Si desea degustar la mejor baguette de París, visite al tunecino Ridha Khadher. El panadero de 42 años ha horneado ese pan desde que tenía 15 y acaba de recibir el Gran Premio por su destreza.

Khadher dijo el viernes que decidió de último momento inscribirse en un concurso anual a la mejor baguette tradicional en la ciudad.

Fue uno de los 203 candidatos, aunque 52 fueron rápidamente eliminados al no cumplir las normas del concurso, como la longitud de la baguette —55 a 65 centímetros— y el peso de 250-300 gramos.

Además de la fama, y probablemente más clientela, el ganador surtirá de baguettes durante un año al Palacio del Elíseo, donde se encuentra el presidente.

Su secreto no son los ingredientes, porque no cambian, aclaró.

“El secreto es trabajar duro”, agregó. Una excelente baguette depende de cómo es amasada, cuánto tiempo se le deja descansar y cómo se le da forma, según el panadero.

Las baguettes tradicionales demoran casi 24 horas en su preparación, frente a cinco horas de las baguettes ordinarias. Khadher y sus ayudantes producen de 800 a 1000 baguettes al día en los hornos del sótano de su panadería Au Paradis du Gourmand, en la margen izquierda del Sena.

La fila se clientes y curiosos era más larga que de costumbre el viernes. David Elbaz, cliente desde hace tiempo, ensalzó la baguette y la tildó de “crujiente y magnífica”.

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