En Haití, donde cumplió una visita oficial de 24 horas, el presidente Nicolás Maduro no evadió la tentación de terciar en esa suerte de saga de la Guerra Fría que ya es el caso del ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Edward Snowden, varado, según el mandatario Vladimir Putin, en la zona de tránsito del principal aeropuerto de Rusia mientras se decide su destino.
“No hemos recibido una solicitud oficial para un asilo político. Si nos lo plantearan lo evaluaríamos también, porque en todo caso el asilo es una protección humanitaria”, dijo el jefe de Estado venezolano.
Maduro hizo algunos otros comentarios que siguen la línea de lo expresado por el presidente Rafael Correa, quien ha sido acusado por The Washington Post de suceder al fallecido Hugo Chávez en la carrera por convertirse “en el principal demagogo antiestadounidense del hemisferio”.
“Este muchacho ha dado una sorpresa al mundo y ha hecho denuncias para hacer mejor a la humanidad. Las denuncias que ha hecho es para la humanidad porque nadie puede espiar a nadie”, agregó.
Fue una declaración comedida que, sin embargo, no evitó que una vez más se pusiera a prueba la polarización consustancial a este País.
En una entrevista con CNN, el líder opositor Henrique Capriles, dudó que el Gobierno quiera inmiscuirse en el caso Snowden porque de Maduro busca el reconocimiento de sus pares del hemisferio para superar la crisis de legitimidad planteada en Venezuela a partir del cerrado y cuestionado resultado de las elecciones del pasado 14 de diciembre.
Cambian táctica terroristas
Las agencias de inteligencia de EU se afanan para mantener la vigilancia sobre al Qaeda y otros grupos terroristas, ya que estos se apresuran a cambiar la manera como se comunican luego de que un contratista de la Agencia de Seguridad Nacional revelara detalles de programas de espionaje electrónico.
Es un juego del gato y el ratón que puede tener consecuencias fatales si un plan se pasa por alto o si un terrorista sale del radar.
Dos funcionarios de los servicios de espionaje dijeron que los miembros de prácticamente todos los grupos terroristas, incluido al Qaeda, intentan cambiar la manera como se comunican, fundamentados en los que leen en la prensa, para esconderse de los espías estadounidenses.
Es la primera vez que funcionarios de los servicios de inteligencia describen cuáles grupos están reaccionando a las filtraciones.