La venta de máscaras de cartón, como las que elaboraba el guanajuatense Hermenegildo Bustos para la tradicional “Judea”, era muy común en los diversos mercados.
Ahora es una tradición que está perdiendo la batalla.
“Es que a los niños ya no les interesa que les compren máscaras, muñecas y caballitos de cartón, como era la tradición en el Sábado Santo; ahora los niños prefieren juegos cibernéticos”, dice María de los Ángeles Valadez Cervantes, quien es de las pocas comerciantes que aún comercializan este tipo de artesanías.
Junto con su hermana Soledad adquieren el producto en Celaya, pero reconocen que ya no hay interés de los padres de familia, mucho menos de los niños por comprar una máscara o una mona de cartón en 25 pesos.
Es por ello que la calle Leona Vicario, anexa al mercado Aldama, que antes se llenaba de comerciantes de este tipo de artesanías, ahora está saturado de fayuca, imágenes de santos hechos en china, y expendios de todo tipo de alimentos chatarra, pasando por las ya refrescantes “rusas” squirt con sal.
“Ya son pocos los comerciantes que venden artículos de cartón, juguetes. Ya le dan un caballo de cartón con carrizo a un niño y lo ven con curiosidad. Ya está desapareciendo, lamentablemente esta tradición”, señala Soledad Valadez.
Los niños ya no quieren este tipo de juguetes ni regalados.
Los vendedores señalan que en poco tiempo estos juguetes sólo podrán ser admirados en museos o como objetos decorativos en alguna casa.
La calle Leona Vicario la cierran para que se instalen ahora puestos ajenos a las tradiciones, dado que representan un buen negocio, por la venta de lugares, de los líderes del mercado Aldama, asegura Isabel Contreras, locataria.

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