El 10 de mayo también recuerdan a las madres que gozan del descanso eterno con música, flores y oraciones en el cementerio.
“El mejor regalo que se puede dar a las madres en su día es que sea cierto y una realidad que se termine la violencia contra las mujeres, los feminicidios, y no sólo promesas”, dijo el padre Sergio Velázquez, en la celebración eucarística en el panteón particular de Villa Insurgentes, Jardines del Tiempo.
Manifestó que el mejor regalo que se puede dar a la mujer es el respeto hacia ellas, y que se les trate con dignidad, sin discriminaciones, ni abusos.
“Benditas madres que educan a sus hijos en libertad, inculcándoles valores y el respeto al prójimo. ¡Felicidades!, por humanizarnos”, añadió el sacerdote.
En templos y parroquias de la ciudad se celebraron misas de “intención”, que tenían un costo de 20 a 100 pesos, en memoria a las madres que ya han dejado este mundo, lo mismo que en las capillas de los diversos panteones.
Tríos, cuartetos y mariachis les llevan serenata para cantarle las tradicionales “Mañanitas” y una de las más solicitadas era “Amor Eterno”.
Cientos de leoneses acudieron a los diversos cementerios de la localidad para recordar a la madre que ya no está físicamente en este mundo, pero que vive en el corazón de todos sus seres queridos.
Juan Romero, integrante del grupo norteño “Los Navegantes de la Sierra”, señaló que cada pieza musical tenía un costo de 50 pesos.
“Son precios módicos para recordar a los seres queridos. Mucha gente viene a los panteones para recordar a las madrecitas con la música que tanto les gustaba, como ‘Ángel Mío’, ‘Por el Amor a Mi madre’, pero la que más piden es ‘Amor Eterno’”, añadió Juan Romero.
La familia Morales Centeno acudió como cada año a visitar la tumba de su madre.
“Como muchas otras personas venimos a orar, a rezar y a recordar a nuestra madre. Ya se nos adelantó y nos dejó un gran vacío en el alma”, señaló Ernestina Aguado.
En la Dirección de Panteones se informó que se reforzó la vigilancia y que se reportaba saldo blanco.
Restaurantes tuvieron un lleno total
Los restaurantes de la ciudad contaron con un incremento de hasta 100% en la afluencia ayer viernes 10 de mayo, con motivo del Día de las Madres.
En varios establecimientos hubo gente en lista de espera que, por no contar con una reservación previa, tuvo que esperar para conseguir una mesa y comenzar el festejo.
En el restaurante El Braserío de López Mateos, había una de fila de aproximadamente 10 familias que esperaron por hasta más de dos horas una mesa: “Es entendible por la fecha, pues todo mundo está festejando a las mamás”, dijo uno de los casi 35 formados en la fila.
En casi todos los restaurantes la situación fue similar: “Ya venimos de otros restaurantes, están igual, este es el que estaba menos lleno”, comentó Eloína, la festejada, mientras esperaba a que el jefe de meseros les asignara una mesa para poder comer.
Aunque las reservaciones fueron tanto desde la hora del desayuno hasta la cena, el momento del día con mayor demanda fue alrededor de las tres y cuatro de la tarde, hora de la comida.
También los restaurante-bares contaron con gran asistencia de comensales, como fue el caso del Panteón Taurino de la Calzada, donde la fila de espera fue tan numerosa que la asignación de mesa se manejó por turnos para mantener el orden.
Los establecimientos coincidieron en que sí esperaban llenos totales, como cada año, y que se prepararon para que el servicio no decayera ante esta ocupación total.
Enfrenta la tecnología
Una gamer de 59 años que aprendió a manejar una palanca con muchos botones y a encender máquinas que jamás imaginó tener, como un Xbox o PlayStation 3.
Gamer es el término en inglés para una persona que juega videojuegos. Una madre que enfrentó la tecnología y la utiliza a diario, Graciela Cervantes Ledesma, madre y abuela, se adaptó a este entretenimiento.
Para ella no es nuevo escuchar sobre Guitar Hero, Naruto o Plantas contra Zombies, ya que de eso vive.
Festeja trabajando
Barrer las calles de la ciudad suena fácil, pero cuando se trata de laborar en un día festivo como el Día de las Madres, para María de la Luz Lozano Galván no le queda de otra más que trabajar para solventar sus gastos.
En punto de las 8 de la mañana, Luz tiene que estar lista con todo su equipo: escoba, bote para la basura, bolsas, recogedor, chaleco, gorra y no pueden faltar sus audífonos para escuchar un poco de música y así su jornada laboral sea más ligera.