Cada día son más las personas que son atendidas por codependencia a una cosa o persona, que a simple vista se puede interpretar como una situación normal, sin embargo es un estado emocional que daña a las personas.
Pedro Vela Salgado, director del Centro de Integración Juvenil, señaló que debido a que el fenómeno de codependencia se ha agudizado, entonces se planteará la necesidad de asistir a estas personas, pues es una adicción como cualquier otra, cuyos resultados pueden ser igual de graves que tomar cocaína o alcohol.
“Voy a proponer que en el centro implementemos un grupo de codependencia donde podamos atender este tipo de situaciones, es dar la atención adecuada y profesional, porque puede ser igual de mortal, el poder hablar de que alguien no puede dejar a una persona que le está haciendo daño, es como hablar de que una persona no puede dejar a una persona que la está destruyendo.
“En el caso de la droga hay una adicción a una sustancia que no tiene vida propia y una dependencia a una persona estamos hablando de una dependencia a una persona que tiene vida propia, que piensa, que razona y que la violencia que está ejerciendo lo daña tanto como a quien está ejerciendo la violencia”, señaló.
Pedro Vela, manifestó que no sólo es decir: “Te hace daño, déjalo”, sino que es atender a esas personas que son afectadas por este fenómeno de la codependencia.
y que de alguna manera ejercen violencia.
La psicóloga Katia Rodríguez, explicó que una persona codependiente es aquella persona que sufre de ansiedad, tristeza, enojo, confusión mental y trastornos psicosomáticos entre otros, debido a sufrir de una fuerte dependencia emocional y el llevar una vida tormentosa con un enfermo adicto.
La codependencia puede afectar a los que se vinculan afectivamente con personas que presentan algunas tendencias obsesiva-compulsivas al trabajo, al juego, a las compras, al sexo, a la comida y/o aquellos que tienden a relacionarse con los “adictos” a las relaciones destructivas.
Es así que el adicto como el codependiente, para llenar sus propios “vacíos” se necesitan uno al otro, por lo tanto el adicto llena sus “vacíos” con la droga y el codependiente “trata” de llenar los suyos, a través del adicto.
Es necesario concluir que “toda relación amorosa que no produce paz, sino angustia o culpa, está impregnada de codependencia” y que la forma sana y efectiva para recuperarse consiste en que la persona codependiente reconozca sus propios problemas y busque apoyo psicológico.

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