En su célebre colección de relatos “El jardín de senderos que se bifurcan”, Jorge Luis Borges presenta “La biblioteca de Babel”, un recinto donde lo finito y lo infinito se abrazan enigmáticamente.
Aunque no se forma de galerías hexagonales como la que pintó Borges en su cuento hace más de 70 años, una pequeña población holandesa, en la zona metropolitana de Rotterdam, puede presumir de una biblioteca con también muchas posibilidades y una fisonomía casi igual de rara: una pirámide de cristal.
Se trata de la nueva Biblioteca Pública de Spijkenisse, inaugurada en octubre pasado y recientemente designada como ganadora del prestigiado premio de diseño Red Dot, en la categoría de arquitectura y diseño urbano. Su autor es la prestigiada firma holandesa MVDRV, fundada hace 20 años por Winy Maas, Jacob van Rijs y Nathalie de Vries.
MVDRV tiene una bien ganada fama de despacho rompedor, que le atrae tanto simpatías como el más acre odio. Entre sus proyectos más célebres están el Edificio Mirador, en Madrid; el Pabellón de Holanda en la Expo Hannover 2000; el Monolito de París o el conjunto habitacional Silodam, en Ámsterdam.
Para la biblioteca de Spijkenisse, el equipo neerlandés no sólo apostó por una forma singular (que no lo es tanto si se compara con los tejados tradicionales de su vecindario), sino que desafiando todo convencionalismo apostó por dejar más de 70 mil libros bajo la luz del sol debido a la cubierta de cristal del edificio.
No es eso lo único que hace a la biblioteca holandesa tan especial. Su edificio forma parte de un proyecto de uso mixto, que no sólo contempla las funciones propias de un gran espacio de resguardo y consulta de libros, sino que también incorpora oficinas comerciales, salones de eventos y un centro de educación ambiental.
La biblioteca forma parte de un nuevo barrio, también diseñado por MVDRV, consistente en 42 viviendas de interés social y un estacionamiento, emplazados alrededor de la plaza del mercado local.
Anuncio e invitación
En su catálogo de proyectos, MVDRV denomina al inmueble de Spijkenisse de nueve mil metros cuadrados como una “montaña de libros”, cuya cubierta transparente constituye tanto “un anuncio como una invitación para leer”, visible desde todos los puntos del barrio, especialmente desde la plaza. Ese carácter icónico y aspiracional es especialmente significativo para una comunidad que aún debe lidiar con un 10% de analfabetismo.
Con el diseño de este recinto, los arquitectos plantearon una alternativa a las bibliotecas convencionales y casi anodinas encerradas en cajas de ladrillo, vueltas poco apetecibles por el vértigo de la era de la información.
“¿Cuál es el papel de la biblioteca moderna en una época de competencia con el internet, librerías con precios rebajados y con Amazon? ¿Puede promocionarse? Y, si es así, ¿puede recuperar un papel activo?
“¿Qué tipo de construcción puede iniciar ese tipo de reactivación? ¿Puede una biblioteca abrirse a sí misma y mostrarse al mundo exterior, sin perder de vista las dificultades prácticas? ¿Puede una biblioteca legitimar su posición y erigirse en faro cultural para una joven ciudad?”, son preguntas que sirvieron como detonantes para la conceptualización del proyecto.
Terrazas que esconden
El proyecto separa bien las partes cerradas y abiertas de su programa arquitectónico. Las primeras fueron apiladas una encima de otra en una especie de pirámide escalonada que da pie a una serie de terrazas que son ocupadas por el orgullo visible de la biblioteca: su acervo, que se extiende generoso por más de tres kilómetros lineales de estanterías, donde además de la colección inicial (70 mil volúmenes), hay espacio para 80 mil más.
Ocultos por los libreros están espacios de almacenamiento, oficinas, salas de conferencias, baños y un pequeño auditorio. En la planta baja se acomodan cerca de 800 metros cuadrados para uso comercial y en el siguiente nivel las oficinas. El segundo piso es para cubículos y espacios de estudio; el cuarto tiene espacio para exposiciones y eventos y, el quinto, los cuartos de uso técnico.
El diseño de las terrazas-librero tiene un acentuado elemento de flexibilidad y se conectan a través de escaleras en una ruta espiral alrededor de la “montaña”, que desemboca en una cúspide desde la que se obtiene una panorámica privilegiada de la ciudad.
La cubierta de cristal doble de 26 metros de altura, “una tenue membrana que suaviza los límites con la urbe”, tiene elementos activos y pasivos de regulación climática, a fin de proveer un ambiente agradable en Verano y confortable en Invierno. Por las noches, este elemento funciona como un enorme luminario que proyecta seguridad a los callejones y espacios abiertos de los alrededores y además constituye una invitación viva a ingresar y disfrutar.
Los arquitectos no ignoran el hecho de que la luz solar no es especialmente benéfica para la conservación a largo plazo de los libros, pero compensan esa verdad con dos datos significativos: el número de días de pleno sol al año que hay en Holanda y la vida útil media de los ejemplares de las bibliotecas del País, que estiman en cuatro años debido a su alta tasa de préstamo.
EL PROYECTO EN BREVE
Nombre
Biblioteca de Spijkenisse (Montaña de Libros)
Cliente
Municipio de Spijkenisse (Holanda)
Arquitecto
MVDRV
Año de diseño
2003
Construcción
2009-2012
Inauguración
Octubre 4, 2012
Construcción
9,300 m2
Costo
30 millones de euros (473 millones de pesos)
Con información de: MVDRV.