El Real Madrid llegó tarde a la remontada y se quedó a un paso del milagro en la Liga de Campeones.
Los goles del francés Karim Benzema y Sergio Ramos en los 10 últimos minutos de partido dieron la victoria por 2-0 al club español, que se quedó el martes a una diana de completar una remontada histórica. Pero Borussia Dortmund aguantó el envite, hizo bueno el 4-1 de la ida y se clasificó brillantemente con un global de 4-3 para la final del 25 de mayo en Wembley.
Su previsible rival en Londres será el Bayern Munich, que el miércoles definirá su eliminatoria en Barcelona con una ventaja parcial de 4-0.
El Dortmund encajó en el Bernabéu su primera derrota en esta edición del torneo y regresa a la final de la máxima competición continental por segunda vez en su historia. En 1997 se proclamó campeón tras imponerse a la Juventus.
El Madrid necesitaba un 3-0 para dar la vuelta al marcador, pero los goles llegaron casi con el tiempo cumplido. A los 83 minutos, Kaká habilitó a Mesut Oezil en la banda, y el alemán puso un centro al corazón del área para el inapelable remate de Benzema.
Cinco minutos después, con el Madrid volcado, Ramos remató dentro del área en una jugada embarullada. A pesar de los cinco minutos de alargue que concedió el árbitro Howard Webb, el Madrid no logró anotar el tanto que le faltaba para dar la vuelta a la eliminatoria.
“El Real Madrid no vive de casi, ni yo tampoco. No es mi filosofía no es mi cultura”, dijo el técnico portugués José Mourinho tras lamentar la tercera eliminación consecutiva del equipo en semifinales. “El Madrid tiene que ganar (la Copa de Europa). ¿Cuándo llegará? No lo sé. Si es conmigo óptimo, si no es conmigo lo celebraré igual”.
Salvo el tremendo empuje final, el Madrid fue de más a menos.
El Madrid arrancó el partido interpretando a la perfección la partitura de toda buena remontada. En menos de 15 minutos dispuso de tres ocasiones clarísimas para anotar ese gol tempranero de la fe que inclina el campo cuesta abajo. Pero el arquero alemán Roman Weidenfeller tapó dos remates a bocajarro de Gonzalo Higuaín y Cristiano Ronaldo. Mientras que Oezil, libre de marca, disparó desviado dentro del área.
En los compases iniciales, el Dortmund perdió por lesión a su estrella Mario Goetze, quien se resintió de unas molestias musculares en una carrera y tuvo que ser sustituido.
El Madrid no pudo aprovechar la circunstancia. Tampoco supo convertir en gol sus ocasiones. Entonces, los decibeles de la grada disminuyeron y la euforia inicial dio paso a un partido más previsible. José Mourinho apostó de inicio por Luka Modric y Xabi Alonso, pero con el Dortmund más asentado, los dos mediocampistas no encontraron a Cristiano, mientras que Angel Di María se dedicó a colgar centros que siempre acababan en las manos de un gigante Weidenfeller.
Los alemanes se animaron con algún contragolpe a las inmediaciones del área española, pero sin demasiado peligro para Diego López.
Si el Madrid falló al principio del encuentro, fue el Dortmund quien perdonó la sentencia al comienzo de la segunda parte.
Robert Lewandowski, autor de los cuatro goles en la ida, mandó incompresiblemente a las nubes un disparo franco dentro del área a los 49 minutos. Sólo un minuto después, culminó una rápida contra con un violento remate que se estrelló en larguero con López ya vencido.
El Madrid no encontraba soluciones. Con Oezil desaparecido y Cristiano sin entrar en juego, Mourinho realizó un doble cambio ofensivo a los 57 minutos. Kaká y Benzema sustituyeron a Fabio Coentrao e Higuaín.
Funcionó, pero tarde.
Con el Madrid volcado, pero sin ocasiones de gol, los contrataques del Dortmund comenzaron a ser letales. Marco Reus trazó un pase perfecto para Ilkay Gundogan, cuyo remate casi dentro del área pequeña fue detenido en una estirada espectacular de López.
“Entramos muy fuertes, con intensidad altísima, tanto en la presión como en la circulación del balón. Cuanto más pronto marques el primer gol, más tiempo tienes para remontar”, explicó Mourinho. “Hemos fallado oportunidades importantes y después en el segundo tiempo arriesgamos todo, jugando contra un equipo que es más rápido que nosotros”.
Mourinho retiró a un cansado Alonso para dar músculo y pulmón a su media con Sami Khedira. Sin embargo, la gesta de la remontada empezaba a verse demasiado lejos y comenzó a notarse en el ritmo de partido.
Cuando todo parecía perdido, el envión final con los goles de Benzema y Ramos disparó la ilusión del Bernabéu. Pero el Madrid no encontró portería en el alargue y quedó apeado de la Copa de Europa en semifinales por tercer año consecutivo.