Vecinos de las comunidades serranas buscan desesperadamente salvar uno de los últimos recursos verdes que alimentan los acuíferos de León.
Plagas de insectos, incendios forestales, tala indiscriminada ante la falta de vigilancia de las autoridades forestales, toneladas de basura, la explotación de materiales para construcción y la sequía están acabando con miles de árboles de la especie encino, arbustos como el pingüico, varadulce, cazahuate, así como la extinción de fauna silvestre.
Los mismos vecinos han dado la alerta sobre el avance del desierto en cientos de hectáreas.
Leobardo Negrete Mata, quien vive en el corazón de la Sierra de Lobos desde hace 40 años, en compañía de su familia, y Juan Manuel Hurtado Becerra, han lanzado la voz de alerta, y buscan integrar un frente común para salvar la Sierra de Lobos.
Acudieron a A.M. para exponer la crítica situación que hay en la sierra.
“Esto es un grito desesperado ante la inoperancia de las autoridades correspondientes. Desde hace cinco año que las plagas están arrasando con miles de árboles y todos se lavan las manos”, señala Leobardo.
Manifestó que una plaga que ellos llaman gusano barrenador está secando los árboles; y ahora aparece una plaga que llaman “polilla”, aunado a un hongo y plantas parasitarias como el paxtle, como el que ponen en el nacimiento y ahora los árboles están plagándose del temible muérdago, o flor de mezquite, esa plaga amarilla que tiene en jaque los árboles de la zona urbana.
Francisco Ramírez, vecino de la Mesa de Borregos, en el corazón de la sierra señaló que las familias que van de día de campo, como fue en Semana Santa, han dejado toneladas de basura por doquier.
“Las bolsas de plástico matan el ganado. Se comen la bolsa y mueren. Dejan botellas y se genera el efecto lupa con los que se generan incendios”, señala Francisco.
Juan Manuel Hurtado Becerra, quien vive en lo alto de unos peñascos desde donde se observa la cañada de Barbosa, manifestó que otra plaga es la humana: “Las autoridades han dado permiso para la explotación irracional de bancos de arena, de piedra laja, para los pisos”.
Subrayó que los mimos vecinos denunciaron al que fuera director de Medio Ambiente de León, Mario Guadalupe Figueroa Trujillo, quien ahora labora en el Instituto de Ecología, por otorgar permisos para explotar la piedra laja, con la que fabrican pisos.
También se señaló que hay una sobreexplotación de carbón.
Los vecinos señalaron que aparentemente está controlado por las autoridades de medio ambiente.
“La realidad es que vienen de Conafor señalan los árboles que deben ser talados, pero la realidad es que se van muchos más”, añadió.
En la entrada a Comanja, y en las faldas del histórico Fuerte del Sombrero, unos kilómetros adelante, donde la semana pasada se registraron incendios forestales, los vecinos aseguran que los incendios fueron intencionales.
“Los provocan los mismos propietarios para poder construir cabañas o fraccionar”, señaló una de las vecinas.
Denuncian que hay corrupción de inspectores de medio ambiente para tolerar la explotación de bancos de materiales, de leña y de carbón.
El dirigente del Partido Verde Ecologista de León, Carlos Chacón Calderón, manifestó que hace una década estimaban que se había perdido un 40% de la masa verde en la sierra.
“Ahora estimamos que la situación es más crítica y que ha avanzado en un 53%. El desierto está devorando la Sierra de Lobos. Es urgente armar un frente común para salvaguardar el último reducto que nos queda”, señala con preocupación.
El biólogo y ambientalista Fernando Araiza Martínez, dijo que no es hora de buscar culpables, sino de armar programas para rescatar la Sierra de Lobos.
“Las autoridades poco han hecho por salvarla. La prueba está en que está avanzando la plaga de gusano que arrasa con miles de hectáreas y que no hay vigilancia en la sierra”, añadió.
Destacó que los mismos grupos ecologistas deben organizarse para hacer un frente común y apoyar a los vecinos serranos para salvar la sierra que está invadida de basura, de plagas.
Sierra de Lobos es el principal afluente de recarga de los acuíferos de León y estamos acabando.
Lamentó que no se haya dado una solución para erradicar el gusano y las plagas que están matando miles de hectáreas. Se estima que en una hectárea hay por lo menos 25 árboles infectados.
Además que los incendios forestales de la semana pasada arrasaron con por lo menos 3 mil árboles y arbustos hasta dejar “pelón” el cerro.
Como punto final dijo el vecino Juan Manuel Hurtado: “Al paso que vamos en 20 años sólo estarán contando a las nuevas generaciones que hubo una vez una extensa y hermosa sierra”, lo que resulta lapidario.
Buscan vecinos salvar lo que queda de sierra
Ante la nula vigilancia, la explotación de materiales para construcción y la sequía se acaba con miles de encinos y arbustos como pingüico, varadulce