Decenas de personas ahora “vapean” en vez de fumar, con la firme intención de superar la adicción al tabaco.
“Vapear” es la acción de inhalar el vapor generado por los cigarros electrónicos, productos que se han vuelto muy populares en México.
Aunque la comercialización de estos dispositivos electrónicos está prohibida por la Ley General para el Control del Tabaco, en México se consiguen a través de internet o con personas que los traen de Estados Unidos.
La voz se corre y es fácil encontrarlos, sólo basta preguntar. Los precios rondan entre los 500 y mil 800 pesos, según las piezas que contenga el kit.
“Comienza a disfrutar del placer de fumar de una manera mucho menos dañina para tu organismo, definitivamente menos costosa y segura para tu entorno”, anuncia en internet uno de los vendedores de cigarros electrónicos.
Lo usan para dejar de fumar
“Casi todas mis amigas tienen cigarro electrónico, es muchísima gente la que lo usa y todos con la intención de dejar de fumar”, dice Gloria, de 40 años, quien vive en San Pedro.
“Se puso de moda para dejar el cigarro y cumple una función: estar vapeando. Porque a la mayoría de los fumadores lo que nos gusta es echar el humo”, dijo.
Patricia Treviño, también de San Pedro, los usa desde enero y dice que le han dado muy buen resultado: después de cuatro décadas de fumar tabaco ya no ha vuelto a hacerlo.
“Este cigarro no me incita a fumarlo en el día, si no salgo tampoco lo uso, es sólo social”, cuenta la mujer de 60 años.
Ante el carácter aparentemente inofensivo de los electrocigarros la gente los “vapea” incluso en espacios cerrados como salas de conciertos o restaurantes, ya que el vapor que emiten no tiene olor y no causa molestia a los no fumadores.
“La ventaja que tiene es que hasta en el avión lo he fumado y no me dicen nada. He estado en un hospital visitando a alguna persona y lo puedo estar usando”, expresa Treviño.
Betty Sánchez, de 45 años, tiene un mes usándolos. Le llamó la atención porque se ofrecen en el mercado como una buena opción para dejar de fumar. Sin embargo, se propuso buscar más información porque le preocupa que en los cartuchos donde viene el líquido no se indica qué es lo que contiene.
“La primera vez que agarré el cigarrillo electrónico me dio mucho dolor de cabeza y náuseas”, confiesa la vecina de Residencial Cumbres.
“Eso sí, el instructivo dice muy claro que es responsabilidad de cada quien el uso del mismo”.
¿Y sirven para dejar de fumar?
Hasta hoy no hay estudios científicos que avalen la seguridad y eficacia de este producto como tratamiento para dejar de fumar.
Por eso, la Organización Mundial de la Salud alerta sobre su uso.
El neumólogo Rodolfo Posadas Valay dice que actualmente la OMS, tras varias reuniones de grupos de estudio, no recomienda el uso de estos dispositivos.
“Como conclusiones de estos estudios es de que estos dispositivos no ofrecen, para empezar, una seguridad, en cuanto a que no causen daño al inhalar”, indica el especialista.
El también coordinador médico del Centro Universitario de Salud de la UANL, tampoco los recomienda como estrategia para dejar de fumar.
“No es un método aprobado porque sencillamente en el proceso de dejar de fumar la clave está en que en algún momento los receptores de nicotina en el cerebro se cierran y estos dispositivos mantienen una dosificación de nicotina que aunque sea mínima mantiene abiertos los receptores”, explica.
Incluso la OMS señala que los sistemas electrónicos de administración de nicotina (ENDS, por sus siglas en inglés) pueden facilitar y perpetuar la adicción a la nicotina, aunque aclara que no se ha establecido la cantidad que estos aparatos suministran.
“Los fabricantes han comercializado los ENDS como tratamientos de apoyo al abandono del hábito de fumar, y podría ser que estos productos resulten eficaces para ello”, señala en el Tercer Informe sobre las Bases Científicas de la Reglamentación de los Productos del Tabaco.
El informe señala que, sin embargo, no hay pruebas científicas suficientes para establecer las capacidades reales de dosificación de nicotina, la eficacia como tratamiento de apoyo al abandono del hábito de fumar, o la inocuidad de su utilización.
“Es motivo de preocupación”, agrega, “la posibilidad de que la administración de nicotina por vía inhalatoria pueda dar lugar a efectos tóxicos, fisiológicos y adictivos más intensos, y los estudios científicos deben abordar esta inquietud”.
La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) también advierte que aún no se sabe si los productos e-cigarette son seguros, cuánta nicotina u otros químicos se inhalan al usarlos o si hay beneficios asociados a su uso.
Sin embargo, a diferencia del caso mexicano, la FDA regula estos productos, pero no prohibe su comercialización. Lo que sí prohibe es que las compañías afirmen que sirven para dejar de fumar.
Bajo la Federal Food, Drug, and Cosmetic Act (FDCA) una compañía no puede afirmar que su droga puede tratar o mitigar una enfermedad, como la adicción a la nicotina, a menos que su seguridad y efectividad hayan sido probadas, señala la FDA en un comunicado.
Su venta en México
En decenas de páginas de internet se venden cigarros electrónicos en México, pese a que su importación, distribución, comercialización y venta está prohibida por la Ley General para el Control del Tabaco.
Su venta se da en sitios especializados como www.cigalectricmx.com o www.cigarroe.com; y en sitios de anunciantes como www.vivastreet.com.mx o www.monterrey.campusanuncios.com.mx.
“Por el momento no hay una tienda especializada en cigarros electrónicos en Monterrey dado que todavía las leyes en México limitan la venta de cigarros electrónicos, es más fácil comprarlo por internet”, señala la página www.cigarroselectronico.com.mx.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) reiteró recientemente que no ha emitido autorización alguna para importar o comercializar este producto en México.
La Cofepris señala que la Ley General para el Control del Tabaco prohibe comerciar, vender, distribuir, exhibir, promocionar o producir cualquier objeto que no sea un producto del tabaco, que contenga alguno de los elementos de la marca o cualquier tipo de diseño o señal auditiva que lo identifique con productos del tabaco.
“La Cofepris ha solicitado a las Secretarías de Salud de las 32 entidades federativas vigilar el cumplimiento de esta legislación y advierte a comercializadores y establecimientos mercantiles que no pueden ni deben vender, ni siquiera por internet, el cigarro electrónico”, señala en un comunicado la Secretaría de Salud.
Además, se recomienda no comprar los cigarros electrónicos porque no hay evidencia científica de que sea una alternativa médica efectiva para dejar de fumar y no existen pruebas de la eficacia y seguridad del producto.
El kit para ‘vapear’
Los paquetes de cigarros electrónicos suelen contener en el estuche estas piezas, las cuales deben de reemplazarse.
– Baterías: Garantizan cierto número de “vapeadas” (inhalaciones de vapor) según el modelo.
– Cargador: Los ofrecen para el coche, para la pared o con USB para la computadora.
– Cartomizador: Es una especie de boquilla en la que se pone el aceite de sabor, que puede o no contener nicotina.
– Cartuchos o botellas e-liquid: Los sabores varían, hay desde marcas de cigarros hasta de menta, capuccino y coco, entre otros.