De 10 mil proyectos de investigación científicos que se realizan en México, aproximadamente, uno es el que logra tener impacto en la vida diaria del ciudadano y traer beneficios económicos a la sociedad, según declaró Luis Herrera Estrella, científico y profesor del Cinvestav (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional), Irapuato.
En países como Estados Unidos o en Europa, el número varía, aunque también es complicado llegar a poner en práctica la investigación científica, alcanzando 50 proyectos, aproximadamente, la aplicación, de un total de mil investigaciones.
Herrera Estrella, señaló que es importante que los gobiernos, municipal, estatal y federal, busquen hacer estas conexiones para poder beneficiar la economía del País, de las instituciones de investigación y de los mismos científicos que desarrollan los proyectos.
“…Nosotros hacemos investigación, desarrollamos algunos prototipos, pero de ahí a que llegue al agricultor, requiere de que empiecen a participar empresas que lo puedan probar, escalar a nivel de campo y generar los productos ya comerciales, es toda una cadena de pasos que son ajenos ya a los centros de investigación que se tienen que implementar”, explicó.
Las políticas gubernamentales que fomenten esta transferencia de tecnología para crear nuevas empresas en este sector son básicas, y algo que no se realiza ni se impulsa en el País.
“Necesitamos fomentar la economía a través de buscar los mecanismos que faciliten todos los pasos que permitan llegar los descubrimientos científicos a los beneficios de los agricultores, la medicina, etcétera, no nada más en nuestro caso”, señaló.
El científico y docente del centro ubicado en Irapuato, señaló que no sólo hace falta buena voluntad de los gobiernos, también que se facilite y se dé oportunidad a los investigadores de crear estas empresas, de calcar su nombre en sus creaciones.
“…A nosotros como investigadores se nos considera funcionarios públicos y entra uno en el llamado ‘conflicto de interés’, que quiere uno participar en la comercialización de un producto generado en la institución en la que uno trabaja, eso se hace en Estados Unidos y en Europa todos los días, los investigadores forman sus empresas, lanzan al mercado porque eso crea riqueza para el País, le genera ganancias a la institución donde trabaja, ingresos al investigador”, comentó.
La cultura de la generación de empresas y la protección que se necesita para las ideas de proyectos tampoco es una cuestión o un tema de interés en México, sobre todo de las nuevas generaciones de estudiantes y científicos, igual de empresarios que quieran invertir en estos proyectos de ciencias.
“Falta la cultura de protección de propiedad intelectual en las instituciones, no hay facilidad para que las instituciones tengan alguien experto que empiece a hacer las gestiones, la normatividad que agilice que se formen estas empresas, que haya inversionistas que entiendan que al día siguiente no se podrá ganar, sino que en 6 ó 7 años se empieza a ver la ganancias, pero son mucho más grandes que en cualquier otra empresa, si se tiene éxito”, declaró.
Herrera Estrella ejemplificó la importancia de la creación de estas empresas con un tema delicado en los últimos años, como es el campo, que genera muchos empleos y también ganancia para el País.
“México prácticamente no tiene empresas semilleras, entonces, ¿quién le va a vender a los agricultores las variedades que nosotros generemos?, se necesitan crear esas empresas que puedan ya comercializar al agricultor estos productos, porque la otra ruta es que lo haga Sagarpa, pero desde hace muchos años, cerró su empresa semillera y la ruta que existía se cerró, ahora estamos en manos de las empresas multinacionales”, lamentó.

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