Llena de ilusiones, nuevas propuestas y una visión muy grande de lo que quiere hacer en este mundo, llegó Mara Pérez Guzmán, de Egipto, donde asegura “volvió a nacer”, no sólo por las grandes experiencias que vivió, sino en toda la expresión de la palabra al haber estado presente en la revuelta del derrocamiento del presidente egipcio islamita Mohamed Mursi.
Para Mara, esta vivencia le dejó claro que no hay como tomar una decisión y en el momento correcto, buscar alcanzar los sueños, “puedes viajar sin tener que volar”, esa es lo único que importa.
Fue así que en entrevista a este medio informativo, a sólo unos días de su llegada de Londres, donde concluyó su viaje de casi 22 días, esta joven de tan sólo 26 años, tiene propuestas para viajar a España, Miami y Argentina en un inicio, esto gracias a las relaciones que logró afianzar durante su estancia en Egipto.
“Ahlan Wa Sahlan” es el nombre del festival de carácter internacional al que acudió Mara, con muchos sueños, buscando alcanzar el primer lugar de bailarina de belly dance, pero todo cambió de perspectiva al llegar a Egipto, donde pudo percatarse que lo más importante de este concurso, no es la competencia, sino la riqueza de poder compartir con grandes maestras de esta danza del vientre, de poder conocer de cerca todo lo místico de este hermoso país y sobre todo conocer nuevas técnicas de belly dance, (música, movimientos y muchas cosas más).
Acompañada en esta odisea por su querido hermano Héctor Raúl Pérez Guzmán, de sólo 17 años, Mara llegó a Egipto para participar en este certamen que es considerado el más importante a nivel mundial en belly dance.
Su llegada fue al hotel Mena House de El Cairo, desde donde podía ver las pirámides de Giza, ahí se dieron cita más de 200 bailarinas de diversas partes del mundo, para estar presentes en este certamen que desde hace 10 años es dirigido por Raqia Hassan de manera exitosa.
El primer día, se realizó la apertura de este evento, donde esperaban la presencia del presidente Mursi, para darles la bienvenida, sólo que debido a todo lo que se estaba gestando, no pudo acudir.
El certamen. cuenta Mara, se desarrolló de una manera diferente a lo previsto, pues se anunciaba del 20 al 30 de junio, y sólo se llevó a cabo hasta el 27.
“Pude ver que en ese certamen había cero protocolo, te veían bailar, pero de igual forma no había control del evento, todo se hacía sin un registro. Y aunque había un jurado calificador destacado, no tomaban en cuenta tus técnicas o conocimientos, pues las ganadoras son aquellos grupos que acuden año con año al certamen”, dijo Mara.
“Cuando me contaron cómo sería este evento, me relajé, y entonces pude aprovechar al máximo las enriquecedoras experiencias de compartir con masters de muchos países, y por ello tomé clases con las súper estrellas de belly como son: Aziza, Hoda Ibrahim y Dinna de El Cairo; danza con sable con Antonina Canal de Colombia; clase de oriental pop con Valentina Mahira de Italia; clases de oriental clásico con Danna Amar de Chile; oriental con Samara Hayat de España y Loreley Acosta de República Dominicana; además de maestras del Líbano, Venezuela, entre muchas más, aprendiendo danzas estilo marroquí y tarab.
Mara, tuvo la experiencia de conocer y compartir con Raqia Hassan, la dueña de este festival, y a quien hizo entrega de la máscara de la Judea, dado que fue imposible llevar los presentes de nuestras ciudades (Purísima y San Francisco) hasta el museo de El Cairo, como estaba previsto. Ella también fue maestra de la cantante Shakira, quien ha llevado por el mundo este baile del vientre.
De igual forma el cuadro de El Tejedor como regalo de San Francisco, lo entregó a la maestra Hoda Ibrahim, maestra mundial de folklor egipcio, quienes apreciaron en mucho estos bellos regalos.
Respecto a México, Mara, pudo constatar que no existe prácticamente presencia de mexicanas en ese certamen, y aunque conoció a una joven que es de Tijuana, ella iba a competir por Estados Unidos, ya que tiene doble nacionalidad, así que también la hizo sentir muy feliz, pues puso en alto el nombre de nuestro País y no sólo eso, sino que logró buenas amistades con gente de todo el mundo.
Una de las anécdotas que esta joven originaria de Purísima, pudo contarnos, es que para poder realizarse una sesión fotográfica cerca de las pirámides de Giza, fue necesario hacerlas con mucho cuidado, pues está penado tomarse fotos cerca del área, incluso podrían haberla llevado a la cárcel.
