Sentirse bella, lucir más joven o corregir alguna imperfección estética es posible con cirugía, pero si no acude con un especialista certificado el precio puede ser muy alto.
Hugo Amezcua, vicepresidente en Occidente de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (AMCPER), explicó que una de las decisiones más importantes antes de realizarse una modificación estética es elegir al cirujano.
Mencionó que un tratamiento mal aplicado puede implicar desde infecciones, tromboembolismos pulmonares o venosos, hasta la muerte.
“Las complicaciones existen, lo importante es esto, si es un profesional él va a estar capacitado para tratarlas”, comentó Amezcua.
Ante la alta demanda que tienen estos procedimientos, expresó, cada vez es más común que médicos esteticistas oferten tratamientos como implantes de mamas, glúteos o liposucción, intervenciones para las que no están calificados.
Jalisco es uno de los estados que albergan más especialistas avalados en el País, con 155 médicos de la AMCPER, sólo después del DF y Nuevo León.
En tanto, Baja California y el Estado de México cuentan con 80 cada uno, regiones que atraen al turismo estético.
En América Latina, México ocupa el segundo lugar en cirugías estéticas, sólo después de Brasil, y el quinto a nivel mundial, sumando 299 mil 835 intervenciones en 2011, según la Encuesta de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética.
Ese mismo año, las quejas por cirugías estéticas acapararon la mayoría de denuncias recibidas en la Comisión de Arbitraje Médico del Estado de Jalisco, con 16 de 141 presentadas por asuntos médicos. El año pasado dicha especialidad no fue incluida.
Amezcua indicó que cualquier tratamiento que implique una inyección debe ser preferentemente realizado por un cirujano plástico, pues mientras éste pasa de 7 a 8 años estudiando, un médico esteticista puede tomar diplomados de seis meses.
Recordó que hace aproximadamente tres años se presentó tanto a nivel local como nacional, el hecho de que algunos pseudoespecialistas aplicaban inyecciones para aumentar glúteos y mamas.
Sin embargo, la práctica de los charlatanes o de gente que no está certificada aún no ha sido erradicada en el estado.
“Muchas veces esta gente trabaja en consultorios y en clínicas relativamente ocultos, hay gente que opera en casas adaptadas como clínicas o se ocultan en clínicas de belleza”, aseguró Amezcua.
Y es que en ocasiones los pacientes sucumben ante sus bajos precios.
Sin embargo, para Lázaro Cárdenas Camarena, profesor del Instituto Jalisciense de Cirugía Reconstructiva, un bajo precio implica una mayor posibilidad de recibir una menor calidad.
Preocupan clínicas
Celso Montiel, director de regulación sanitaria de la Secretaría de Salud de Jalisco (SSJ), reconoció que existe la preocupación por los tratamientos que puedan brindar algunas clínicas de belleza.
Hasta abril de este año, la SSJ había realizado 322 verificaciones en clínicas estéticas y ocho sanciones administrativas, principalmente en la metrópoli.
Mariana Zepeda Zubirán, especialista en Medicina Estética, estimó que el 30% de sus pacientes son personas que acuden a ella para que les ayude a remediar los problemas que causó algún charlatán o pseudomédico.
Añadió que está de moda aplicar biopolímeros para corregir líneas de expresión a un costo muy bajo, pero pueden causar estragos.
Mientras los biopolímeros cuestan entre mil o mil 500 pesos, los inyectables avalados por la Cofepris tienen un costo de entre 4 mil y 5 mil pesos.

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