Violentos encapuchados empañaron el miércoles una protesta pacífica de decenas de miles de estudiantes, causaron daños a inmuebles públicos y ocasionaron que cientos de miles de habitantes de Santiago llegaran tarde a sus trabajos al causar atascos en el tránsito con barricadas en llamas.
Unos 100.000 estudiantes universitarios y secundarios participaron en la manifestación, según sus organizadores.
Los jóvenes caminaron decenas de cuadras desde tres puntos distintos de la ciudad hasta reunirse en la Plaza Los Héroes, a unas cinco cuadras del palacio de gobierno, donde escucharon discursos de sus líderes.
A algunos centenares de metros encapuchados actuaron más violentamente que en protestas anteriores, atacaron comercios, rompieron rejas que encausan el transporte público, destruyeron señales de tránsito y apedrearon la sede de la radio oficialista Agricultura, a periodistas y fotógrafos.
Los encapuchados usaron grandes cantidades de bombas molotov que lanzaron a la policía antimotines y a sus vehículos y levantaron decenas de barricadas. La policía los reprimió con gases lacrimógenos y chorros de agua.
“Queremos hablar sin eufemismo alguno: no son estudiantes, son delincuentes, son extremistas. En esta oportunidad han actuado de forma simultánea, coordinada y preparada para efectos de provocar en el día de hoy estas acciones de violencia”, dijo el ministro del Interior, Andrés Chadwick en rueda de prensa.
El ministro exhortó a los dirigentes universitarios a condenar la violencia y frenar a los encapuchados.
Andrés Fielbaum, presidente de los estudiantes de la Universidad de Chile, reivindicó “el derecho a la protesta” en rueda de prensa “especialmente cuando nos damos cuenta que la protesta ha sido la única forma con la cual se ha logrado cambiar los límites de lo políticamente posible en Chile”.
Isabel Salgado, líder de los estudiantes secundarios, justificó los desmanes y desórdenes de las primeras horas del día diciendo que “es una forma de cómo los estudiantes están haciendo notar su descontento”.
Las protestas estudiantiles empezaron en mayo de 2011 y no han cesado, aunque bajaron su intensidad el año pasado. Ahora han recobrado la masividad.
Los universitarios presionan por una educación de calidad, gratuita, el fin del lucro en las universidades privadas y mayores aportes estatales a los planteles públicos y semiprivados, y los secundarios exigen que la administración de sus escuelas retorne de las municipalidades, cuya variedad de recursos marca las distintas calidades de enseñanza que reciben los colegiales, a un ente nacional.
Centenares de colegiales ejercen presión sobre el gobierno del presidente Sebastián Piñera al mantener ocupadas una treintena de escuelas designadas como sedes de votación para las elecciones primarias del domingo, en las que se elegirá al candidato único de la centroizquierda y de la centroderecha que competirán el 17 de noviembre por suceder a Piñera.
Piñera advirtió la víspera que si las escuelas no son desocupadas hará cumplir la ley, de lo que se desprende que los estudiantes serán desalojados por la fuerza. Los colegios, por ley, pasan a manos de los militares a las cero horas del viernes. En la víspera sólo tres establecimientos fueron liberados.
La ciudad amaneció con barricadas encendidas en puntos estratégicos que ocasionaron enormes atascos en el tránsito. Los encapuchados saquearon un local de comida y usaron sus muebles para alimentar el fuego y atacaron dos cuarteles policiales. También hubo marchas en ciudades del interior, como Valparaíso, Concepción y Calama, donde hubo incidentes menores.
El diputado opositor Felipe Harboe, ex subsecretario del Interior, criticó en la televisión estatal la supuesta falla de inteligencia de la policía que no se anticipó a los desórdenes coordinados en la ciudad.
La actuación violenta de los encapuchados suelen empañar la mayoría de las movilizaciones estudiantiles, cuyas marchas son pacíficas.
A la marcha del miércoles adhirieron la Central Unica de Trabajadores, la mayor organización sindical del país, los mineros contratistas y el gremio de los portuarios, entre otros.
Violencia empañan protesta estudiantil en Chile
Unos 100, 000 estudiantes participaron en la manifestación que se suponía sería pacífica.