Un hombre de Florida que corrió en el Maratón de Boston tomó sin saberlo una foto de uno de los sospechosos que abandonaba la escena de las explosiones.
David Green, de Jacksonville Beach, le dijo a The Associated Press que finalizó la carrera el lunes aproximadamente una hora antes de las explosiones. Dijo que él y sus amigos estaban mirando el resto de la competición cuando él fue a una tienda contigua a cargar su teléfono celular.
Cuando regresaba, estallaron las bombas. Green, de 49 años, tomó una foto, puso el teléfono en el bolsillo y fue a ayudar a los heridos. No fue sino hasta el jueves que se dio cuenta de lo que tenía: una foto de uno de los sospechosos, Dzhokhar A. Tsarnaev, quien portaba una gorra blanca y se alejaba del lugar.
Tsarnaev, conocido por el FBI como el sospechoso número 2, seguía prófugo el viernes. Su hermano mayor, Tamerlán, de 26 años e identificado como sospechoso número 1, murió en un tiroteo con las autoridades el viernes por la madrugada.
Cuando se conoció inicialmente la foto tomada por Green hubo considerables dudas de su autenticidad, a causa de la baja resolución de la imagen, que hacía parecer que estaba compuesta. Cuando Green más tarde proveyó el fotograma de alta resolución directamente de su teléfono, editores de The Associated Press consiguieron establecer su autenticidad basados en la mejor resolución y el momento en que fue tomada la foto. La AP estableció un arreglo para la distribución exclusiva de la foto.
Poco después de tomar la foto y cuando ayudaba a algunos heridos, Green recibió un mensaje de texto de su amigo Jason Lubin, quien quería saber cómo estaba. Green le respondió simplemente con la foto y un breve mensaje que decía: “Sucedió delante de mí”.
Lubin dijo que el jueves por la noche, luego que el FBI dio a conocer la fotos de los sospechosos, él decidió examinar de nuevo la foto para ver si Green había capturado algo inusual. Sacó la foto de su teléfono e hizo zoom en la muchedumbre. Ahí, en la esquina inferior izquierda estaba Tsarnaev, caminando con su gorra blanca. Su presencia destacaba en medio de decenas de personas que huían asustadas. Parecía estarse abotonando la chaqueta.
“Tuve que sentarme”, dijo Lubin, que de inmediato le envió un mensaje a Green comunicándole lo que había descubierto.
Eso motivó a Green a ponerse en contacto con el FBI, que le pidió una copia de la foto.