La Norma Oficial Mexicana 043 define a los hábitos de alimentación como el conjunto de conductas adquiridas por la repetición de actos en cuanto a la selección, la preparación y el consumo de alimentos.
Si se tienen hábitos alimentarios que originen factores negativos a la salud, es muy probable que a largo plazo nuestro organismo lo empiece a resentir manifestando alteraciones en el peso, en el perfil lipídico, glucosa, en la presión arterial, entre otros.
En México existe un elevado índice de diversas enfermedades derivadas de estos malos hábitos, como son la diabetes tipo 2, hipertensión, problemas cardiovasculares y dislipidemias, la mayoría de ellas en presencia de sobrepeso u obesidad, las cuales, en muchos casos, podrían haber sido evitadas con una dieta adecuada y buenos hábitos de alimentación.
A continuación se presentan 3 de los malos hábitos más comunes que la sociedad mexicana expresa:
Bajo consumo de agua
La recomendación de los expertos es consumir alrededor de 2 litros (8 vasos) de agua natural al día. No obstante, la ingesta de agua resulta deficiente para muchos mexicanos, quienes acaban sustituyéndola por otros líquidos con cantidades elevadas de calorías y sodio.
Un estudio realizado en Jalisco mostró que el 56.3% no ingiere la cantidad adecuada de agua al día (menos de 5 vasos diarios); del porcentaje de personas que consumen diferentes bebidas entre comidas, el 46.4% prefiere consumir refresco y sólo el 24.4% opta por agua natural.
Alto consumo de calorías
El consumo de alimentos con alta densidad energética ha ido creciendo en los últimos años, relacionándose con el aumento en la prevalencia de exceso de peso.
Estudios realizados en México han detectado que la dieta de muchos mexicanos supera el aporte calórico mínimo recomendado, siendo más alto el consumo que la necesidad.
La ingestión elevada de calorías puede ser por cualquier alimento, de ahí la importancia de una dieta completa, variada, equilibrada y suficiente.
Saltarse comidas
El hábito de omitir alguna comida del día afecta la salud por diversos motivos. Además de la gastritis y colitis que pudiera originar esta costumbre, quedarse muchas horas en ayuno puede originar una intolerancia a la glucosa y posteriormente -en casos más graves- diabetes. Otra consecuencia negativa es la del aumento de peso, ya que se acaba consumiendo más alimentos tras varias horas sin comer nada. Lo recomendable es el consumo de cinco comidas al día, las tres principales (desayuno, comida y cena) y dos refrigerios al día, uno por la mañana y otro por la tarde.
Expertos coinciden en que desayunar regularmente ofrece diversos beneficios a la salud de niños y adultos.
Existen estudios que indican que las personas que desayunan frecuentemente gozan de buena salud, presentan pesos más saludables y tienen una mejor calidad de vida en comparación con aquellos que no lo hacen.
Los hábitos de alimentación se relacionan principalmente con las características sociales, económicas y culturales de una población e incluso de la familia. Por lo que, fomentar buenas costumbres relacionadas con la alimentación es una tarea de todos los días.