Los explosivos usados en las mortíferas explosiones en el maratón de Boston estaban contenidos en ollas de presión de 6 litros ocultas en bolsas de lona dejadas en el suelo, le dijo a The Associated Press una persona familiarizada con la investigación.
Una de las ollas contenía fragmentos y bolas metálicas y la otra tenía clavos, dijo la fuente.
Una segunda persona informada sobre la investigación confirmó que uno de los explosivos estaba hecho con una olla de presión. Ambas personas hablaron a condición de anonimato porque la investigación está en curso.
Los investigadores llamaron el martes al público a proveer fotos y video que puedan arrojar claves sobre las explosiones en el Maratón de Boston, al tiempo que el principal agente del FBI en la ciudad prometió que “iremos hasta el fin del mundo” para encontrar al responsable del fatal ataque.
Dos bombas estallaron en un espacio de pocos segundos el lunes junto a la meta de una de las carreras más prestigiosas del mundo, arrancando piernas y brazos y dejando la calle manchada de sangre y llena de cristales rotos. Tres personas murieron, incluyendo un niño de 8 años, y más de 170 fueron heridas.
Un médico que estaba tratando a los heridos dijo que una de las víctimas fue mutilada por lo que parecían ser bolitas de cojinetes o balines.
Una fuente cercana a la investigación dijo el martes que las bombas de Boston fueron hechas con ollas a presión y balines esféricos de metal.
Investigadores federales dijeron que nadie se había atribuido el ataque, que tuvo lugar en uno de los mayores feriados cívicos de la ciudad, el Día de los Patriotas. Pero las explosiones indicaron la posibilidad de otro ataque terrorista en suelo estadounidense.
El presidente Barack Obama dijo que las bombas fueron un ataque terrorista, pero confesó que aún no se sabe si fueron obra de una organización extranjera, un grupo interno o “un individuo malvado”. Dijo que “el pueblo estadounidense se niega a ser aterrorizado”.
En su segunda pronunciación pública en menos de 24 horas sobre los atentados, el mandatario expresó: “Claramente, estamos apenas iniciando nuestra investigación”.
Exhortó a cualquiera que tenga información sobre el caso a que recurra a las autoridades.
En el Capitolio, el secretario de Defensa Chuck Hagel describió el martes los ataques como un “cruel acto de terrorismo” y prometió que por medio de una investigación exhaustiva se determinará si los perpetradores fueron extranjeros o estadounidenses.
Los responsables serán sometidos a la justicia, señaló el jefe del Pentágono, y dijo que los pensamientos y oraciones del personal a su cargo están con la gente de Boston.
En todo el país, desde Washington hasta Los Angeles, la policía arreció las medidas de seguridad, monitoreando monumentos y otros sitios prominentes, edificios gubernamentales, instalaciones de tránsito y eventos deportivos.
“Vamos a ir hasta el fin del mundo para identificar al sujeto o sujetos responsables de este crimen despreciable, y vamos a hacer todo lo posible para llevarles ante la justicia”, dijo Richard DesLauriers, a cargo de la oficina del FBI en Boston.
Dijo que los investigadores habían recibido “numerosas informaciones” y estaban entrevistando a testigos y analizando la escena del crimen.
El gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, dijo que contrario a reportes iniciales, no se hallaron bombas sin estallar, agregando que los únicos explosivos fueron los que estallaron.
Agentes del FBI allanaron una casa en el suburbio de Revere por la noche. Las autoridades no dieron detalles, pero investigadores salieron de un edificio allí el martes llevando consigo bolsas de papel, bolsas plásticas de basura y un bolso de lona.
En una conferencia de prensa, agentes federales y de la policía pidieron reiteradamente al público cualquier video o fotografía o grabación de audio tomadas por espectadores del maratón, incluso imágenes que pudieran parecer irrelevantes.
“Tiene que haber centenares, quizás miles, de fotos y videos” que pudieran ayudar a los investigadores, dijo el coronel de la policía estatal Timothy Alben.
El comisionado de la policía de Boston Edward Davis dijo que los investigadores además estaban colectando una gran cantidad de videos de las cámaras de seguridad de los negocios del área, y planeaban examinarlos cuadro a cuadro.
