Para sus hijos, Leticia de 58 años es la mejor mamá del mundo, desde hace 7 años trabaja en una gasolinera, quedó viuda y ha sacado adelante hasta al menor de sus hijos que está por graduarse como ingeniero.
Leticia Santamaría López es una madre que sufrió la muerte de su hija a los 19 años, estaba embarazada y por casarse.
Su depresión, desesperación y tristeza ante la muerte de su hija, la orilló a irse a Estados Unidos de inmigrante, pensó que si se iba lejos, el dolor también se alejaría pero fue peor, ya que no estaba cerca de sus hijos y esposo.
Todos los trámites los hizo a escondidas de su familia, pidió un préstamo de 15 mil pesos y pagó para que la pasaran a Estados Unidos, caminó durante una semana por el desierto comiendo sólo atún y frijoles.
Llegó después de tanto sufrir, con los pies ampollados y lastimados, llegó a California con una prima, que la llevó a trabajar a piscar el chabacano, tomate, chile y después en una pizzería, trabajaba para pagar el préstamo que pidió para poder cruzar la frontera.
Ante el sufrimiento que vivía a diario por la muerte de su hija y no tener a sus hijos Julio César, Jorge Alberto, Jonathan y a su esposo Álvaro, a los seis meses decidió regresar a México.
Comenzó a trabajar en una obra tras mucho tiempo de convencer a su esposo para que compraran un terrenito y construyeran su casa.
Desde hace siete años Leticia trabaja en una gasolinera, la primera vez que fue a una acompañó a su hermana como “propinera”, ella se salió y Leticia ocupó su lugar.
Para ella, sus hijos son la bendición más grande y más hermosa que le dio Dios, los considera buenos hijos.

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