La vida de Emma depende de su papá. Mejor dicho, del 30% de su hígado.
Tiene una enfermedad tan compleja y tan rara que se presenta sólo en uno de cada 10 mil bebés: atresia de vías biliares.
A su cortísima edad, un año ocho meses, Emma es una guerrera, y sus papás viven hoy lo que sin duda es la prueba de amor más grande.
Mario tiene 21 años y el corazón puesto en buscar la salud de su bebé, aun a costa de su propia vida.
Jacqueline, de 19, hace dos quedó embarazada; esperó con ilusión la llegada de su hija, sin sospechar que las noches de insomnio las pasaría en hospitales.
En unas horas Mario Rendón Serrano y Jacqueline Méndez Santoyo comenzarán el largo y penoso proceso que conllevará el trasplante del trozo de hígado que él donará a Emma, de 8.5 kilos de peso.
Padre e hija serán internados mañana en el Hospital Siglo XXI de la Ciudad de México.
A las 8 de la mañana del martes está programada la cirugía de extracción para el joven; dos horas después Emma entrará al quirófano.
“Mi hija es una niña normal, más allá de su tez amarillenta, nadie se daría cuenta de que tiene un padecimiento que le podría costar la vida”, dijo Mario, confiado en que todo saldrá bien.
“Si fuera necesario darle el corazón a mi hija sin dudarlo lo donaría, para mí es más importante la vida de mi hija que la mía misma”.
Aunque hay confianza en que la niña llegue a tener un hígado sano, la joven pareja está consciente de que todo podría fallar.
“Lo hemos platicado, pero estamos conscientes de que cualquier cosa puede pasar… todas las cirugías son riesgosas, pero esta lo es en particular. No estamos desprotegidos, estamos en las manos de Dios, confiamos en la energía de la niña, en nuestra unidad como familia, en el apoyo que representa nuestra familia, en el amor que nos rodea”, señaló el amoroso padre.
Su recuperación tardará cerca de 15 días, si no hay complicaciones, y podrá ayudar a su esposa en el cuidado de su hija.
Emma deberá mostrar evolución por etapas: el primer mes estará sedada, esperando la aceptación del órgano; el segundo permanecerá en terapia intensiva, y tras superar el tercero podrá comenzar a hablarse de un caso de éxito.
A los seis meses esperan estar de regreso en casa, en León, para recobrar el tiempo que les ha robado la enfermedad.
En manos de Dios
A horas de partir a la Ciudad de México a la cita más trascendente de sus vidas, Mario y Jacqueline se encomiendan a Dios, nos saben qué van a hacer, dónde van a vivir, ni cómo obtendrán dinero para comer.
“Tenemos el apoyo de nuestras familias, de los abuelitos… yo trabajo en Femsa Bajío y me apoyan, pero no sé cómo le vamos a hacer”, dijo Mario.
“Él tiene unos familiares allá, pero viven como a dos horas del hospital, vamos a ver si encontramos un albergue o no sé”, comentó Jacqueline, con los ojos húmedos pero confortada por las caricias de su hija.
“Algunas personas nos han ayudado, un empresario una vez nos donó 10 mil pesos, sirvieron para hacerle los estudios y corroborar el diagnóstico; no sabemos qué va a pasar, esperamos que tengamos suerte y que Dios no nos abandone, estamos en sus manos”, agregó.
La importancia de donar
Vivir de cerca una enfermedad que requiera trasplante de órganos es muy difícil, la pareja espera que más personas tomen conciencia de la importancia de la donación.
“Esperamos que se pongan en nuestros zapatos, ahora estamos convencidos de que lo haríamos, de que si nuestro cuerpo sirve para dar una oportunidad de vida a alguien más, lo haremos con gusto, porque lo hemos vivido, esperemos que mucha gente se sume, aunque no haya padecido este tipo de enfermedades”.

NECESITAN
DONATIVOS

La familia Rendón Méndez abrió una cuenta para recibir donativos, con número 0851245230 de Banorte; son necesarios porque la recuperación del papá y la bebé será larga.
Mario y Jacqueline hacen un llamado a las personas de buena voluntad para que los apoyen a regresar la salud a Emma.
Para mayores informes hablar al teléfono 365-85-13, en León.

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