De concretarse, la aplicación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas deberá ir acompañada de programas sociales para que no afecta la economía de las personas más vulnerables, sugirió el contador público Clemente Portillo Gamboa.
“Sí todos pagáramos el IVA por el consumo de leche por ejemplo, sería una cantidad muy fuerte la que estaríamos considerando, que al final podemos tener un programa social e incrementar los servicios del Seguro Popular, crear subsidios a ciertos alimentos” señaló el especialista.
Consideró que el IVA es el impuesto más justo que puede ser aplicado a un producto, “porque es de acuerdo al consumo, sí tu consumes pagas IVA, si no consumes no lo pagas, no es progresivo de acuerdo a la riqueza de la persona”.
Además, exhortó a que antes de implementar este impuesto en alimentos y medicinas, las autoridades determinen en que se van a utilizar lo que se recaude.
“Pero sí tenemos que hablar de algo muy justo, dicen que la persona no tiene acceso a medicinas, le vas a cargar un IVA, la vas a dejar sin acceso, pero si le pones el IVA a esos medicamentos vas a poder generar más recursos”, dijo Portillo Gamboa.
También coincidió en la propuesta de que si se aplica el IVA de manera generalizada, debe respetarse una canasta básica de alimentos y medicinas exentos, de tal manera que sean subsidiados por los productos que sí pagaran este impuesto.
“Se pudiera hacer que una canasta básica de medicinas estuvieran accesibles en el Seguro Popular y en el Seguro Social, con ese mismo dinero que se estará recaudando”, explicó.
Insistió e las medidas de equidad:
“A lo mejor hay personas que no les alcanza ni para una aspirina, pero todos los demás que compran paquetes de otros medicamentos, o que son a veces más por situaciones cosméticas, ahorita tampoco pagan IVA, si a esos les cobramos IVA, con eso subsidiamos al que no tiene”.
Planteó propuestas concretas.
“Por ejemplo, a través de este impuesto a todos los inscritos al Seguro Popular se les puede garantizar dos litros de leche a la semana, no te va a costar nada con respecto a lo que estas recaudando, casi con lo que consumen 3 o 4 familias de un poder adquisitivo medio vas a poder estar abasteciendo a 3 o 4 familias que ahora no tienen acceso a ese alimento”.

Plantean compensar

Clemente Portillo Gamboa señaló que otra defensa frente a la implementación del IVA podría ser la disminución de otros  gravámenes, como el pago del Seguro Social, que no permiten a los empresarios hacer contrataciones frecuentes de personal o desarrollar su infraestructura.
“También se podría reducir el Impuesto Sobre la Renta (30%) que se va sobre los asalariados, que también las tasas disminuyan para que podamos tener personas con mayor flujo de dinero y que estén pagando lo justo a través de un impuesto que va a ir con su flujo de gasto” añadió.
Portillo consideró en cambio que los mexicanos no deberán aceptar la generalización de este impuesto si no presenta algún beneficio.
“No podemos incrementar el gasto de lo que ya ahorita estamos pagando, tenemos que verlo con un beneficio a los programas y sobre todo a los sociales, porque aceptarlo es para tener un crecimiento”.
El especialista resumió que si bien el impuesto podría significar un impacto muy fuerte para los mexicanos, los beneficios paralelos valdrían la pena.
“Si a mí me van a hacer un aumento en esos alimentos, pero me van a dar un programa de seguridad social mejor, a lo mejor lo que estoy pagando en medicinas, en doctores, en consultas me lo voy a evitar porque voy a asistir a un buen programa de salud”.

