Mantener con éxito un negocio no es tarea fácil, y permanecer en el mercado por más de 30 años es todavía más complicado, pero no imposible, de acuerdo a la experiencia de la familia García Estrada, propietaria del restaurante El Biombo.
Este restaurante de comida típica mexicana abrió sus puertas por primera vez el 15 de diciembre de en 1979, y a la fecha permanece ofreciendo a los comensales los platillos tradicionales que lo caracterizan.
La clave de su permanencia es variada, pero en general se puede resumir en tres conceptos: el buen servicio, la atención personalizada y el estar pendiente de su negocio, consideró Edda García Estrada, encargada del restaurante.
La historia de El Biombo comenzó hace 34 años, cuando Javier y Laura Aguirre, junto con Manuel García y Nora Estrada, decidieron emprender el negocio que comenzó como una pequeña cenaduría, con apenas unos cuantos platillos en la carta, platicó Edda.
Con el tiempo se fueron añadiendo clientes y, por tanto, platillos a la carta; todos de comida típica mexicana.
“Ya mi papá le fue añadiendo sus propios platillos, como la Mano Helada, que es carne, o el Filete Rural, que es carne en su jugo pero con nuestro toque”, relató la joven.
La sociedad entre los Aguirre y los García se disolvió después, pero el negocio continuó dando frutos, y siendo atendido por toda la familia García Estrada.
Padres e hijos se abocaron a atender el negocio, como lo hacen hasta ahora.
En los 90’s llegó una primera oportunidad de cambiar, y el restaurante ubicado en la calle Ignacio Altamirano, numero 107 de la colonia Alameda, sufrió su primera remodelación.
La última ocurrió en septiembre de 2012, y se reabrieron las puertas en febrero de 2013. Da empleo a 10 personas, entre cocineros, meseros, lava lozas, garroteros, entre otros.
El Biombo se caracteriza por su comida mexicana, en especial por sus enchiladas morelianas, por ello su remodelación recrea el típico ambiente mexicano; lo mismo se puede ver una lotería adosada a la pared, que unas ‘peponas’ o muñecas de cartón colgadas en el muro.
Pero su fuerte radica en el buen servicio y en el trato personalizado que le dan a la totalidad de sus clientes.
“Mi papá los acostumbró y aquí a los clientes se les da lo que piden; si quieren cambiar algo de la carta se les hace en el momento de acuerdo a su gusto, pero además les damos el mejor servicio que tenemos, la mejor atención, porque si vas a un lugar donde la comida está buenísima pero te dan un mal servicio, ya no vuelves”, consideró Edda.

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