
En el segundo año que decidió sembrar cebada en su terreno de cultivo, José Gómez Guadián, vecino de la comunidad de La Arcina, municipio de León, perdió toda la cosecha con las heladas que cayeron en Guanajuato.
Para recuperar una pequeña parte de los más de 50 mil pesos que invirtió en las cinco hectáreas de siembra, el campesino tuvo que desembolsar más de mil pesos para convertir la cosecha quemada por el frío en 450 pacas de alimento para el ganado.
“Se nos fregaron 5 hectáreas de cebada, apenas estaba en su floración cuando le cayó la helada, por cada hectárea se le invierten unos 10 mil pesos más o menos, lo único que nos puede servir de lo que quedó es la pura basura para los animales”, comentó el agricultor de La Arcina.
Con incredulidad en su rostro, comentó que ojalá se concrete el apoyo de 2 mil 200 pesos por hectárea ofrecido por el Gobierno estatal a los campesinos guanajuatenses afectados, pues si bien es poco, les serviría al menos para volver a preparar la tierra.
El martes 26 de marzo, José Gómez contrató maquinaria para cortar y empacar la cosecha afectada por el cambio brusco de temperatura, convirtiéndola en pacas de forraje que servirán de alimento para ganado. El precio pagado por cada paca fue de 6 pesos.
“Nunca nos había pasado esto aquí, en esto quedó la cosecha, en pura basura para los animales. Mi papá creo que metió la solicitud para ver si lo apoyan, pero sólo él sabe si le van a dar o no, nosotros esperamos que sí den la ayuda porque cada vez pierde uno más en el campo”, dijo preocupado Gómez Guadián.
Los agricultores de cebada, trigo y hortalizas como el tomate y jitomate del rancho La Arcina, fueron de los principales afectados por las bajas temperaturas en León.
Pierden hortalizas y el apoyo
A pesar de haber perdido más de 70 mil pesos en su cultivo de tomate verde, Jorge Luis Hernández, de la comunidad de Barretos, al sur del municipio, no podrá recibir el apoyo del Gobierno estatal, 2 mil 200 pesos por hectárea siniestrada.
Y es que el delegado de la comunidad, Jacobo Rodríguez Torres, le informó que los apoyos sólo se entregarían a quienes perdieron siembras de trigo, cebada y avena, mas no de hortalizas, como Hernández.
“Pues ya cuando nos dijeron que (el apoyo) era nada más para el trigo y cebada nos quedamos quietos, perdimos 9 hectáreas de tomate, perdimos como unos 60 ó 70 mil pesos, yo pienso que el Gobierno debe de apoyar para todo, cuando llegan aquí nomás dicen que son para unas cosas, cuando menos nos hubieran servido para la renta de la parcela”.
Mostrando parte del cultivo quemado por las heladas, explicó que para recuperar algo de lo perdido, contrató 25 jornaleros pagándoles 120 pesos por día, quienes se encargaron el martes 26 de marzo de volver a sembrar las plantas de tomate perdidas.
“Antes sembrábamos maíz y trigo, pero es cara la inversión y vale muy poco, no se gasta más que en el tomate, pero el rendimiento es menos, una vez pegándole al tomate y que traiga buen precio, salen unas 30 toneladas por hectárea y si anda a 5 pesos por kilo queda más ganancia, en cambio el trigo siempre lo pagan a 3 ó 4 pesos”, dijo el agricultor.
PUEBLOS DEL RINCÓN
Ni las nopaleras crecieron bien
Las heladas afectaron la agricultura en los Pueblos del Rincón y los campesinos tuvieron grandes pérdidas.
En campos de las comunidades de San Bernardo, en Purísima del Rincón; y otras de San Francisco del Rincón como Silva, Mexiquito, San Roque de Torres, El Nacimiento, Peñuelas y San Ignacio, se dañó gran parte de la cosecha.
En El Nacimiento, los agricultores comentaron que más del 50% de lo sembrado entre cebada y trigo se ha perdido.
