Madre de tres hijos, oficial de Tránsito y Vialidad y educadora en escuelas públicas en el tema de Prevención del Delito, Liliana Rocío González Torres enfrenta los retos el 10 de mayo como si fuese cualquier otro del año.
Durante la entrevista comentó que representa un héroe para sus hijos que la esperan todos los días después de la jornada diaria, en la que a veces, expone su vida.
“Es como en todo esto. Nosotros y los compañeros de pronto hemos estado en situaciones de riesgo, pero eso no implica que vivamos con temor, sino con orgullo. Para mis hijos soy el héroe de la casa”, comentó Liliana Rocío.
En este trabajo se divide en las labores de la casa: hacer de comer, ayudar a sus hijos con las tareas, estar el pendiente de sus calificaciones y a la hora de ir a trabajar, se transforma en representante de la ley.
“Este (10 de mayo) es un día como cualquier otro, sobre todo porque el trabajo nunca se acaba. Pero esto es algo que a uno le apasiona. Se hace con esfuerzo, con cariño, no importa si es Día de las Madres o Navidad. El trabajo está ahí y debe hacerse”.
“Una vez dábamos indicaciones a un conductor a la orilla de la carretera. A alguien no le pareció y estuvo a punto de atropellarme. La vi muy cerca y claro que pienso en mis hijos, pero el deber también te impulsa a hacer tu trabajo al cien por ciento”, dijo con firmeza la oficial.
Respecto al 10 de mayo, inspiró profundamente y por unos segundos guardó silencio. Después aseguró con aplomo.
“Pues que el mejor regalo es tener una familia, luchar por ella y recibir el amor de los hijos”.

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