La educación sexual es una herramienta básica para prevenir embarazos no deseados o la trata de personas, y vincular a los jóvenes, niños y personas con discapacidad hacia una vida de tolerancia, que busque la aceptación de la conducta sexual sana y con valores.
En las instalaciones del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Irapuato, el psicólogo José Manuel Ramos Arredondo, impartió el taller denominado “Educación de la Sexualidad en las Personas con Discapacidad”.
Con la intención de que los padres de familia sepan actuar en la educación de sus hijos en lo referente a su sexualidad, habló acerca de la necesidad de respetar las diferencias, eliminar miedos y considerar que las personas con discapacidad no son asexuales.
Desde 2008, México se comprometió a la Declaración Ministerial sobre la Educación Sexual, lo que representa un paso para cambiar el pensamiento de la sociedad en el cuidado y tratamiento de la sexualidad, pues a decir de Ramos Arredondo: “La educación sexual busca impartir una información progresiva, tanto en lo biológico, como en lo afectivo-social porque el 50% de los casos penales en México tiene que ver con lo sexual”, enfatizó.
Por este motivo, se debe romper el miedo y platicar sobre la sexualidad con los niños, jóvenes y en especial con las personas discapacitadas, con el fin de evitar algún abuso sexual, además de aprender aspectos como qué gestos son normales y cuáles no lo son.
“La discapacidad mental no implica asexualidad”, refirió Ramos Arredondo al mencionar que las personas con discapacidad “también sienten curiosidad al explorar sus cuerpos y lo mejor es no reprimirlos, sino enseñarles que la conducta sexual tiene su momento y espacio”, dijo.
Porque lo importante es modificar hábitos, en cuanto la percepción de la sexualidad y la mejor forma según Ramos Arredondo es “respetando su privacidad, no permitiendo que otros adultos estén durante su aseo personal, aprender comportamientos propios tanto en lo publico como en lo privado y enseñarles un vocabulario correcto del aparato reproductor humano, pues con esto se da veracidad en sus dichos”.
El psicólogo recalcó que aún quedan tabúes que romper, para que estas personas tengan conciencia en la pertenencia de sus cuerpos, las reglas sociales que existen y disfrutar de su espacio de privacidad.
Ademas, el psicólogo fundamentó que los valores que deben enseñarles son el respeto, la responsabilidad, la libertad y el placer, con el objetivo de que su vida sea integral tanto en lo social como en lo sexual, y solamente con educación se pueden tener personas que se sepan cuidar y prevenir.

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