“Arriesgué mi vida por el trabajo, y mi razón ha quedado a la deriva”, escribió Vincent van Gogh a su hermano Theo en su última carta, antes de salir al campo y dispararse en el pecho con una escopeta.
Aunque Van Gogh no fue profeta en su tierra ni en su tiempo, a 160 años de su nacimiento Ámsterdam le rinde tributo con dos exposiciones y la remodelación del museo que lleva su nombre, lo que añade otra excusa más para visitar esta hermosa capital europea.
Basta caminar unos cuantos pasos desde la Estación Central, en el corazón mismo de Ámsterdam, para encontrar los primeros indicios del furor que inunda a la ciudad en torno al artista, quien en su corta vida llena de altibajos y tribulaciones logró crear alrededor de 2 mil 100 obras entre óleos, acuarelas y dibujos.
Unos grandes carteles con el rostro de Van Gogh cuelgan en los muros de ladrillo rojo del museo Beurs van Berlage, construido en 1903 como sede de la bolsa de valores y que ahora alberga una inusual exposición, mezcla de arte y tecnología.
My Dream Exhibition presenta 200 reproducciones fotográficas en tamaño real y en alta resolución de las obras más representativas de Van Gogh, restauradas digitalmente para recobrar el brillo original de los colores que el tiempo inevitablemente arrancó de los lienzos.
Lo más atractivo de la muestra son siete animaciones en tercera dimensión de las pinturas más importantes de su carrera, desde su primera gran obra maestra, Los campesinos comiendo patatas (1885) hasta la lúgubre Trigal con cuervos (1890), su última pintura.
La disposición cronológica de las obras, acompañadas por frases extraídas de las copiosas cartas que Vincent escribió a su hermano Theo, ayudan a esbozar al hombre sensible e inseguro que fue Van Gogh por encima del mito que se construyó durante el siglo 20 en torno a su obra y su tormentosa vida.
Pero las reproducciones fotográficas en alta definición no logran emular la experiencia de ver las obras reales; faltan las pinceladas con las que Van Gogh estocaba sus lienzos, otorgándoles relieve, expresión y belleza.
Para ello la visita obligada es el Museo Van Gogh, que contiene la colección más grande del artista en todo el mundo.
Este museo, el más visitado de Holanda, se localiza en Museumplein, el corazón cultural de Ámstedam, donde también se encuentran el Rijksmuseum, la sala de conciertos Concertgebouw, y el museo de arte contemporáneo Stedelijk.
Pero el Museo Van Gogh también está de fiesta: con motivo de los 40 años de su inauguración, el recinto está cerrado desde septiembre pasado para emprender un proceso de remodelación que terminará el 1 de mayo, cuando reabrirá sus puertas.
Mientras tanto, los miles de turistas que visitan Ámsterdam no se quedan con las ganas de ver la obra de Van Gogh, pues la colección ha sido trasladada temporalmente al Museo Hermitage, a orillas del río Ámstel.
La multitud que se congrega en este museo es tan variopinta como su obra misma: niños, jóvenes y adultos de todo el mundo se amontonan y estiran el cuello para admirar los paisajes, floreros y retratos característicos de las diferentes etapas de su carrera artística.
Las pinturas que más atraen la atención de los visitantes son los autorretratos, en los que Van Gogh parece devolverles el gesto con la mirada turbada, como si aún le sorprendiera el auge que provoca su obra a más de un siglo de su muerte.
La exposición cumple y rebasa las expectativas; con una curación temática más que cronológica, se logran transmitir las inquietudes que persiguieron a Van Gogh durante su proceso creativo: la vida campesina, el arte japonés, las flores, y el descubrimiento del color en su paso por Francia, por mencionar algunos.
Al salir del Hermitage queda la sensación de haber visto no el trabajo de un genio, sino el de un hombre de carne y hueso, quien gracias a su perseverancia superó sus limitaciones técnicas y generó una propuesta estética tan honesta que sigue cautivando a nuevas generaciones, y por la que hoy Ámsterdam le rinde un justo tributo.
Toma nota
-My Dream Exhibition
¿De qué trata?
Restauración digital y animaciones en 3D de las obras más famosas de Van Gogh.
¿Dónde?
Galería Beurs Van Berlage, Ámsterdam.
¿Cuándo?
Hasta mayo 19. Abierto todos los días de la semana, de las 10:00 a las 18:00 horas.
¿Cuánto?
16.5 euros (268 pesos)
Más información
www.vangoghexhibition.com
-El Van Gogh Museum, en el Hermitage Ámsterdam
¿De qué trata?
La colección del Museo Van Gogh bajo con una nueva curación.
¿Dónde?
Museo Hermitage Ámsterdam
¿Cuándo?
Hasta el 25 de abril. Abierto todos los días de la semana, de las 11:00 a las 17:00 horas.
¿Cuánto?
15 euros (243 pesos)
Más información
www.vangoghmuseum.nl
Tras los pasos del artista viajero
Algunos de los varios sitios en donde vivió el pintor se han convertido en atracciones turísticas:
-La casa en donde nació Van Gogh en 1853 en Zundert, al sur de Holanda, fue destruida en 1903, pero en 2008 se construyó en su lugar un nuevo edificio que alberga una exposición permanente sobre el pintor.
-Van Gogh trabajó entre 1879 y 1880 como predicador en una mina de carbón en la ciudad de Mons, Bélgica. La pequeña casa donde vivió sigue en pie y ha sido habilitada como museo.
-De 1886 a 1888, Van Gogh y su hermano Theo vivieron en el número 54 de la Rue Lepic, en Montmartre, París. Hoy en día la fachada del edifico porta una placa que conmemora el fugaz paso de estos célebres inquilinos.
-La cafetería en Arlés, Francia, que el pintor inmortalizó con su obra “Terraza de café por la noche” (1888) sigue abierta hasta ahora, y para rendirle tributo (y atraer turistas) fue renombrada como Café Van Gogh.
-Van Gogh pasó los últimos dos años de su vida en el asilo psiquiátrico del monasterio de Saint-Paul-de-Mausole, en la comuna de Saint-Rémy-de-Provence, Francia. Actualmente el recinto sigue funcionando como hospital, aunque también recibe a turistas que desean estar en el sitio donde el artista pasó sus últimos días.