Son 168 ejidatarios con un promedio de ocho hectáreas cada uno, de las cuales se entregó la documentación para solicitar el apoyo en casos de desastre.
“Yo creo que más del 50% de lo que se sembró aquí en El Nacimiento se perdió con estos fríos, todo lo que se ve amarillo en los sembradíos es la cosecha que se quemó con el frío, desde trigo y cebada, la cebada sí se perdió toda”, comentó Bartolo Jaramillo, de El Nacimiento.
Mencionaron incluso que las nopaleras, que en esta época ya deberían de haber crecido, están muy chicas.
En Mexiquito hubo quienes sembraron planta de camote y también perdieron la siembra.
“Mi familia sembró camote, planta de camote, entre dos o tres hectáreas y todo se perdió, así ves en todo el camino, en San Bernardo se ven las cosechas de trigo heladas, y así por donde camine”, comentó Abundio Solano, un campesino de El Mexiquito.
En San Roque de Torres los campesinos ya entregaron también la documentación necesaria para reportar las pérdidas.
“Yo sembré dos hectáreas y media de avena en esta temporada invierno-verano, la helada acabó con todo, esta fue la más grande de las heladas, más que hace cuatro años o que el frío que se sintió hace dos años a las autoridades”, anotó el agricultor Jesús Cruz.
IRAPUATO
‘No les importa’
Francisco Gómez Hernández, campesino de 80 años, alcanzó a cultivar dos hectáreas de cebada con el poco dinero que pidió prestado para sembrar, pero el cultivo se quemó por las heladas.
Su mirada se entristece cuando recorre el amarillo de las hectáreas de cebada con la que se mantienen su esposa y él, y apoya a sus seis hijos.
“Uno ya no se puede mantener del campo, antes era más sencillo pero ahora ya no es así, ya no les pido a mis hijos que se queden aquí conmigo, ellos se van a su trabajo de obreros, es malo de mi parte si los encadeno al campo, ya no sale para vivir”, confesó.
Don Paco explicó que la planta comienza a ponerse negra cuando le caen este tipo de heladas, que se presentaron los primeros días de marzo y afectaron todo el campo guanajuatense.
“Cuando se congela se pone negra la planta, después sale el sol y empieza a dorarse con el calor, amaneció helando y entonces se quemó todo el cultivo, hay plantas que se salvaron en una parte pero todo está afectado”, comentó.
Sus manos se ven maltratadas por el campo, las mismas con las que sostiene algunas plantas de cebada que aún se podrían salvar, llegando el 20 de abril, cuando podrían recoger lo que dejó el frío.
“Yo ya estoy viejo, el campo ha sido mi trabajo desde chiquillo, mi papá me enseñó a trabajar la tierra, eso es lo que muchos no entienden, que el campo es algo que queremos, que llevamos metido en el corazón, por eso nos importa que nos apoyen, pero a las autoridades no les importa”, finalizó.
‘Ni una planta limpia quedó’
El 20 de abril es una fecha importante para Salvador Santoyo Salazar, campesino del ejido de Molino de Santa Ana, pues será el día en que se dé cuenta de cuánta es la afectación de sus cultivos, que suman 14 hectáreas de trigo, cebada, tomate y fresa.
Una inversión de cerca de 140 mil pesos que tuvo que conseguir con préstamos más lo que tenía guardado, todo perdido por el momento por las heladas.
“Todo estuvo afectado, todo, no quedó ni una planta limpia, hay algunas que se pueden salvar y con las que esperamos poder recolectar algo, pero la helada no dejó ni una sola planta sin afectar”, declaró Santoyo.
Con los pies cansados, después de revisar el cultivo de tomate que esperaba ya estuviera listo para estas fechas, confiesa que su padre le advirtió.
“Me dijo en la noche que por el viento frío lo más seguro era que fuera a helar en la madrugada, y eso fue lo que pasó, me recomendó mi padre que regara la siembra, lo hice pero con la poco agua que tenemos, no alcancé a regar todo”.
En el ejido riegan con ayuda de la presa de La Purísima, pero por las sequías del año pasado, no tiene agua, por lo que tienen que inventar estrategias.
