La tauromaquia en Celaya, no sólo marcó la historia del municipio; también hizo mella en la vida de celayenses que se dedicaron en cuerpo y alma a alguna de las actividades relacionadas con la fiesta brava.
Ejemplo de ello es el fotógrafo taurino Donaciano Rangel Botello, mejor conocido como el maestro Botello, quien desde joven dedicó sus esfuerzos a capturar los momentos más representativos de las corridas de toros, no sólo de Celaya, sino del País.
Descubrió su vocación por la fotografía desde los 18 o 20 años, cuando compró su primera cámara fotográfica con el primer salario que obtuvo. Así comenzó a tomar fotografías en las corridas realizadas en Querétaro, como aficionado.
No pasó mucho tiempo para que el maestro Botello, comenzara a fotografiar a quien se convertiría en su ídolo taurino: Manolo Martínez.
“Empecé a tomarle fotos a Manolo Martínez, era una figura del toreo en esa época y yo le tomaba fotos como aficionado. Dio la casualidad que un día vio mis fotos y le gustaron; me pidió que se las vendiera y yo se las vendí. Así seguimos, yo le tomaba fotos y él me compraba las fotos que le gustaban”, recordó el fotógrafo.
Así pasaron tres años en los que Botello perfeccionó su técnica estudiando a la par, el curso de Fotografía en el Instituto Nacional de Bellas Artes. Pero luego, en 1979, viajó al extranjero con miras a hacerse de más y mejor equipo, y de seguirse preparando en el arte de la fotografía. Creyó que iba de paso, pero se quedó allá por 10 años.
“Cuando yo regreso, estaba totalmente desconectado de la fiesta de los toros, pero me vuelvo a involucrar en ese mundo. Empiezo a tomar fotos, pero ya con mejor equipo, más profesionalmente y empiezan a recomendar mi trabajo. Entonces me convierto en fotógrafo taurino y fotógrafo personal de figuras importantes del toreo en la época, como David Silveti, Alejandro Silveti, Miguel Espinoza y otros que fueron las principales figuras”, relató Donaciano Botello.
A partir de ese momento, y hasta hace pocos años, el fotógrafo taurino dedicó su vida a eso, a retratar los momentos más apasionantes de los toreros y de la fiesta brava.
Hoy, a 37 años de haber comenzado este camino, Donaciano Botello, asegura que su vida no hubiera sido la misma sin la fiesta de los toros.
“Lo que poseo es producto de mi actividad como fotógrafo taurino, no me arrepiento de haberme involucrado en ese mundo que a mí me apasiona, aún después de haber recibido una cornada en el callejón de una plaza de toros. El toreo es arte que da vida a otras artes, como la fotografía, la pintura, la música y la vestimenta”, afirmó el fotógrafo.
“Mi vida no sería la misma sin el toreo”.
Donaciano Rangel Botello, mejor conocido como el maestro Botello, quien desde joven dedicó sus esfuerzos a capturar los momentos más representativos d