Los habitantes de la colonia Rancho Nuevo, en Apaseo el Grande, vigilan las calles para frenar a los delincuentes. Hacen el trabajo de los policías.
Las chapas dañadas, boquetes en las paredes de los negocios, vidrios rotos, robos en casas y a transeúntes son situaciones a las que se enfrentan los pobladores.
“Nos tienen olvidados. Vivimos cerca de la carretera Celaya-Apaseo el Grande pero no sirve de nada porque ni los federales nos ayudan. No tenemos vigilancia. Ahora hacemos el trabajo de los policías”, comentaron algunos de los denunciantes de Rancho Nuevo.
Cerca de la medianoche del jueves 20 de junio, los colonos realizaban un recorrido para vigilar las calles cuando observaron unas herramientas tiradas en la banqueta y la chapa forzada de una casa, sobre la calle Hidalgo.
Al darse cuenta que el ladrón todavía estaba al interior de la casa, avisaron con un celular a los vecinos para atraparlo, mientras llegaban los elementos de Seguridad Pública.
“Éramos como 25 personas las que nos juntamos. Lo agarramos justo cuando intentaba brincarse la barda. Lo amarramos con un lazo y confesó de inmediato que él se metía a robar en todas las casas”, dijo un joven de la colonia.
Aunque cinco comerciantes al día siguiente denunciaron a Antonio, alias ‘El Pelón’ ante una agencia del Ministerio Público de Apaseo el Grande, fue puesto en libertad dos días después por el Juez Calificador del área de barandillas, por falta de pruebas según narraron y reclamaron por el hecho.
“La juez cometió el error y lo soltó. A ella le fijaron una fianza por dejarlo libre. Pero eso a nosotros en qué nos beneficia si lo dejaron libre. Sabemos de una buena fuente que ella sigue en el mismo trabajo a pesar de su falta”, agregó un ama de casa, quien no proporcionó su nombre por seguridad.
Los colonos y comerciantes de Rancho Nuevo sólo esperan que se haga justicia y que no se archive este caso como el año pasado, cuando empezaron a denunciar los robos que sufren constantemente.

Le han robado siete  veces su negocio
En menos de tres semanas, ladrones ingresaron siete veces al negocio de la señora Lucero.
Ahora para evitar ser víctima de más robos, diario carga su mercancía en la parte trasera de su camioneta.
“Hasta parece que vendo en un tianguis. Tengo que cargar con la mayoría de la herramienta, es muy incómodo pero no pienso mantener a los rateros”, dijo la comerciante.
El 11 de junio se registró el último robo. Los ladrones ingresaron, cortaron los cables de la luz para desactivar las alarmas de tres locales y sacaron material para construcción de los negocios.
Las huellas de los zapatos en el establecimiento se notan en una de las paredes que utilizaron los ladrones para brincarse a los establecimientos.
“El dueño de los otros locales lleva 13 chapas que cambia. A diario roban por lo menos un negocio. Nos hacen hoyos en las paredes para entrar, arrancan los medidores y salen como si estuvieran en su casa”, comentó la comerciante.
Aunque la señora Lucero reportó los robos a la Policía Municipal de Apaseo el Grande, se tardaron en llegar media hora porque tienen que darse la vuelta hasta la glorieta oriente.
“Cuando las unidades vienen sobre la carretera con las sirenas prendidas los rateros se dan cuenta y escapan. Por eso ya decidimos vigilar nosotros porque sabemos que no contamos con la Policía”, dijo.
 

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