“A las que alcancé a regar no les pegó tan fuerte, son las que espero que se puedan levantar y que nos den algunas toneladas para vender, si levantamos entre tres y cuatro toneladas, apenas vamos a poder recuperar la inversión”, comentó.
Santoyo dice no esperar apoyo oficial, ni de las aseguradoras, porque sabe que poco será lo que podrá rescatar.
“En una ocasión nos cayó un granizo muy fuerte, entonces hablé a la aseguradora, lo que me dijeron es que recogiera el cultivo que me servía, que con eso sacaba yo para recuperar mi inversión, pero eso no es lo que necesitaba, también nosotros tenemos que comer”.
CELAYA
Antes sequía, ahora heladas
Tarcisio Villanueva Martínez, de San Miguel Octopan, tiene 56 años y de éstos al menos 30 dedicados al campo.
Perdió una hectárea y media de frijol y con ello una ganancia de por lo menos 15 mil pesos, y de poco servirán los dos mil 200 pesos que le darían de apoyo.
También tiene cultivos de zanahoria, alfalfa, maíz y sorgo.
Platicó que años atrás sí había heladas, pero está sorprendido porque en esta ocasión sí estuvo muy fuerte y sobre todo porque a últimas fechas las pérdidas han sido por sequía y no por heladas.
“No son suficientes 2 mil 200 (pesos), pero sí es un apoyo por lo menos para sembrar semilla, se requieren para sembrar una hectárea entre siete mil y ocho mil pesos. Ya el año pasado perdí cinco toneladas de sorgo, pero ahí fue por la sequía y ahora son las heladas. Que si nos urgen los apoyos, pues claro que sí.
“Nos dijeron que los que tuvieran afectaciones podíamos pasar a inscribirnos, pero no sabemos a dónde. Nos dijeron que vayamos a Sagarpa a anotarnos, pero no sabemos bien cómo está”, dijo.
Ni Andrés ni Tarcisio están inscritos en la lista de personas que solicitan ayuda por sus pérdidas económicas, únicamente porque desconocían que las autoridades de Gobierno solicitaron apoyo al Gobierno federal y a la Cámara de Diputados para apoyar a los afectados por las heladas.
‘No tenemos para dónde estirarle’
Andrés Morales perdió por las intensas heladas, más de 40 mil pesos en la cosecha de frijol que tenía preparada para el presente ciclo agrícola.
Originario de San Miguel Octopan, contaba con tres hectáreas de frijol, de las cuales 80% sufrió pérdida total.
Deprimido, con lágrimas, cuenta que calculaba que obtendría unas 15 toneladas, pero además le da tristeza que dejó todo su esfuerzo en la siembra de su frijol, y al final no tendrá nada.
“Todavía a mi edad tengo la ilusión, el sueño, el gusto, porque para mí es un gusto cultivar el terreno porque toda mi vida he vivido del campo y me complazco de ver cómo va el tractor, el cultivo. Pero ahora que se perdió me dio mucha tristeza, es como cuando nos pasa un accidente, un percance inesperado y esperamos algo con ilusión”, platicó.
Aunque ya no quiere pensar en las pérdidas económicas, sí sostuvo que el apoyo que ofrece el Gobierno es poco, pues son 2 mil 200 pesos por hectárea cuando a un productor le cuesta unos 8 mil pesos preparar el terreno.
A sus 78 años no le queda más que resignarse, ver sus tierras que poco a poco mueren, pues hace un año se vio afectado por la sequía y ahora por las heladas.
“Yo nada más tengo tres hectáreas, ahí está lo poquito que me dejaron las heladas, ya no tengo recursos para volver a resembrar, ya no sale la inversión. Ya lo tenía cultivado y sólo quedó una mata aquí y otra por allá”, indicó.
Dijo que le preocupa es cómo va a seguir sembrando y cómo va a darle de comer a su familia y a los tres peones que le quedan.
