Casi toda su vida la han pasado “pegados” al balón, pero… también fueron niños y les encantaba disfrutar como enanos.
Las travesuras y juegos “clásicos” fueron parte de su infancia y ahora que son profesionales en el futbol mexicano recuerdan aquellos tiempos cuando se reían de todas sus “diabluras”.
No ha pasado mucho tiempo de que dejaron de ser niños, y en el plantel verdiblanco con sonrisas dibujadas en su rostro algunos integrantes del plantel se acordaron de aquella época.
Luis Montes
“El brinca árboles”
“Jugaba futbol, a la rayuela, a la quemada, en ese juego teníamos que hacer un hoyito en la tierra y meter una pelotita de tenis, cuando caía ahí tenía que correr a un poste y te pegaban con la pelota. Siempre jugaba con los del barrio, con el Wini, Jacket, el Virol, el Pink y nos divertíamos con todo, una vez le rompimos un vidrio a una señora mientras jugábamos beisbol, ella salió a buscarnos y tuvimos que trepar un árbol para que no nos encontrara”.
Gustavo Matosas
“El Naranjita Mecánica”
“Yo jugaba con mi hermano en el patio de la casa, jugábamos un juego de cabeza, teníamos que tirar la pelota contra la pared y de ahí hacer gol. Especial era cuando jugaba en las Naranjas Mecánicas y cada vez que jugábamos era un show, tenía unos compañeros que jugaban muy bien y un técnico que pasaba a buscarnos, ‘el tío’ le decíamos, eso fue una experiencia inolvidable con ellos jugué de los 7 a los 12 años”.
Rafa Márquez
“El superman del chute”
“Yo jugaba de todo, a las canícas, a los trompos y lo más que jugábamos era el futbol en la calle, poníamos dos piedras para que fuera la portería y jugábamos colonia contra colonia. Siempre llegaba de la escuela, hacía la tarea y después toda la tarde me la pasaba con mis vecinos chutando”.
Edwin Hernández
“El Bien portado”
“Jugaba a las canicas, al trompo, antes no existían los juegos de video, al avioncito. Jugaba con los amigos de la colonia al bote pateado, nunca nos regañaron porque éramos bien portados, también jugábamos a las escondidillas, todo lo que hacíamos siempre era muy divertido”.
Jonny Magallón
“Jonny Metegoles”
“Cuando estaba niño no podía faltar la pelota, con ella siempre me entretenía y en las noches ya jugaba a las escondidas, a los encantados, el capirucho, teníamos una bicicleta y nos íbamos a rampar. Jugar metegol era lo máximo, siempre jugaba con todos mis vecinos. Enfrente de mi casa en Ocotlán había un baldío y entre los vecinos quitamos las hierbas y todas las tardes jugábamos en ‘El Campito’, así lo nombramos”.
Matías Britos
“Yo no pierdo Britos”
“Jugaba con mis hermanas y algún amigo del barrio obviamente al futbol, pero la rayuela me encantaba de chiquito, yo hacía mucha trampa para ganarle a mi hermana, no podía perder y mis hermanas jugaban muy bien una es más grande que yo y la otra 6 años menor”.
Nacho González
“Trompo veloz’
“Canicas y el trompo era lo que jugaba con todos los de la escuela, hacíamos concursos, bailábamos el trompo en la cabeza. En la tierra poníamos un circulito y ponías las canicas adentro, le pegabas con una más grande y te quedabas con las que sacabas”.