La señora Rosa Álvarez de 68 años de edad, caminaba a paso lento por la calle Díaz Mirón, cuando un ladrón la atacó.
Un hombre de unos 25 años de edad, que viajaba en bicicleta, la aventó contra la pared y la sometió colocándole el antebrazo a la altura de los hombros.
El ladrón actuó rápido tras someter a la mujer, le arrebató una cadena de oro con un crucifijo que llevaba al cuello.
Ante el ataque sorpresivo, la mujer insultó al ladrón, pero éste se alejó corriendo, burlándose, y mostrando la cadena que le había quitado.
Unas personas siguieron al asaltante, pero no lograron alcanzarlo.
Con la prisa del ataque, el ladrón sólo se llevó la cadena y dejó tirado en el suelo el Cristo.
Para desgracia de doña Rosa, aquel no era el primer asalto que sufría en la zona Centro.
Meses antes unos ladrones muy arreglados la atacaron en el exterior de un cajero de Banamex.
La víctima recuerda que uno de los asaltantes usaba un chaleco café y tenía dientes de oro; su cómplice era “un gordo con chamarra”.
Doña Rosa relata que estaba en el exterior del cajero, cuando el ladrón de los dientes dorados se formó detrás de ella y con sigilo le apuntó con una pistola en la espalda.
“Retira todo o te lleva la chingada a ti y a tus hijos”, le ordenó el asaltante. “Te tenemos identificada”.
Por temor, la mujer obedeció, entró al banco y retiró directamente de la caja 10 mil pesos.
Apenas salió del banco, entregó el dinero a los asaltantes y éstos huyeron a toda prisa.
Ella sintió enloquecer y se acercó a unos policías para pedir ayuda.
“¿Dónde lo buscamos?” le dijo un policía. Los ladrones se esfumaron.
A partir de esos dos atracos, la mujer vive con miedo, temerosa de que la gente que pasa junto a ella sean en realidad ladrones.
“La trauman a una”.
Aumentan robos violentos
Estadísticas oficiales reportan que este año se han incrementado 48% los robos a peatones en el estado de Guanajuato.
Aunque en León los casos se triplicaron.
El informe mensual del Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta que entre enero y mayo de 2013 sumaron 90 denuncias de robos a peatones en el estado, de las cuales el 54% corresponde a atracos con violencia.
El 30% de las denuncias se presentaron en el municipio de León.
Entre enero y mayo de 2012 sólo se denunciaron cuatro asaltos violentos a peatones en la ciudad y en el mismo lapso de este año ya suman 14; más del triple de un año a otro.
Aunque de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2012, elaborada por el INEGI, 94 de cada 100 delitos cometidos en Guanajuato no son denunciados.
Lo anterior significa que la cifra negra de robos a peatones en León fue de 100 entre enero y mayo de 2012 y de 350 en igual lapso de 2013.
A nivel estatal, la cifra negra este año es de mil 125 robos violentos a transeúntes.
La encuesta del INEGI refiere que Guanajuato es el estado con la más alta cifra negra de delitos, debido a una baja cultura de la denuncia.
A nivel nacional se denuncian 12 de cada 100 delitos y en Guanajuato sólo se denuncia el 4% de los ilícitos.
Asaltos sin denuncia
Al salir de la escuela, Jessica Arenas, de 16 años, iba caminado junto con una amiga por la calle Madero.
Eran la una treinta de la tarde cuando un señor que transitaba en bicicleta en sentido contrario, le arrebató una esclava.
El ladrón huyó a toda velocidad.
“Me asusté”, recordó Jessica. “Del robo me dejaron un rasguño en el brazo, en ese momento nadie me ayudó”.
El robo no lo reportó a las autoridades, por lo que su caso forma parte de la ‘cifra negra’ de robos.
En la misma cifra negra está el atraco que sufrió Carlos Ornelas, de 18 años, quien fue víctima de robo en la calle 5 de Mayo.
Carlos relató que iba caminando en compañía de un amigo de la escuela como a las 4 de la tarde, cuando dos “cholos” de entre 19 y 20 años lo amenazaron con una navaja.
“Dame todo lo que traigas”, le ordenó uno de los ladrones.
Asustado, Carlos les entregó el celular y su cartera.
No sólo el robo, también el regaño de su papá fue lo que María Hernández de 19 años vivió hace tres meses, al salir de la preparatoria en la que estudia.
Por lo común María toma la oruga en el paradero Expiatorio, para transportarse a su casa. El día del robo recuerda que había mucha gente esperando el transporte. Al abordar la unidad, una señora “gorda y sucia” -como la describió- la empujo, quedando al descubierto la cartera que llevaba en su bolsa.
En medio del gentío, la mujer amenazó con una navaja a María.
“Dame tu cartera”, le ordenó.
“Me quedé pasmada pensando que era una broma”, recuerda la jovencita.
Al final accedió a entregar su cartera y bajó de la oruga, llorando por el susto. Su caso tampoco fue denunciado.
Al igual que María, la señora Luisa Valadez, de 61 años, sufrió un robo en el transporte público.
Ella vive en la comunidad La Arcilla, y para transportarse a su casa debe tomar el camión en la calle Miguel Alemán.
Hace tres meses al salir de su trabajo en la zona Centro, todavía era de día y aprovechó para comprar algo de mandado. Llevaba las manos ocupadas y el lugar donde debe tomar el transporte por lo regular se llena mucho de gente.
Entre la multitud sintió que le jalaban la bolsa.
“Se amontona la gente”, dijo para justificar el jalón.
Cuando logró abordar la unidad y estaba por pagar su pasaje se dio cuenta de que con una navaja le abrieron su bolsa para robarle el dinero que traía.
No pudo gritar ni hacer nada. En segundos le robaron 700 pesos.

