Una bolsa rasgada, otra tirada y una más arrebatada es el saldo de los robos que ha sufrido la señora Araceli González, quien ahora prefiere ya no traerla o “amarrársela”, como contó.
a.m. detalló ayer cómo han crecido los robos en que los ladrones huyen en bicicletas.
La señora sufrió dos de estos asaltos en la calle Álvaro Obregón, entre Aquiles Serdán y la avenida Miguel Alemán, mientras se dirigía a hacer compras.
“Iba caminando con mi hermana y traía mi bolsa, pasó un señor en bicicleta y sentí el jalón, ya cuando volteé, mi bolsa estaba en el suelo, me quedé sin llaves y monedero” contó.
En la misma calle, pero en la parada del camión, un “cortés” joven le cedió el paso para subir al transporte. La sorpresa fue que al llegar a su domicilio la bolsa traía un hoyo y estaba vacía: otra vez se quedó sin monedero y sin dinero para la semana.
Cerca de su domicilio, otro ciclista la interceptó en sentido contrario a los automóviles y le quito otro bolso.
“Ya prefiero salir sin bolsa, a mí tanto que me gustaban y mira, la traigo del lado de la pared, ya no puede uno confiar”.
En la misma calle, Arlinda Aguilar dijo haber presenciado atracos a señoras distraídas.
“Cuando vienen las señoras con sus criaturas que las llevan a la escuela, es cuando las agarran, ni siquiera en la noche, al mediodía que salen, hasta mochilas de los niños se llevan”, comentó.
Engañan a empleadas
Una banda de ciclistas engañaron a empleadas de una escuela de delineado de ceja, en la calle 5 de Febrero.
“Llegaron en bicicletas, se metieron y pidieron dinero, pero sólo se llevaron el celular. Pero ni cómo alcanzarlos, se suben a la bicicleta y se van”, contó Juana Ornelas Ornelas.
Ella ha sido testigo también de la huida de ladrones en su bici.
“He visto hasta tres por semana. Pasó uno y se llevó la cadenita de una señora pero se le cayó, la señora la recogió toda rasguñada. Y es temprano, entre las once y doce de la mañana, por eso mira, me agarro bien de mi bolsa”, platicó la señora.
Ya sólo de adorno
“Aún había luz del día” mientras se dirigía a su domicilio en la colonia San Miguel y un ciclista le arrebató su bolso, con documentos originales y sus últimos 500 pesos, contó Francisca Muñoz.
“Iba por la calle Honda, adelantito de la Río Bravo, ya iba para mi casa y me arrebató la bolsa, me quedé con las puras llaves para abrir mi casa y el celular porque lo traía en mi pantalón”.
Pero no sólo ella fue víctima, también su hija Araceli Macías; a ella le quitaron celular y bolsa, pero el ciclista se detuvo a amedrentarla con una navaja.
“A ella sí la amenazaron con una navaja. Ahora me cargo mi bolsa porque uno tiene que salir, pero el dinero, el celular me lo echo en el pantalón, ya nomás es de adorno la bolsa”, agregó Francisca.