Rechazan propuesta comerciantes

Imponer el IVA en todos los alimentos y las medicinas sería un enorme problema para quienes tienen menores ingresos, consideró Jorge Hurtado Pérez, dueño de una frutería ubicada en el mercado Descargue Estrella.
“En la gente de escasos recursos es donde más va a repercutir, desgraciadamente hay más gente de escasos recursos que gente de estatus medio y clase alta”, señaló el frutero.
La decisión afectaría su negocio, como el de muchos otros comerciantes, debido a que las personas dejarían de consumir algunos productos.
“Estamos viendo que la gente de la clase baja, media y media baja se abstiene de muchas cosas, porque el salario tampoco ya no alcanza”.
“En el mercado vemos menos gente, les preguntamos qué va a llevar, qué necesita y si antes se llevaba dos kilos de plátano ahora solo se lleva 3 o 4 platanitos, porque ya no alcanza”, lamentó el comerciante.
María Concepción González, vecina de la colonia San Miguel, dijo que cada día es más preocupante el incremento en los precios de los alimentos.
“Habemos personas que trabajamos tanto el esposo como la mujer, pero hay familias que son familias disfuncionales, tienen que ser padre y madre a la vez y los gastos son muy fuertes”.
Señaló que generalizar el IVA afectaría a todos los mexicanos.
“Es algo que es preocupante para la sociedad, ya que también está difícil en los trabajos, hay mucho desempleo, en la canasta básica sería muy preocupante”.
“A lo mejor comeríamos más las cosas que son más económicas, pero carnitas o algo más especial tendríamos que pensarlo un poquito más”, lamentó. Audelia Aguilar Domínguez, otra comerciante en el Descargue Estrella, teme que las ventas de sus productos bajen si se elevan los precios por la implementación del IVA.
“Ahorita hay mucho desempleo, un incremento más en los alimentos a todos afecta por igual, conforme aumentan los alimentos los clientes dejan de consumir, la adquisición de las personas va conforme a la alza que haya, tienen menos dinero para consumir y tienen que adaptarse a los nuevos precios”.

Caen los ingresos

Un estudio sobre el poder adquisitivo del salario en México publicado en agosto de 2012 por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala que “las familias mexicanas ven como cada día su dinero les alcanza menos y tienen que trabajar más para adquirir lo mínimo para poder alimentarse”.
Este estudio detalla que la Canasta Básica Constitucional Integral (CBCI) tiene un costo diario de $940.00 para cubrir todas las necesidades, considerando bienes y productos de primera calidad, lo que equivale a 15.08 salarios mínimos (de 64 pesos).
Sin embargo, sólo 1.8% de la población total del país (2 millones 034 mil 987 personas) puede comprar esta canasta básica diariamente, mientras que 98.2% no puede aspirar al nivel de vida básico que establece la Constitución.
“La condición económica de las familias en México se ha deteriorado a tal grado que para mayo del 2012 el 46.88% de las familias generan un ingreso mensual de 6 mil 656 pesos, incorporando a tres miembros de la familia para ayudar al ingreso mensual”, menciona la investigación.
Es decir, que el ingreso de cada uno de los miembros de la familia en promedio por mes es de 2 mil 218 pesos, esto significa que tienen un empleo en el que la remuneración diaria corresponde a un salario mínimo y .18% del salario mínimo de otro empleo.
En cambio, según estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el precio del frijol en México aumentó 5.54 pesos durante 2012, hasta llegar a significar un gasto mensual de $41.09, un aumento de 52% en un año.
En el caso de la tortilla, el gasto mensual estimado en la canasta básica alimentaria fue de $63.26 en 2012, $2.64 más que a principios de año y 11% más respecto al mismo mes de 2011.
Según el estudio de la UNAM, del primero de enero de 1982 al 19 de agosto del 2012, con el salario mínimo los mexicanos dejaron de comprar 45.86 kilogramos de tortilla, “lo que implico una reducción en términos porcentuales de -90.08% de adquisición de kilos de tortilla”.
La historia se repite con el PAN: del primero de abril de 1982 al 19 de agosto del 2012, dejaron de adquirir 248 piezas de pan, lo que “en términos porcentuales significó una caída del -88.64% de adquisición”.
En cuanto al consumo del huevo, en el lapso de 30 años se dejaron de comprar 6.90 Kilos, una caída de -80.32%.
En cuanto a la leche entera, en el mismo lapso los mexicanos dejaron de comprar 14.06 litros, una caída de -304.98.

MINORÍA

Acceso a la Canasta Básica constitucional

1.8% De la población total del país puede adquirirla
98.2% No puede aspirar al nivel de vida básico fijado

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