San Miguel de Allende es ante el mundo una ciudad cosmopolita, digna heredera de la antigua personalidad, el carácter multicultural y la memoria histórica de la villa española de San Miguel el Grande.
Orgulloso emplazamiento urbano, ceñido por dos emblemáticas montañas que han sido testigos mudos de su devenir, abrigo de arraigadas tradiciones, sostén de la crecida espiritualidad, corteza del mestizaje y bastión del frenesí conspirador.
Históricamente, la ciudad es importante por ser la cuna de Ignacio Allende, apellido que se añadió al nombre de la ciudad en 1826, así como el primer municipio declarado independiente del Gobierno español por el naciente Ejército Insurgente durante la Guerra de Independencia.
Ciudad virreinal, pintoresca, de belleza arquitectónica que la han convertido en un importante centro turístico de México y del mundo, además de ser el centro cultural frecuentado por escritores y artistas nacionales y extranjeros que han fijado su residencia en la mágica ciudad.
Su amplia variedad en gastronomía internacional, sus bazares de antigüedades, artesanías, galerías de arte y la calidez en hotelería que proporcionan al visitante es inigualable.
Los institutos de arte, festivales de música de cámara y de jazz y la Feria de la Lana y el Latón, son otras opciones recreativas.
En los alrededores se encuentran atractivos interesantes como el Santuario de Atotonilco, la zona arqueológica de Cañada de la Virgen, el Charco del Ingenio, la Ruta de Capillas de Indios y el turismo de aventura.
No olvide conocer la ciudad en tranvía o caminando, disfrute cada rincón de este lugar; sus leyendas lo cautivarán y le dirán el por qué de la importancia en el pasado y la actualidad de este sitio considerado Fragua de la Independencia y Patrimonio de la Humanidad.
Imagine una callejoneada rodeado de sus amigos o familiares por las calles empedradas, o una serenata con mariachi en el Jardín Principal con la parroquia de San Miguel Arcángel como testigo, la única neogótica del País.
En sus calles encontrará restaurantes que ofrecen comida mexicana, internacional, fusión, mariscos, orgánica y de diseño, así como distintas opciones para la vida nocturna.
Opción para hospedarse
Hotel Misión El Molino se localiza a la entrada del Centro de la ciudad, esta propiedad que fuera casa del gran cómico mexicano Mario Moreno “Cantinflas”, es ideal para descansar.
Cuenta con 60 cómodas habitaciones, extensos y hermosos jardines, alberca al aire libre, área para jugar golfito, juegos infantiles y billar.
En el restaurante El Molino y su bar, podrá disfrutar de platillos nacionales e internacionales y la bebida de su preferencia, tanto como los buffets tradicionales de sábado y domingo.
Para el viajero de negocios, grupos y convenciones, cuenta con salones equipados para sesiones de trabajo, conferencias y eventos sociales con una capacidad de 10 a 450 personas.

Atotonilco: lugar de agua caliente

Considerado uno de los 100 monumentos más famosos del mundo y perteneciente al municipio de San Miguel de Allende, se encuentra el Santuario de Atotonilco.
En la República Mexicana existen varios Atotonilcos, siendo los más importantes el de El Alto, Jalisco, El Grande en Hidalgo y el de San Miguel de Allende, lugar histórico que formó parte del Movimiento de Independencia.
El Santuario construido a Jesús el Nazareno fue iniciativa del sacerdote Luis Felipe Neri de Alfaro, un hombre de familia acaudalada, católica y devota, que se recibió a los 19 años de bachiller en Teología en la Universidad Pontificia de México.
A los 20 años llegó a San Miguel a estudiar como sacerdote en el Seminario de San Felipe y en una de sus misiones hizo una parada en Atotonilco, se sentó a la sombra de un mezquite y en el sueño se le apareció Jesús coronado de espinas para pedirle que construyera un lugar de adoración y una casa de penitencia.
Así inició la construcción el 3 mayo, Día de la Santa Cruz, de 1740 y Luis Felipe Neri de Alfaro pide a Miguel Antonio Martínez que pinte pasajes bíblicos de la vida y pasión de Jesucristo para mostrarles a los indígenas del lugar que si se portaban mal irían al infierno o de lo contrario al paraíso.
El estilo de construcción de este Santuario no tiene ornamentos como los construidos en el Siglo XVII, la ornamenta es más sencilla, estilo fortaleza, pues en esa época lo que más importaba era la seguridad, ya que Atotonilco quedó dentro de la ruta del oro y la plata y fue blanco fácil de ataques.
A un costado del lugar se encuentra la Casa de Penitencia, a donde llegan personas de diferentes partes del País para participar en un retiro en el que se practica la oración, el ayuno y la flagelación.
Este Santuario es importante en la historia de México, pues ahí el 10 de abril de 1802 se casó Ignacio Allende con Agustina De las Fuentes y cuando estalló el Movimiento de Independencia en 1810, Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez llegaron al Santuario donde se ofició una misa y desde el interior del templo se tomó el estandarte de la Virgen de Guadalupe para mandar al Ejército Insurgente.

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