Uno de los espacios recreativos emblemáticos y concurridos para los leoneses, el Parque Hidalgo, se encuentra cada vez más deteriorado.
Baches y bloques de asfalto agrietados e incluso levantados, hacen que los visitantes del parque cuiden sus pasos para evitar tropezar.
Las raíces de los árboles han provocado que en el parque existan partes del pavimento elevadas y con desnivel, lo que representa un peligro para los visitantes, que en su mayoría son familias con niños.
Por ejemplo, en un área de siete metros se encuentran tres pedazos de asfalto levantados. La concha acústica del parque es donde se aprecia más este tipo de desgaste.
También en la zona de juegos, en las orillas de las banquetas, se ven bloques de pavimento faltantes, lo que provoca que los transeúntes tengan que caminar por debajo de la acera.
Se tropiezan
Luis Gerardo Hernández Loza, vendedor de raspados en el parque, comentó que al llegar al parque siempre se le complica pasar su carrito debido al desnivel del piso.
Además, aseguró que todos los días ha visto que personas que acuden a hacer ejercicio se tropiezan.
Esto a pesar de que a simple vista el Parque Hidalgo parece estar en buenas condiciones y los jardines cuidados.
Luis Alberto Luna, vigilante del parque, aseguró que el Gobierno municipal próximamente iniciará un programa de rehabilitación.
Mencionó que incluso ya se ha medido el parque para los trabajos de embellecimiento.
Abandonan concha
La concha acústica, ubicada en el parque Hidalgo, luce abandonada y descuidada, con fallas en la estructura, fugas y sin electricidad.
Anteriormente, en el recinto, propiedad del Instituto Cultural de León, se presentaban obras de teatro para niños y conciertos. Ahora, se ocupa para festivales, misas, clases y entrega de becas.
Actualmente el techo del escenario y el asfalto de las gradas se están desprendiendo.
Como el resto del parque, en el interior de la concha, se encuentran partes del pavimento levantadas, que al presentarse eventos masivos representan una zona de riesgo.
Además, las puertas y paredes de los baños están rayadas de graffiti y las ventanas están rotas.
No obstante, las áreas verdes dentro de la concha están en buenas condiciones.
Luis Alberto Luna, vigilante, afirmó que en los seis años que tiene trabajando en el parque, nunca ha ido algún representante del instituto a proporcionar los servicios de la concha.
“En el instituto mandan a las personas que se las piden para acá, pero es uno quien les abre porque se tiene llave para darle el mantenimiento, pero son las autoridades de la Cultura quienes deberían de prestarla más formalmente y no sólo expedir el oficio de permiso”, señaló.