“Ahorita me mantengo de lo que quedó de la cosecha de sorgo del año pasado, no está para saberlo pero hasta para la alimentación nos limitamos, lo más reducido que se pueda. Calculábamos que llegaban los cultivos para finales de mayo, y quedó sólo un 20% de la cosecha”.
Sobre si urgen los apoyos, dijo que sí, aunque se mostró sorprendido pues no sabía que había recursos para los campesinos que perdieron su siembra.
“Únicamente me dedico a esto, casi no salgo, mi vida es el campo y a veces no sabemos los programas del Gobierno. No sabía que había apoyo, ni a dónde hay que ir. ¿Cómo no voy a necesitar un apoyo del Gobierno? Yo soy un pequeño agricultor, campesino que trabajo mis granos para mantenimiento.
“Esto no es costeable, ya nos sentimos deprimidos, pero ya no tenemos para donde estirarle, cada quien se reduce a lo que puede personalmente. Le invertí como unos 40 mil pesos, no queda ni la mitad”, lamentó.
GUANAJUATO
Se quedaron sin flores para Viernes de Dolores
Faltaban tres semanas para cosechar las flores para vender el Viernes de Dolores, cuando llegó la helada “negra” y Baltazar Zárate Molina perdió 80% de su producción.
Zárate Molina es originario del Maluco, pero tiene alrededor de media hectárea en Puentecillas, donde produce flores para vender el Día de las Flores.
“Yo siembro alelí, manzanilla, espuela y nube, que son las que se venden el Viernes de Dolores, todo se quemó. Tengo media hectárea sembrada, para sembrar se hace una inversión de aproximadamente 15 mil pesos, pero las pérdidas fueron como 40 mil pesos”.
Las plantas se comienzan a sembrar cada año en octubre, para cosecharlas en la víspera del Viernes de Dolores.
“Ahora viene la venta de flor de cempasúchil, para vender el Día de Muertos, así que como no se vendieron las plantas de Viernes de Dolores, nos toca sacar las plantas quemadas, preparar la tierra y volver a sembrar”.
Zárate Molina dice que aunque la flor de cempasúchil requiere una menor inversión, lo difícil es que el Gobierno no quiere dar lugares para venderla.
“Nos ponen muchos peros para dar un permiso, así que volvemos a batallar. Ahora hay que prepararnos para sembrar”, comentó Zárate Molina, de 29 años de edad, quien tiene que mantener con este pedazo de tierra a su familia, entre ellos a un tío discapacitado, así como a una persona de la tercera edad.
“Lo único que sacamos fueron como cuatro mil pesos, con esto tenemos que pagar limpieza del terreno, tractor para preparar la tierra, donde lo caro es la gasolina”, indicó.
Para concluir, Zárate Molina mostró como la alelí sólo tiene unas cuantas flores cuando debieran estar tapizadas en la parte superior, cerca de 10 centímetros seguidos.
Y pierden la alfalfa
Natividad Molina Hernández, de Puentecillas, se dedica a la siembra de alfalfa, pero con la helada perdió la última cosecha.
“Un domingo llegó la helada y quemó la alfalfa y la manzanilla”, platicó Natividad, quien tiene 40 surcos, cerca de un cuarto de hectárea.
“Se perdieron unos 10 mil pesos invertidos, las plantillas amanecieron negras y se secaron, así que tuvimos que podar para que volviera a crecer. Nosotros nos mantenemos del campo, nadie se ha acercado a ayudarnos. Lo bueno de la alfalfa es que la que se heló se poda y vuelve a retoñar”, señaló.
A sus 56 años, Molina Hernández mantiene con este pedazo de tierra a siete integrantes de su familia. Y aunque siempre se ha dedicado a la siembra, recuerda que la última helada que se registró fue hace como ocho años.
Cuando brinda una buena producción, el cuartito de hectárea permite obtener un ingreso de aproximadamente 45 mil pesos. Ahora perdieron todo.
Molina siguió con su tradicional riego de la alfalfa y la manzanilla, abriendo y cerrando surcos en medio del sol, confiado que la próxima producción sí se dé.