“Cuando viajaba en el avión, una persona me recomendó mucho, no sonreír a la gente, pues en su cultura, eso puede significar que deseo tener una relación más cercana con alguien. De igual forma, sólo las niñas que no han menstruado pueden andar sin velo en las calles, y aunque nosotras teníamos al principio protección del Gobierno como turistas, debíamos cuidarnos mucho para evitar pasar una mala experiencia”.
“Me sentí como en mi casa, en un principio, todo fue realmente hermoso, muy místico, creo que ambas culturas tenemos bastantes cosas en común, desafortunadamente hubo experiencias difíciles que sí me marcaron”.
El derrocamiento de Morsi cambió nuestro objetivo del viaje.
En lo referente a su estancia en Egipto, Mara, tuvo que vivir situaciones muy complejas durante esos, días. “En un principio no consideraba o más bien no visualizaba la magnitud del problema, pues yo salía con mi hermano a diversas partes, incluso me tomaba fotos con las personas que empezaban a manifestarse en la plaza Tahrir”.
“En algún momento tuve que hacerme pasar como originaria del lugar, para poder estar en dichos lugares, pero todo cambió en el momento en que el presidente de Estados Unidos Barack Obama dio su discurso, pues después de ahí, se empezaron a escuchar bombas y balazos, gritos de la gente y la manifestación se hizo más grande”.
Mara nos narra que al conocer de esta situación acudió a su hotel, donde les indicaron que ya no deberían salir por su seguridad, ya que además no contarían con la protección del Gobierno que tenían como turistas y que también la embajada mexicana les recomendaba salir del país, lo antes posible, y no podrían contar con más apoyo porque simplemente estaban rodeados y sin poder moverse.
“Quisimos en un momento quedarnos en el aeropuerto para ya no tener que movernos, pero nos indicaron que no era un lugar seguro, pues podrían atacarlo, así que tuve que regresar al hotel nuevamente y vivir los días más largos de mi existencia”.
Mara nos comenta que en algún momento salió a comer a un MacDonals que tenía cerca y le tocó ver cómo un grupo de jóvenes mataban a otro a golpes. “Fueron instantes de terror, pero me hacía la fuerte, además no teníamos señal de internet, ni cómo comunicarnos con nadie, por milagro de Dios en el piso 10 de nuestro hotel se tomaba una pequeña señal y era de donde nos colgábamos todos para enviar mensajes”.
Fue así, nos corrobora Mara, que pudo tener contacto con este medio informativo desde el lugar, mientras que ella sólo contaba las horas para poder salir.
“El último día, cuando tomamos un taxi del hotel hasta el aeropuerto, la gente congregada empezó a amotinarse alrededor del coche y querían voltearlo, fueron tres minutos de gran sufrimiento, tratamos mi hermano y yo de mantener la calma y pudimos salir con bien”.
“Al llegar al aeropuerto, nos permitieron subir al avión sin incluso checar nuestro sobrepeso, sólo hicieron algunos chequeos de nosotros y nos subieron pronto, pues corríamos el riesgo de que si no llegábamos al espacio aéreo internacional en menos de 30 minutos, tendríamos que regresar a Egipto, así que cuando llegamos, sólo faltaban dos minutos para que se cumpliera el tiempo que se le dio de plazo a Morsi para su renuncia, y mientras tanto, todos los pasajeros nos abrazamos, emocionados de poder salir de ese lugar”.
Mara agrega que, ella tiene conocimiento de algunas personas que incluso todavía no han podido viajar de Egipto a sus lugares de origen, y según les indicaron fue el último avión que tuvo permiso de salir.
Al llegar a Londres, nos comenta, durmió por largas horas y entonces pudo empezar a respirar con tranquilidad y narrar a sus amigos y familiares esa amarga experiencia.
Aún con todo y ello, Mara está lista para seguir adelante con sus planes, en octubre serán los primeros, con visitas a Miami, a Argentina y España, algunos viajes para reportajes especiales y otros para que se presente como bailarina experta de belly dance.
Además la fotógrafa profesional Dennis Marino, quien ha trabajado en la revista National Geographic, y dueña de la revista Belly Dance Japan, la invitó a ser la próxima portada de su revista de octubre.
Así que con todo un mundo que experimentar, Mara, hace un recuento, y asegura que lo más importante es lo que podrá compartirles ahora a sus alumnas, a quienes desea llevar el año entrante a este certamen, segura de que no tendrán que pasar por ese mal rato que ella experimentó.
Finalizó señalando: “Mi vida cambió sin duda con este viaje, mi perspectiva completa, entender que una sola decisión, que tomé con miedo, con muchos sentimientos encontrados, llenos de confusión, ha sido la puerta para mejores y nuevas experiencias, sé que pude morir, así que estoy dispuesta a vivir con más entusiasmo y sin temor a volar”.

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