Rondan ladrones en bicicleta

La Policía tiene identificada una modalidad de robo en la zona Centro, los ‘bajadores’, que son ladrones que arrebatan cadenas, celulares o bolsas a los peatones.

Estos ladrones circulan por lo regular en bicicletas en sentido contrario. La sorpresa es su principal arma, pues aprovechan la distracción de los peatones para arrebatar objetos de valor a toda velocidad.
Los ‘bajadores’ también actúan a pie, aunque en estos casos lo hacen en grupo, para facilitar la huída.
Un joven oficial de Policía dijo que en ocasiones los ‘bajadores’ de a pie son grupos de hasta ocho personas; uno amenaza con objeto punzocortante, despoja a la víctima y huye corriendo; luego pasa a un cómplice el objeto robado y éste a su vez lo pasa a otro delincuente.
Así, en caso de que lleguen a atrapar al ladrón inicial, ya no tiene nada en su poder y al segundo ladrón no lo ubican.
Atacan más a mujeres
Las víctimas de estos ladrones son por lo regular mujeres.
Monserrat Reyna de 17 años, hace tres meses fue víctima de estos ladrones. Al salir de la escuela caminaba por la calle 5 de Febrero, cuando un ‘bajador’ la asaltó.
“Pasó uno de bicicleta y le jaló su celular”, dijo Beatriz Cortés, abuela de la menor.
Alma Cervantes, también de 17 años y estudiante de prepa, fue víctima de un ‘bajador’ a las 2:30 de la tarde, cuando se dirigía a su trabajo.
Un hombre, al parecer drogado, le arrebató la mochila; ella trató de forcejear, pero el ladrón la amenazó “no te conviene”, le dijo mientras sacaba una navaja. Alma tuvo que ceder y la despojaron de su teléfono celular.
Un robo similar sufrió Estefanía Muñiz, de 18 años.
“Dame tu teléfono”, le ordenó un asaltante cuando caminaba por la calle  Manuel Doblado. Con una navaja la amenazaron para obligarla a abrir su mochila.
Testigos de atracos
Antonio Muñiz, vecino de la calle Madero, dijo que estos ladrones en bicicleta aprovechan que la calle queda sola a la hora de la comida y después de las 8 de la noche, para asaltar a jovencitas.
Manuel López, quien atiende un negocio de quesadillas cerca del templo Expiatorio, relató que le tocó ver que afuera de su local le arrebataron una cadenita a una señora que transitaba por la calle Madero.
Otro testigo de estos atracos es Martín Hernández, quien trabaja en una funeraria de la calle Madero.
Mencionó que algunos de estos ladrones son jovencitos de entre 15 y 18 años.
Afuera de la funeraria hay bancas en las que los estudiantes se juntan, se distraen con el celular y en ese momento aprovechan para arrebatárselos.
“También les quitan la cadenita y los avientan”.
Van en sentido contrario
A Alejandra Lezama le ha tocado ver robos a peatones dos veces por semana.
Ella es empleada de un local de perfumes y cremas en la calle Madero, y aseguró que los ladrones andan en bicicleta en sentido contrario y arrebatan celulares.
En las bancas que están en la calle Madero y Motolinía ocurren robos con frecuencia.
Juan López, quien atiende un puesto de tacos desde hace ocho años, dijo que le ha tocado ver cómo operan estos ladrones “van en bici en sentido contrario, roban el celular especialmente a mujeres solas”.
Jorge Villanueva también fue testigo de que los ‘bajadores’ le arrebataron una medalla a una señora en la calle 5 de Mayo, a las 2 de la tarde.
“Les roban hasta los zapatos”, añadió la señora Concepción Torres, vecina de la calle Juan Valle.
Catalina Gutiérrez, quien reside en la calle Manuel Doblado, ha sido testigo de que un par de jovencitos se dedican a robar las baterías en las calles cercanas a San Juan de Dios.
“Arrancan y corren”, dijo Gloria García, empleada de una boutique, para describir la forma de actuar de ‘los bajadores’.

