El Athletic de Bilbao sacó dos veces del centro del campo en el breve espacio del primer minuto de juego.
En el ínterin, Cristiano mandó una falta a la red con la suavidad y la facilidad que se les advierte a los especialistas.
San Mamés, caluroso emocional y climatológicamente, dudó unos instantes qué hacer.
Con el gol en su espalda, Ronaldo se entretuvo en un par de bicicletas estáticas, pero sucumbía ante Ramalho, un chico que se metió a San Mamés en el bolsillo por su agilidad y por superar el vaticinio que le auguraba una pesadilla con el portugués.
Si bien cada acción de Ramalho ante Cristiano era celebrada como un gol por la tribuna, el Madrid, sin forzar la máquina, tenía el partido donde quería.
Tuvo ratos el Athletic del futbol viejo, es decir, del que se juega con el corazón más que con la cabeza, mientras el Madrid jugaba mirándose los pies y el reloj del electrónico. La falta de ocasiones del Athletic le tranquilizaba.
Luego de calmar el enojo que le provocaba la grada, regresó Cristiano de entre la nube de futbolistas para cabecear un libre indirecto al rincón de las agujas de la portería de Iraizoz y dejar el marcador más cuajado para el Madrid.
A balón parado mató el Madrid al Athletic con el segundo de Cristiano… y eso fue sólo poco antes de que Higuaín marcara el tercero en su primera acción en el área y la primera a balón jugado.
El argentino es un delantero de esos que se mueven tanto que los defensas del Athletic nunca le ven.
Ronaldo fue la estrella, aunque en el viejo o en el nuevo San Mamés será siempre más temido que admirado.
En resultado la hostilidad que incomodó a Cirstiano no le inquietó y eso balanceó al Madrid hacia el triunfo. Este juego llamado “clásico” fue más denso que bello.
Luego de 31 fechas
Equipo Pts. Goleo
1. Barcelona 81 +65
2. R. Madrid 68 +51
3. Atl. Madrid 65 +31
4. R. Sociedad 54 +18
5. Málaga 50 +12
6. Valencia 50 +2
11. Espanyol 40 -2