La despedida fue tan triunfal como la presentación. No ha habido más líder que el Barça.
Los números del campeón han sido superlativos: igualó el récord de 100 puntos que tenía el Madrid con Mourinho y batió el de goles a favor del propio Barcelona desde el año pasado: 115.
Jamás en la historia de la Liga, en ninguna de sus jornadas, el primero le había sacado 15 puntos al segundo como ha pasado ahora con el Barça y el Madrid.
Los azulgrana han sido a fin de cuentas un equipo que se ha explicado a partir de los resultados, irreprochables en la Liga.
El marcador ha avalado siempre su trayectoria en el campeonato, también ante el Málaga.
El último resultó gratificante para la hinchada del Barça.  Los aficionados habían ido a despedir a Abidal y quien sabe si a Valdés y ninguno de los dos figuraba en una alineación copada de nuevo por los titulares.
A Vilanova le debieron de silbar los oídos del ruido que había en el estadio. No está para concesiones el técnico, que incluso se ha permitido responder con ironía a Cruyff.  El entrenador montó un equipo tan serio que al cuarto de hora resolvió.
Los azulgrana salieron como un tiro y su actuación resultó tan completa que sonó a una inequívoca declaración de intenciones ante el debate abierto sobre si el equipo necesita una renovación.
Alrededor de Busquets, los barcelonistas se desplegaron con finura, determinación y precisión. Iniesta estuvo primoroso en el juego interior, no hubo antídoto para el desmarque de Pedro y llegaban bien Villa y Cesc.
Marcó a puerta vacía el Guaje, que dedicó el que puede ser su último gol azulgrana a los niños del Hospital Sant Joan de Déu, y también Cesc -arrebatador en la jugada-; Montoya -enganchó a bote pronto un rechace a la salida de un córner-  e Iniesta, sereno y delicado con su tiro desde fuera del área.
Pellegrini se despidió con mano de santo: metió a Morales y el Málaga exigió mucho a Pinto hasta que salió Abidal.
Aplaudió durante un minuto el Camp Nou. Jugó un cuarto de hora Abidal y, acabado el partido, fue homenajeado por todos en su adiós: “Gracias catalanes por el apoyo durante esos seis años”, afirmó. “¡No te vayas!”, se escuchó en la grada.

EL ADIÓS
eric Abidal

Más de 65 mil aficionados acudieron al cierre de temporada y homenaje a Abidal, quien padeció y se recuperó de cáncer en el hígado; estuvo acompañado de su mujer, sus dos hijas y su primo Gerard -quen le cedió parte de su hígado para recibirlo en trasplante.

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