Divierten niños con títeres

La preocupación y desesperación de la pequeña Martina, fue lo que la impulsó para que ella se lanzará en una aventura para encontrar a su papá, quien se encontraba trabajando en Estados Unidos.
Todo esto sucedió ante los ojos de los niños leoneses y sus papás que acudieron al Auditorio Mateo Herrera a presenciar al obra de títeres “El sueño de Martina” en el marco del 10° Festival Internacional de Títeres de San Miguel Allende del 3 al 6 de abril.
Benjamín Barrietos es quien dirige la producción mexicana además de encargarse de el diseño escénico con la técnica del cine a mano; sobre una mesa con un cristal lleno de arena, mientras el audio en off corría, él dibujó las escenas con sus manos mientras las imágenes fueron proyectadas a gran formato para que el público apreciara mejor.
La musicalización, diseño sonoro, actuación personal y vida a algunos títeres, Iker Alejandro Arce estuvo a cargo y la joven Adriana Ruiz de la iluminación y producción ejecutiva.
Martina cada esperaba el regreso de papá Martín, quien viajó a los Estados Unidos en busca de una mejor vida para él y su familia, pero con el paso del tiempo Martina y su mamá perdieron comunicación con Martín al que llamaban hombre-pájaro, sin cartas, llamadas ni mucho menos dinero era como vivían sin ninguna señal de él.
Un día en el desierto a Martina la picó una víbora, misma que la retó a salir a buscar a su papá, ella al sentirse muy valiente emprendió una aventura en la que se topa con unos polleros que le prometen pasarla al otro lado y sólo le roban su dinero.
Triste y desilusionada Martina sigue su camino en el que se topa con Dorotea, mujer que recoge las plumas de los sueños de los hombres pájaro que mueren al cruzar al otro lado y estos puedan estar tranquilos, la pequeña pide el consejo de la sabia mujer y ésta le recomienda buscar a la bruja que atrapa a los hombres-pájaro los encierra en una jaula y les roba sus recuerdos.
Martina en la trayectoria que hace para encontrar la casa de la bruja malvada del desierto, participa en un concurso de televisión en el que contestando dos preguntas sobre su familia consigue una llave maestra para abrir la jaula donde se encuentran los hombres-pájaro y al salir de ésta recuperan sus recuerdos, pero también recibe una advertencia de no hacer ruido ya que la bruja se encontraba dormida.
Sigilosamente Martina entra a la casa pero al momento de abrir la jaula, el revoloteo de los hombres-pájaro al momento de escapar hace que la bruja despierte y se le deje ir a la pobre Martina para darle una pócima con la que ella perdería sus recuerdos, Martina luchó con la bruja y rápido despertó con su mamá enfrente queriéndole dar una pócima para combatir el veneno de la víbora que le había picado.
Al despertar Martina se enteró que su papá había mandado una carta en la que pedía disculpas por no dar señales de vida a su esposa e hija y que si ellas estaban dispuestas a perdonarlo lo esperaran el 12 de diciembre en la central camionera, ellas gustosas acudieron a la central y enmarcaron el momento con una foto familiar con la que vivieron felices para siempre.