Sellada la Liga Española desde el sábado en favor del Barcelona, la final de la Copa del Rey se presenta hoy como la última oportunidad para Real Madrid y Atlético de Madrid de sumar un título de peso en esta temporada.
Los blancos, ganadores de la Supercopa local, tenían aspiraciones más altas esta campaña, como el mencionado campeonato liguero y la Liga de Campeones; y su pronta deserción del torneo doméstico, unida a la mala imagen ofrecida en la semifinal europea contra el Borussia Dortmund, podrían significar también que la copa será el último título para su  timonel, José Mourinho.
Su colega, el argentino Diego Simeone, encara el clásico ciudadano con bastante más margen y, muy probablemente, ganas. Desde su llegada al Atlético en 2011, el “Cholo” ha instaurado en el club conocido como “El Pupas” una mentalidad ganadora que generó una clasificación europea la campaña pasada, dos títulos (Liga Europa y la actual Supercopa de Europa) y el boleto directo a jugar la próxima Champions, con el tercer puesto asegurado en la liga, a falta de tres fechas.
“No nos dieron favoritos en las finales con el Bilbao ni con el Chelsea, y nadie nos da dos pesos contra el Madrid. Ellos son mejores, pero a un partido todo es diferente”, expresa Simeone, cuya seguridad contrasta con las polémicas desatadas por José Mourinho en las semanas recientes.

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