A lo largo de la vida se viven diferentes circunstancias, cada persona vive su propia historia aun y cuando no la elijan, así lo dijo Ernesto Ramírez Arévalo, quien es una persona invidente a causa de una enfermedad que se presentó en su niñez.
Con tan solo11 años de edad, Ernesto empezó con su problema de visión; recuerda que los doctores le dijeron que presentaba un desprendimiento de retina, posterior a eso sus padres le realizaron varios estudios en la Ciudad de México, pero después ya no pudieron, por el elevado costo que representaban tanto los viajes como la atención médica que recibía, pues carecían de recursos.
Recordó una de las etapas más difíciles de su vida, ésta a los 27 años, cuando perdió la vista por completo; su mayor miedo fue dejar de trabajar, pues no sabía cómo enfrentaría la vida en ese momento y cayó en depresión.
En ese entonces ya estaba casado y con tres hijos, su esposa siempre le brindó el apoyo incondicional y en medida de lo posible fueron saliendo adelante como familia.
Un día fue al sistema DIF municipal y ahí le regalaron su primer bastón, entonces comprendió que su vida sería totalmente diferente.
A pesar de todo decidió prepararse y aprender Braile, quería valerse por sí mismo y no depender de otros, aunque fueron años difíciles comprendió que su discapacidad no era un impedimento para ser feliz.
A la fecha, Ernesto tiene 42 años y sus hijos ya son adolescentes, su esposa lo sigue apoyando como el primer día, él se siente motivado y con la fortaleza para enfrentar todos los retos que lleguen a su vida.

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