Reportan comerciantes más robos en el Centro

Miguel Ángel Flores, comerciante de productos deportivos en la calle Progreso, reconoció que se han multiplicado los robos en la zona Centro, incluso durante el día.

Mencionó que le tocó ver que un ladrón, con cuchillo en mano, amenazó a una señora para arrebatarle su bolsa.
“Durante algún tiempo hubo mucha vigilancia por parte del Gobierno, sin embargo hace tres meses ya no hacen rondines con elementos de Policía”, denunció el comerciante.
Mencionó que en su negocio también ha tenido que lidiar con los ladrones.
“Entran en grupos, sobre todo estudiantes; unos distraen y otros aprovechan para tomar mercancía, guantes, calcetas o espinilleras. Lo que tengamos a la mano”.
Pablo Ramírez, vecino de la calle Lic. Verdad desde hace 30 años, confirmó que en su cuadra es común el robo de baterías.
Esta situación, dijo Pablo, se incrementó a partir de la apertura de bares en la calle Madero.
Atracos en San Juan de Dios
Candelaria Vázquez, quien vive en la calle Manuel Doblado, reconoció que es común escuchar en su cuadra de robos.
Sabe que los ladrones vienen de lo que llaman “la ciudad perdida”, en la privada Juan Valle.
Hace poco, comentó Candelaria, le quitaron a un señor su bicicleta.
“Uno de los vecinos le ayudó, el ladrón chocó con un camión urbano que pasó, al caerse el ladrón aprovecharon para quitarle la bicicleta que se estaba robando”.
Los domingos también es muy común que ocurran robos en esa calle. “Uno como vecino no se mete”, reconoció Candelaria.
“Los ladrones abren coches, se llevan baterías, lo que haya adentro”.
Carmen Olvera de 75 años, es vecina de San Juan de Dios y también fue testigo de cómo un par de jóvenes “con aspecto de cholos” cometían robos en la esquina de las calles Chuparrosa e Independencia.
Relató que vio cuando sacaban objetos de una camioneta de Telmex.
“La estuvieron jaloneando hasta que la abrieron”, dijo la señora Carmen.
El atraco ocurrió a las 11 de la mañana y la Policía no intervino.
Ladrones en el panteón
Miriam Soledad Mora es asistente educativa y para poder transportarse a su casa debe tomar su camión en la calle Hernández Álvarez, a unos paseos del Panteón San Nicolás.
Justo en ese punto le tocó ser testigo de un robo a plena luz del día. “Eran las 3 de la tarde y un par de muchachos sacó un cuchillo y amenazaron a un joven para robarle su celular”.
La jovencita pensó: ‘Soy la que sigue’. Sin embargo, le hicieron una seña para que se callara.
En ese lugar es común el robo a peatones, y por las noches se incrementa el riesgo.

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