Salió el sol, se acabaron los nublados, judíos por donde quiera, chicotazos ininterrumpidos, soldados haciendo vallas y una seguridad extrema con 45 elementos de las Fuerzas de Seguridad, Seguridad Pública, Protección Civil y Comisión Nacional de Emergencia, enmarcaron el 140 aniversario de la Judea.
Una sociedad ordenada con más de 20 mil ciudadanos que llenaron en la hora central del ahorcamiento el Centro de la ciudad, sombrillas que buscaron contener los rayos del sol y el apartado de lugares para ver desde la mejor posición cada detalle, estuvieron presentes desde las 10 de la mañana.
Y aunque se anunciaba originalmente a las 4 de la tarde la horca de Judas, ésta se desfasó a las 5 de la tarde, pues la persecución del Judas seguía, debido a que se les escapó en varias ocasiones, en tanto niños, jóvenes y adultos seguían buscando su mejor lugar.
Mientras los visitantes, igual que los locales seguían buscando la foto del recuerdo con los que representaron al Judas, que fue el personaje más buscado como suele suceder, y el menos seguido para la foto, pero sí apreciado en el caso de la Judea fue Jesús.
Diego Centeno, presidente del Consejo de Cultura, comunicó que la sociedad se sumó a los esfuerzos por una mejor Judea, pues colaboraron en retirar mil sillas que se instalaron para apreciar la representación de la sentencia de Jesús y el escenario en que Pilatos se lava las manos para entregar a Jesús en la horca, pues había que dar lugar en la plaza a las miles de personas que llegarían a la crucifixión y más tarde a la horca.
Gerardo Reyes, director de Casa de la Cultura, a través del sonido llamó a sumar manos para desmontar el templete, y de inmediato la gente acudió, tardando en conjunto unos minutos en retirar hasta el escenario que ahora ya no es rentado, sino ya propiedad del Consejo de Cultura.
Otras de las mejoras que se corrieron para la Judea 140 fue la instalación de baños públicos gratuitos, pues comentó Daniel Murillo, director de Fomento Económico de Purísima, que en encuestas anteriores la gente señaló que no eran suficientes los servicios sanitarios en mercados. Así que cerca de la Caja Popular se instaló una unidad con 16 baños, mitad para hombres, mitad para mujeres.
Asimismo, agregó Gerardo Reyes que por primera ocasión se hizo un apartado especial para que gente con capacidades diferentes tuviera en primer plano la vista del ahorcamiento de Judas, pues antes no podían acercarse o tener la atención especial.

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