En San Ignacio de Hidalgo, comunidad de San Francisco, se incendiaron unas 300 pacas de rastrojo, debido a un acto inocente de un niño de nueve años que jugaba con unos cerillos en un pastizal a unos metros de éstas. El fuego se expandió rápidamente debido al viento que se dirigió hacia la pila.
A las 3 y media de la tarde Protección Civil recibió el reporte del sistema Emergencias 066 por el siniestro que puso en alerta a los vecinos de la comunidad, a lo que la unidad 5 a cargo de Gerardo López llegó minutos más tarde.
Se requirió la asistencia de dos unidades más de Bomberos que acudieron para sofocar el incendio. Mientras tanto, Protección Civil previó evitar la propagación del fuego mojando otras pilas que se encontraban cerca de las ya encendidas.
Después de una hora lograron sofocar el fuego, ya que el viento seguía alimentando a consumirse las pacas cuyo peso era de 30 kilogramos aproximadamente, generando una pérdida económica de poco más de 5 mil pesos para el propietario.
El niño aceptó ser el responsable de la contingencia cuando entregó los cerillos con los que estaba jugando, a lo que su madre respondió con el dueño para saldar los daños, pues no hubo saldo de lesionados u otros daños más que la respectiva contaminación del aire.
No es la primera vez que sucede este tipo de siniestros, pues en lo que va del año son 5 de este tipo, además de 15 reportes de incendio en pastizales o baldíos al mes que las autoridades atienden. La mayoría de éstos suelen ser provocados accidental o intencionalmente, siendo más fácil que se agraven debido a la sequía.

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