“Ésta fue probablemente una de las áreas más fotografiadas del país ayer”, dijo.
El doctor Stephen Epstein, del departamento de emergencias del Centro Médico Beth Israel Deaconess dio que vio una radiografía de la pierna de una víctima que tenía “lo que parecía objetos pequeños y redondos por todas partes — similar a balines”.
Las violentas explosiones ocurrieron con diferencia de unos 10 segundos y espacio de unos 100 metros entre sí, derribaron a espectadores y al menos a uno de los corredores, destrozaron ventanas y enviaron columnas de humo sobre la calle.
Roupen Bastajian, miembro de la patrulla de caminos de Rhode Island, acababa de finalizar la carrera cuando escuchó las explosiones.
“Me lancé a correr hacia el lugar del estallido. Y había gente por el suelo”, dijo. “Empezamos a agarrar torniquetes atarlos en piernas. Mucha gente estaba amputada”.
Al menos 17 personas estaban en estado crítico, dijo la policía. Por lo menos ocho niños estaban siendo tratados en hospitales. Además de perder extremidades, las víctimas sufrieron fracturas, heridas con esquirlas y rupturas de tímpanos.
En el Massachusetts General Hospital, Alasdair Conn, jefe de los servicios de emergencia, dijo: “Esto es algo que no he visto en mis 25 años aquí … esta carnicería en la población civil. Es algo que uno espera en la guerra”.
Martin Richard, de 8 años, estaba entre los muertos, dijo el congresista Stephen Lynch, amigo de la familia. La madre y la hermana del niño resultaron gravemente heridas.
Una vela estaba encendida a la entrada de la casa de la familia en el área de Dorchester, y la palabra “Paz” fue escrita con tiza en la acera junto a la entrada. Un casco de niño para montar bicicleta yacía en el césped.
La vecina Betty Delorey, de 80 años, dijo que a Martin le encantaba treparse a los árboles del barrio y la cerca en las afueras de su casa.
Tim Davey, de Virginia, estaba con su esposa, Lisa, y sus hijos cerca de una tienda médica que había sido establecida para atender a corredores exhaustos, cuando comenzaron a llegar los heridos. “Ellos comenzaron a traer a personas sin piernas”, dijo.
“La mayoría estaban conscientes”, dio Lisa Davey. “Estaban muy aturdidos”.
El Maratón de Boston es una de las carreras más antiguas y prestigiosas del mundo y el lunes participaron unos 23,000 corredores. La mayoría habían cruzado ya la meta para cuando las bombas estallaron, pero miles aún estaban completando el recorrido.
El ataque parece haber sido preparado para conseguir el mayor derramamiento de sangre posible: A las cuatro horas del inicio de la carrera es usualmente cuando el área de la meta está más atestada, porque es cuando llegan muchos de los corredores amateur y hay muchos familiares y amigos reunidos para vitorearles.
Davis, el comisionado policial, dijo que las autoridades no habían recibido “ninguna información de inteligencia específica de que fuese a suceder algo en la carrera”. El martes, Davis dijo que antes de la carrera se habían realizado dos barridas de seguridad en el área.
Richard Barrett, el ex coordinador de la ONU para un equipo de monitoreo del Talibán y al-Qaeda y que además ha trabajado para la inteligencia británica, dijo que el tamaño relativamente pequeño de los artefactos explosivos y el momento en que estallaron parecen indicar que se trató de atacantes internos, no un grupo extranjero.
“Ocurrió en el Día de los Patriotas — que es además el día en que se vence el plazo para las declaraciones de impuestos — y Boston es una ciudad muy simbólica”, dijo Barrett, que ahora es director en la Academia Internacional de Estudios de Seguridad en Qatar.
El Talibán paquistaní, que ha amenazado con ataques en Estados Unidos a causa del respaldo de Washington al gobierno en Islamabad, negó el martes cualquier papel en los ataques.
Bombas de Boston hechas con ollas de presión
Estaban ocultas en bolsas de lona dejadas en el suelo.