En esta temporada de calor se debe tener especial precaución con los alacranes, pues hay picaduras que pueden poner en riesgo la salud.
Aunque han disminuido las picaduras del año pasado al presente, sí es necesario poner atención en la limpieza de los hogares.
La Secretaría de Salud tiene cuantificadas que hasta la semana epidemiológica 18 del año en curso se han registrado un total de 11 mil 161 casos de picaduras de alacrán, cifra inferior a los caos presentados el año pasado que fueron 12 mil 303.
La picadura de un alacrán es accidental y está considerada una emergencia médica pero a la cual se debe poner especial atención.
El secretario de Salud, Ignacio Ortiz Aldana, señaló que en general el dolor es intenso en el sitio de la picadura; en los niños provoca llanto y otros síntomas con distinta severidad como palidez, náuseas, vómitos, salivación excesiva, piel de gallina y palpitaciones.
Por lo general, la picadura sucede de noche y la población más afectada son los niños pequeños.
Se da en los miembros inferiores y existen factores que determinan la evolución, la cual depende de la persona afectada, su peso, su estado nutricional, la presencia de algunas enfermedades y de la especie de alacrán, el número y lugar de la picadura, la cantidad de veneno inyectado.
Ante una picadura de alacrán, el Secretario de Salud recomienda concurrir con rapidez a la unidad de salud más cercana.
Dado que esta picadura produce un intenso dolor, se puede colocar hielo en el sitio afectado para aliviar las molestias, mientras se transporta a la persona al servicio de salud.
No obstante si durante la consulta el paciente manifiesta síntomas de gravedad, se le proveerá un suero antialacrán para, de esta forma, neutralizar la toxina.
El peligro de la picadura de alacrán proviene del veneno que deja tras la picadura que, en casos extremos, puede generar cuadros de suma gravedad.
“El alacrán es un animal de hábitos nocturnos y agresivos. Permanece oculto durante el día en el suelo o en la corteza de los árboles, entre escombros, tejas o ladrillos, y se adaptan bien a lugares urbanos”, agregó el Secretario de Salud.
También se les puede encontrar dentro de las casas en grietas y paredes, pisos huecos de revestimientos de maderas, en desagües que conectan con cloacas, habitaciones y depósitos sin aireación, y hasta detrás de cuadros, bajo los muebles o entre las ropas y zapatos.

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