El tornado de categoría EF4, la segunda más fuerte en la escala Fujita, tocó tierra y arrasó todo lo que estaba a su paso ayer en el suburbio de Moore, situado al sur de Oklahoma City.
Descrito como “gigantesco y mortífero” por el Centro de Predicción de Tormentas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el tornado, con un diámetro de tres kilómetros y que iba a una velocidad de más de 300 kilómetros por hora, dejó al menos 24 muertos (20 en Moore y cuatro en Oklahoma City), entre ellos nueve niños, más de 200 heridos y un número indeterminado de desaparecidos.
Cientos de casas, edificios e infraestructuras, incluyendo un hospital y dos escuelas, fueron destruidas por la tormenta devastadora. El riesgo de tornados se mantuvo en la región durante toda la jornada de ayer, según el NOAA.
“Todavía no sabemos la cifra exacta de fallecidos ya que algunos cuerpos han sido enviados al anatómico forense y otros a funerarias privadas. Pero ha sido una tragedia porque entre los muertos hay niños. Además, hay 237 heridos”, aseguró en rueda de prensa la gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin.
“La zona azotada por el tornado está arrasada. Es muy duro ver el destrozo generalizado que ha provocado. Es una tragedia”, agregó Fallin, quien tuvo la oportunidad de ver la región desde el aire.
Keli Pirtle, portavoz del Servicio Meteorológico Nacional en Norman (Oklahoma), explicó que el tornado tocó tierra el lunes a las 14:56, hora local, justo 16 minutos después de saltar la primera alerta, y que se desplazó 32 kilómetros devastando todo a su paso. “Estuvo tocando tierra durante 40 minutos”, añadió Pirtle.
“Tocó tierra en New Castle y se trasladó hacia Moore, un suburbio con una población de 55,000 habitantes”.
El presidente Barack Obama describió el tornado como uno de los más destructivos que han azotado el País.
“Docenas de vidas se han perdido, entre ellas, las de niños. Nuestros pensamientos y oraciones están con ellos”, dijo el Presidente de EU.
‘Son moneda al aire’
Impredecibles, erráticos, caprichosos… Los tornados son una moneda al aire.
“Los podemos intuir, pero no somos capaces de saber a ciencia cierta dónde atacarán y qué trayectoria seguirán”, explica el experto Emilio Rey, fundador de Digital Meteo.
“Los huracanes, por ejemplo, sabemos dónde pueden estar dentro de 24 ó 48 horas, son como unos tráileres gigantes que no pueden parar en seco y darse la vuelta. Los tornados, en cambio, se parecen a una peonza. No sabes qué va a ser de ellos, son impredecibles”.
Estos párrafos pertenecen a un reportaje publicado por L. Calonge sobre la oleada de tornados que afectó a varios estados en abril de 2011.